Es justa la gratuidad en la educación?

Probablemente no es ni remotamente el principal problema del país en estos momentos, estando al borde de una nueva crisis que repercutirá profundamente en nuestra economía por los próximos años, simplemente será postergada indefinidamente esta discusión en cuanto empiecen los síntomas de aquella. Sin embargo, una de las razones por las cuales nos encontramos en esta crisis  actual, en primer lugar, es la ideología de la igualdad, entendida no como tener las misma reglas del juego para todos en la sociedad sin tener preferencia por nadie, sino como un derecho etéreo universal que debe ser perseguido e impuesto de acuerdo a las ideologías que tienden a una sociedad más “justa”.

Sin duda uno a los 20 años promueve estos pensamientos, y son propios de esa edad idealista en la que no pensar de esa manera reflejaría cierta falta de “alma” o espíritu. El problema es que la realidad nos aterriza luego a lo que funciona y lo que no, y que ciertas igualdades son imposibles básicamente porque los seres humanos NO SOMOS IGUALES. Pensar que la educación formal puede cerrar una brecha que abarca múltiples aspectos, entre ellos formales, contactos, roce social, valores, cultura, tradición, y todo lo que es transmitido de una generación a otra al interior de la familia no puede ser entregado en un aula de clases (estos valores son independientes del estrato socioeconómico por cierto). No puede ser inculcado como valor el trabajo duro, las ganas de aprender y superarse, la honestidad, etc, simplemente me escapa como la gente piensa que una educación formal puede resultar en mejores oportunidades sin atacar estos fundamentos que son muchísimo más importantes. En estricto rigor, los contenidos curriculares básicos son iguales en todos los colegios de Chile, la obligación de clases presenciales también, entonces porqué tienen una mayor ventaja los establecimientos privados? Porqué nunca se encuesta a la gente que tiene a sus hijos en colegios privados y les preguntan cual es el motivo de no enviarlos a colegios públicos? una de las razones sin duda es la calidad formal de la educación, pero ni remotamente es de las más importantes, y si están entre ellas el roce social, los contactos que se forman en esta etapa (y que duran de por vida), el “ambiente”, el compartir en una ala común con personas “similares”, etc (lo sé por que entre amigos se discute frecuentemente estos temas y el menos importante con mucho margen es la calidad formal del currículo entregado). Pero sin duda, la elección más importante de aquellos que optan por una educación privada y que resume todos los intangibles es el obtener para sus hijos la máxima ventaja competitiva en la vida respecto del resto (si eso se logra o no con la educación “formal” es otro tema), por lo tanto, jamás optarían por una educación pública igualitaria, buscarían aquella que les proveyera de esta “ventaja”, siendo cada vez más costosa y por lo tanto entregando ese “margen” a cada vez menos individuos en la medida en que se quite el incentivo a una educación al menos parcialmente privada. Lamentablemente la lucha de clases planteada subterráneamente por este movimiento provocaría justo lo opuesto, entregar una educación pública igualitaria pésima, y una privada mediocre y muy cara, generando de todas formas un gran abismo entre estas dos. La mejor forma comprobada de mejorar la calidad de un producto (la educación es un producto se quiera o no, porque utiliza bienes de capital, muy intensivos por cierto, para transformarlos en algo que se entrega a un costo, independiente de quien termine pagándolo) es la libre competencia sin intervención de gobierno que genera las distorsiones que han provocado todas las crisis económicas de la historia, desde el imperio romano a la Europa actual. Con una salvedad histórica y única, hoy en día tenemos internet, la mejor y más potente herramienta de difusión de información de todos los tiempos, se puede generar por parte del gobierno una competencia durísima a la educación privada, pero cambiando el enfoque presencial de las clases por innovar con la tecnología de la red, liberando recursos para talleres prácticos, centros deportivos e integración social etc. El único problema es que todo el aparataje burocrático del actual sistema se vería en riesgo, por lo tanto es difícil pensar que existiendo tantos intereses comprometidos que no tienen nada que ver con calidad en educación y si en seguir ampliando un modelo que se ha probado ida y vuelta en todas las formas desde hace 400 años para seguir usufructuando (de recursos privados o públicos, no hace diferencia para ellos). Ya estaría bien que habiendo evolucionado en tantos otros aspectos cambiáramos el enfoque educativo actual de salas de clases con cursos y profesores que tienen que ir al ritmo del más lento (por esto de la igualdad) que tiene medio milenio de antigüedad, sin cambios relevantes, y nos acopláramos a la velocidad que nos entrega internet, y quienes la aprovechan hoy en día si tienen realmente esa ventaja competitiva, que es capaz de acortar brechas como lo han demostrado los múltiples emprendimientos basados en cero capital inicial y que ahora se encuentran entre las mayores compañías en capitalización del mundo. Impensable en tiempos anteriores esta velocidad de emprendimiento.