En post anteriores he descrito, al menos intentado, explicar como se genera el dinero bajo el sistema bancario actual vía reserva fraccionaria. Básicamente el dinero “bancario” entra en circulación al producirse un préstamo, donde el deudor acuerda el pago de intereses más el principal a un plazo determinado, y el banco a entregar “dinero” en su cuenta corriente. Todos éstos préstamos deben tener un porcentaje de reserva “física” generalmente resguardado en los bancos centrales de cada país bajo el título de Activos para los bancos y Pasivo para los bancos centrales. Pues bien, el banco central es el encargado de generar la adecuada liquidez en el sistema monetario para que los sistemas de crédito y consumo se mantengan en crecimiento y lo realiza básicamente poniendo en circulación el dinero llamado “base monetaria”. Cuando esta base monetaria aumenta mucho (impresión de divisas a tasas de interés bajas) los bancos acceden a una gran cantidad de dinero que en principio está diseñado para ser utilizado en situaciones de falta de liquidez (el banco no cuenta con el suficiente “dinero” para un determinado momento sea por retiros o por que sus cheques o compromisos están siendo cobrados a una mayor tasa de lo que permiten sus reservas en otros bancos). Algo importante que destacar aquí, la razón por la que los bancos impulsan créditos depositados en sus propias cuentas es porque si tienen que depositarlos en otros bancos tienen que de hecho hacerlo 100% vía sus reservas, que son traspasadas al banco receptor, situación que no se produce en el caso de realizarlo en su propia contabilidad (salvo que hayan llegado al límite de reserva permitido, caso en el cual recurren al banco central para solicitar un préstamo para cubrir la diferencia). Lo que nos lleva al título del post. El mayor temor de los banqueros centrales del mundo es una situación en la que no existan suficientes reservas que respalden los retiros o cobros tanto de clientes individuales, corporativos o interbancarios de instituciones financieras muy poderosas (too big too fail?), es decir, que ante una evento de retiro masivo de “dinero” no sean capaces de responder. Siendo éste el caso, aquellos bancos que cuentan entre sus reservas con el “dinero” interbancario de la institución insolvente tiene que a su vez borrar de sus activos estos, disminuyendo a su vez su capacidad de prestar en primer lugar y de responder ante retiros en segundo. Si esta situación se expande desde instituciones pilares del sistema bancario, la velocidad es exponencial, y difícilmente puede ser detenido por los bancos centrales, salvo la prohibición de retiros de fondos (feriado bancario) que, con suerte, le da tiempo de entregar a los bancos comprometidos recursos para afrontar el retiro físico (es una de las funciones encubiertas de los bancos centrales conocida como prestamista de último recurso). Básicamente esto es conocido como una corrida bancaria y tiene la capacidad de expandirse de quebrar el sistema bancario de un país. Hoy en día los bancos europeos (italianos y españoles en particular) están siendo atacados en sus valoraciones (tanto en acciones como en bonos) lo que implica que muchos bancos relacionados ven peligrar sus activos (sea porque tienen participación de los bancos o por que tienen bonos de deuda) lo que acelera la situación de falta de liquidez ante un evento de retiro masivo, que juzgando por el comportamiento de las bolsas no se ve muy lejano. Que produciría ésto? imposible saberlo, si un banco de inversiones como Lehman Brothers estuvo a punto de generar una crisis de proporciones épicas el 2008, no es posible determinar lo que generarían 10 o 15 lehmans hoy en día, todos juntos, que es la situación que se presenta en Europa. El peor temor de los banqueros centrales está a un evento desafortunado de producirse, y la respuesta será masiva como en las anteriores oportunidades, lamentablemente los inversionistas del mundo aplicarán el viejo refrán de Fool me Once shy on you, Fool me twice shy on me, que ya se está viendo en los mercados actualmente, las noticias del límite de deuda ni siquiera hizo mella en el espíritu de venta, y las intervenciones masivas en los mercados forex tampoco (miserable fallo del banco de suiza de devaluar el franco) y el retiro de fondos para invertir en activos tangibles puede ser épico. Ojo con las declaraciones y directrices que emitan las autoridades, si es declarado un feriado bancario sabrás que estás a punto de ver el congelamiento del mercado de créditos, o lo que es lo mismo, de la economía.
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