Un muy buen punto de vista respecto de la situación actual de las inversiones en Chile.
@latercera
El socio de BTG Pactual dice que la incertidumbre está golpeando la actividad privada y opina sobre el cambio que viene en la cúpula de la Bolsa de Comercio. “En ninguna institución es bueno que el líder esté 25 años”, dice.
Se define como un ciudadano con opinión. Y Jorge Errázuriz, presidente de BTG Pactual Chile Corredora de Bolsa y socio del banco de inversiones brasileño, no la esconde. Se alinea entre los liberales de la centroderecha; dice que el nuevo gobierno no tuvo efecto en la baja de inversión previa a las elecciones, pero ahora sí, y añade que la Bolsa de Comercio de Santiago deberá adecuarse a los tiempos actuales. Aquí, sus opiniones.
Pablo Yrarrázaval deja la presidencia de la Bolsa tras 25 años. ¿Vienen cambios relevantes?
Yo fui director 10 años. La Bolsa de Comercio es una institución extraordinariamente tradicional en Chile, de cambios lentos. Hay que ser justos, la Bolsa ha andado bien, ha funcionado, pero hay muchas cosas que hacer tanto en gobiernos corporativos como en regulaciones. La Bolsa ha sido hasta ahora una Bolsa mutualizada. ¿Qué quiere decir? Que les ha prestado un servicio a los corredores y les ha repartido el 100% de los dividendos; no ha sido una sociedad que se administra en forma independiente de los corredores, que tiene un objetivo propio. Yo esperaría una mayor independencia.
¿El próximo presidente debería estar 25 años?
Independiente de la persona, en ninguna institución es bueno que el líder, el presidente, esté 25 años. Ni un país, ni una empresa, nada. El mundo está avanzando muy rápido y son buenos los cambios. Una década es suficiente. No me extrañaría que eso se limite en el futuro. No creo que veamos presidentes por otros 25 años.
¿Se dice que su socio Juan Andrés Camus concita apoyo para asumir la presidencia?.
Ese tema pregúnteselo a él. Sí hay algo que se debería explicar. La Bolsa es una sociedad anónima, lo que se elige en junta son los directores, no al presidente. No hay controlador, de forma que el presidente se elige por los directores en la primera reunión. Esta no es una elección de presidente.
¿La Bolsa tiene mala imagen en la opinión pública?
La Bolsa no tiene imagen, no ha generado una imagen. No ha habido gran preocupación por desarrollar una imagen de un mercado inclusivo, no discriminatorio, amplio, abierto, transparente. Eso tiene que hacer. Estamos entrando a otra etapa, más moderna, más tecnológica, y existe esta posibilidad.
¿El caso cascadas será un punto de inflexión?
Espero que sí. Ya es un punto de inflexión. La Bolsa misma ya está estudiando cambios. Todo el manejo de la autorregulación de la Bolsa y de los agentes, y la regulación de la autoridad, es un tema que va a modernizarse y será más transparente y competitivo.
La incertidumbre
A qué atribuye la desaceleración. ¿A las expectativas creadas por el nuevo gobierno?
Es un punto interesante. Se ha generado un diálogo muy poco constructivo tanto del gobierno actual como del gobierno saliente. Personeros de los dos gobiernos saben muy bien que en los últimos 12 meses ha habido, y todavía hay, un flujo de salida de capitales. Una salida de capitales extranjeros de un continente provoca una depresión de los precios de los valores de los activos y menor inversión. Hay que comparar lo que ha pasado en Chile con lo que ha pasado en Brasil, Perú, Colombia y México. Si uno ve un patrón similar, algo hay en común: la Bolsa ha bajado en todos estos países, la inversión, el crecimiento han bajado. Despejado ese patrón común, hay que analizar el caso chileno. Y en el caso chileno, efectivamente, antes de la elección, se produjo una baja de inversión, una baja de precios, mayormente causada, en mi criterio, por la salida de los capitales de Latinoamérica, no por el programa de Michelle Bachelet.
Es decir, el programa de Michelle Bachelet no provocó esa baja.
