21 mayo, 2011

Cambio Climático - Energías Alternativas


Considerando las protestas debidas a Hidroaysén en la cuenta pública del 21 de mayo, entre otras quejas un poco más difusas, cabe destacar algunas cosas:
Probablemente entre los manifestantes o entre los políticos que opinan respecto del proyecto (a favor o en contra) un porcentaje mínimo conoce los alcances de éste o incluso la ubicación específica y los impactos ambientales (que los tiene ciertamente), o los beneficios en la matriz energética chilena. Adicionalmente, éstas personas al igual que muchos de nosotros consideramos la energía como parte fija y segura de nuestra vida y por lo tanto nos sentimos con la libertad de tratar de obtenerla de la manera más limpia y ecológica posible pujando por ello ante los gobiernos de turno. Sin embargo, hoy la energía junto a los alimentos deben ser los dos temas más relevantes en el mundo y de ninguna manera están asegurados, nuestra bandera de lucha hoy en día debe ser obtener la energía necesaria para nuestro bienestar y el de nuestras futuras generaciones y la base agraria necesaria para proveernos de alimentación segura, la discusión respecto de los impactos ambientales no debe detener los proyectos energéticos (los que sean que aseguren las anteriores condiciones), sólo deben entregar un marco de referencia para las regulaciones necesarias para no afectar otras áreas de la economía de manera relevante hoy o a futuro.
Dicho lo anterior, es atingente dar un vistazo de las posibilidades de energía con las que contamos hoy en día y la forma de visualizarlas.
Cuando se evalúa un proyecto energético, lo más importante es el balance de energía que entrega, o sea, cuanta energía consume vs cuanta energía genera (EROEI: energy return over energy invested).
Cuando se ejecuta un proyecto de extracción petrolera, todos los bienes de capital necesarios para construir las faenas tanto para extraer como para distribuir consumen una determinada cantidad de energía equivalente (horas hombre, Kwh etc) y el resultado de la inversión probablemente es multiplicado en energía equivalente por 200 (si hace en Iraq o Irán) o por 20 si es en plataformas off shore (mientras más al interior del mar se encuentre menor será la relación entre energía invertida vs energía generada y también más riesgosa la extracción).
Pues bien, considerando los principales tipos de energía, los EROEI serían los siguientes:
  1. Petróleo: 20 - 200
  2. Carbón: 30
  3. Gas Natural: 8  - 100
  4. Bio Combustibles (etanol por ej): 0,7 - 1,2
  5. Hidroeléctricas: 11,2
  6. Eólica: 0,03 – 2
  7. Marítimo (Mareas): 15
  8. Geotermia: 1,9 – 13
  9. Energía Solar: 1,6 – 1,9
Sin duda el petróleo está llegando a sus últimas etapas como combustible viable (en el que el costo es continuamente superior hasta que ya no es económicamente rentable en términos de EROEI, aunque queden muchas reservas). Pero no es correcto comparar el petróleo con las otras energías, ya que éste es irreemplazable por ahora (y por muchas décadas más lamentablemente) respecto de su uso en transporte y derivados (plásticos, fertilizantes, polímeros etc), gracias a su densidad energética, que no tiene paralelos. Por lo tanto, contra lo que hay que comprar hidroaysén es con las energías solares, eólicas, geotermales y también con las termoeléctricas (operadas con carbón). En éste sentido, ninguna de las energías alternativas tiene remotamente la posibilidad de reemplazar la generación que provee la hidroelectricidad y las termoeléctricas en nuestro país. Los proyectos energéticos son de larga duración y una equivocación en la evaluación puede repercutir en gigantescos impactos en la economía (que le pregunten a los gobiernos de la concertación que proyectaron termoeléctricas para ser operadas con gas natural de argentina, que cuando dejó de fluir tuvo que ser reemplazado con carbón, del cual tenemos bastante buenas reservas). Las únicas energías probadas en nuestro país y en las que somos bastante eficientes son las hidroeléctricas y las termoeléctricas, cambiarnos a una energía alternativa de las que no conocemos nada a nivel de empresa y cuya densidad energética es mínima y muy costosa de subvencionar (hay que mantener generadores a petróleo cuando no existe suficiente viento o energía solar lo que hace imposible éstas energías para usos industriales (tal vez para usos residenciales no tan intensivos y muy localizados sean adecuados)), parece al menos arriesgado. Aquellos que se oponen al proyecto deberían primero establecer cuales son las alternativas viables con las que contamos, todos nosotros estamos muy acostumbrados a la comodidad de una entrega relativamente óptima de energía, si no ejecutamos los proyectos necesarios hoy (los que sean más adecuados) en 5 a 10 años más, si/cuando tengamos problemas de oferta de energía, lamentablemente tendremos que recurrir al viejo truco de los apagones, que serán la excusa perfecta para protestas ya no por el origen sino por la falta de energía, lo que es infinitamente peor situación que la actual…

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