Debido a la ratificación del UPOV 91 (convenio internacional de obtención de semillas indígenas por parte de transnacionales respaldada por los gobiernos firmantes de este acuerdo), Monsanto recibió la extensión de su licencia para tener el monopolio sobre ciertas semillas indígenas (cerca de 600 especies están en manos de transnacionales). Que significa esto?, que los agricultores no pueden usar semillas de su propia cosecha, sino que deben adquirirlas a estas transnacionales, las cuales tienen control absoluto sobre los cultivos bajo este acuerdo. Independientemente que esto es absolutamente irracional en términos de la libertad individual de mantener y generar cultivos con la semillas generadas, entregando para todos los efectos el monopolio sobre la alimentación a transnacionales, ciertamente arroja un manto de preocupación sobre las leyes que se aprueban sin siquiera conocerse los alcances (esta ley se aprobó durante el debate de hidroaysen). Para ser claros, con ésta ley se podrían sentar las bases para que no exista la posibilidad de cultivos orgánicos propios, todo alimento debería ser adquirido directa o indirectamente a transnacionales, lo que es extremadamente relevante, muchísimo más que las implicancias medioambientales sobre una región casi inhabitada para un proyecto de energía sustentable y renovable como lo es la hidroelectricidad. Por que los ecologistas no protestan contra estas leyes que son infinitamente mas nefastas y violentan los conceptos de libertad individual y antimonopolios entre muchas otras?.
Bajo un contexto económico, los transgénicos son especies modificadas genéticamente para facilitar su producción y almacenamiento posterior, la modificación genética no implica mejores cualidades para el consumo, de hecho, el mejor producto que se puede consumir es aquel 100% orgánico, y en el caso de las carnes aquellas alimentadas naturalmente, no con sintéticos o especies que son ajenas a la tradicional (maíz en las vacas por ejemplo). Por lo tanto está fuera de discusión si los transgénicos son mejores alimentos o no, no lo son, y las consecuencias de las modificaciones que los hacen más resistentes a los pesticidas están por analizarse, lo que si es cierto es que 100.000 años de evolución genética no están preparadas para una semilla Frankensteniana, aunque estas modificaciones logran una mayor y más resistente producción que permite alimentar a la creciente población mundial. Ahora bien, el objetivo de las modificaciones genéticas propiciadas por estas empresas están mas orientadas a asegurar el monopolio de las semillas (y por tanto de la alimentación en general) al realizar modificaciones genéticas que impiden que la segunda generación de una semilla de frutos, por tanto y para todos los efectos, estas empresas al aprobarse estas leyes controlan la alimentación de países enteros. Me parece muy peligroso entregar este control, una de las cosas que debería ser libre en la economía es la capacidad de cultivar lo que a uno se le antoje en su tierra, y si se es eficiente en seleccionar las mejores semillas, bienvenido, mejor aporte para la comunidad, no debe dejarse en manos monopólicas el control de la alimentación, y las modificaciones genéticas van por el lado de asegurar esta condición mas que el beneficio para el agricultor o el consumidor final. Si puedes compartir este artículo hazlo, rechazar estas políticas es deber de todos y reprobar a quienes las aprobaron es nuestra prerrogativa en las próximas elecciones.
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