Antes de la elección. Y agrego: las inversiones no se paran de un día para otro ni se deciden de un día para otro. Si hubo campaña del terror, no funcionó. Ahora, el programa del actual gobierno tiene un factor que es clave para las inversiones, que es la incertidumbre. No es el problema de que va a haber más impuestos, porque si pones más impuestos, quiere decir que la caja sobre la que tienes que tomar decisiones cambió, pero tienes parámetros claros. En este momentos se está discutiendo si el FUT sí, si el FUT no; si la tasa acá, si la tasa allá, qué impuesto se van a cambiar. Y tú como inversionista, lógicamente, no asumes nuevos proyectos de inversión. Esto es un costo de un cambio político. No es cero costo. Y si vamos a plantear que vamos a rehacer la Constitución y no sabemos cómo va a ser, estamos moviendo las bases del sistema. Yo diría que ahora sí está teniendo efecto la incertidumbre.
¿En qué se percibe?
En menor crecimiento, en menor inversión. En un país como Perú, la inversión es del orden de 27% del PIB. En un país como Chile va a ser menos de 20%. El crecimiento va a bajar por las dos razones: por la situación internacional y por la incertidumbre que hay. De alguna manera, el programa del gobierno actual en vez de ir contra la corriente de lo que pasa afuera, está yendo hacia el mismo lado. Hoy día el ambiente no está bueno para hacer nuevas inversiones.
Amplitud y el piñerismo
¿Qué de bueno y de malo tuvo el gobierno de Piñera?
El gobierno de Piñera fue extraordinariamente bueno, en manejo económico, modernización, en la reconstrucción. Lo malo, el sector energía. Desgraciadamente, se enredó en la institucionalidad y estamos todos pagando más por la energía que lo que deberíamos estar pagando si se hubieran desarrollado proyectos. El manejo del nuevo fenómeno de empoderamiento público, por redes sociales, de los estudiantes, los grupos de presión, fue deficiente. No se adelantaron, no supieron dialogar. Ahí hubo un déficit político. Pero creo que de aquí a cuatro años vamos a estar añorando un gobierno del tipo Piñera.
¿Y no dejó debilitado y dividido su propio sector?
Al contrario. Lo que ocurrió al final del gobierno del Piñera, la escisión de los grupos más liberales, me hubiera gustado que ocurriera al principio. Ahora hay grupos jóvenes y modernos como Evópoli y Amplitud que yo espero formen un movimiento que represente, entre los que yo me encuentro, a los sectores liberales de verdad. Porque ser liberal en lo económico no es ser liberal; y ser liberal en lo valórico, tampoco. A la izquierda le gusta decir que son liberales porque son liberales en lo valórico; la derecha, porque son liberales en lo económico. Los únicos liberales son los que, por el lado económico, privilegian el emprendimiento y la iniciativa privada por sobre el Estado como creador de valor, pero al mismo tiempo le dan al Estado un rol social enorme para que aplane la cancha.
¿Está contribuyendo con Amplitud? Mario Desbordes, de RN, le imputó un rol protagónico...
Eso es totalmente falso. Estoy en contacto, pero no soy financista.
¿Ni promovió la división?
De alguna manera lo he promovido. Mi opinión es que hay un número enorme de huérfanos políticos que no nos sentíamos representados ni por la izquierda ni por la derecha, porque ambos estaban yendo a posiciones extremas. La izquierda, una posición de una importancia enorme del Estado, con libertad valórica, y la derecha, de una libertad económica, pero cero libertad valórica.
¿Usted es piñerista?
Yo no soy piñerista. Lo conozco desde 1968, me considero amigo de él, lo admiro mucho, pero creo que el piñerismo le haría muy mal a él. No creo ni en el piñerismo ni en el velasquismo ni en el bacheletismo. Nos tenemos que manejar con ideas y elegir al mejor líder en el momento adecuado.
BTG Pactual administra uno de los fideicomisos de Piñera. ¿Se terminará o se renovará?
Eso pregúnteselo a él. Ojalá que lo renueve (risas).
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