@elpulso
En alerta máxima están los gremios ligados a la producción de cerveza, vino y pisco en Chile. Esto luego de conocer, en mayor detalle, la propuesta tributaria en alcoholes de la candidata a la presidencia Michelle Bachelet.
En su programa original planteó reemplazar el impuesto a las bebidas alcohólicas por un tributo específico igual a 20 UTM por cada 100 litros de alcohol, pero su propuesta cambió.
En su última actualización señala: "Estableceremos un impuesto a las bebidas alcohólicas específico, en proporción al volumen de alcohol puro incluido en cada tipo de bebida, cuya tasa estará en torno al promedio de las establecidas en los países de la OECD".
Esta última propuesta se hizo pública días antes de las últimas elecciones.
De llevarse a cabo, los gremios dicen que el impacto a la industria de cervezas, vino y pisco en Chile sería brutal.
En promedio, los precios de las cervezas subirían 38,5%, provocando un efecto contradictorio, afirman.
"Una botella de cognac o un vino que vale $85.000 pagará menos impuestos que los que paga hoy. En cambio, una cerveza Becker o una Báltica, que está en un rango de precio bajo, subirá 70% su precio", afirma Dirk Leisewitz, presidente de la Asociación de Productores de Cerveza de Chile (Acechi).
La industria cervecera crece a un ritmo acelerado en el país. Su facturación en 2012 fue del orden de los US$1.750 millones, y las arcas fiscales han sido beneficiadas.
En cuatro años, el Estado pasó de recaudar US$270 millones a US$413 millones en 2012. Eso sólo por conceptos de IVA e impuesto específico a la cerveza, dice Leisewitz.
"La cerveza paga una tasa de impuesto de 2,4 veces la del vino. Esto porque el vino tiene una graduación alcohólica de 12° a 14°, y paga el mismo 15%", destaca el presidente de Acechi.
La agrupación de cerveceros postula a una tributación progresiva de acuerdo al grado alcohólico.
Desde Vinos de Chile optaron por la cautela y el foco lo han puesto en sus actividades: Gala del Vino 2013 y Premios Awoca.
Sin embargo, el directorio encomendó a su presidente, René Araneda, y al asesor legal, Federico Mekis, la elaboración de un estudio para conocer el impacto de la medida.
"Las consecuencias serán nefastas, porque por un lado el objetivo es recaudar impuestos, pero por otro perjudicarás a los consumidores", sostiene uno de los directores del gremio viñatero, quien pide reserva de su nombre.
En Chile, alrededor del 35% del volumen total que se produce de vinos se comercializa a nivel local. En ventas totales, que incluye volumen con precio, se comercializa alrededor del 25%.
Eso quiere decir que el precio promedio de todo tipo de vinos, incluyendo los finos, se vende en promedio más barato que el de exportación.
Por su parte, la Asociación de Productores de Pisco, a través de su gerente, Fernando Herrera, criticó la propuesta de la candidata de la Nueva Mayoría, y solicitó más claridad.
"El promedio de la OCDE tiene cifras absolutamente distantes. Hay algunos países que tienen consideraciones distintas a vinos, cerveza y destilados. Hoy en Chile hay una relación de impuesto que es discriminatoria. Las cervezas y vinos tienen una tasa del 15%. Mientras los destilados tienen una tasa de 27%", sostuvo el ejecutivo. Añade: "No sabemos si los impuestos irán sobre éstos o los reemplazarán".
"Quieren subir los impuestos a los alcoholes y nos dicen que son malos para la salud, pero eso no es cierto. El consumo normal de alcoholes es hasta recomendable", destaca Herrera.
El dirigente afirma que el aumento hará, por ejemplo, que una botella de pisco reserva de $4.000 suba a unos $6.000.
Herrera dice desconocer los alcances de la medida, puesto que "no se sabe si se será un impuesto parejo, o se le aplicará a ciertos licores, o si será sólo para los de mayor graduación alcohólica".
El “hasta” es probablemente el peor caso, pero que un alza importante de precios sobre productos de consumo absolutamente prescindibles o reducibles tiene potencial impensado de destrucción de demanda no cabe duda.
Esta reforma se vuelve peor cada día. Como decía robsan, parece ser pensada e implementada desde ideologías, y no desde puntos de vistas técnicos y económicos. Esta gente razona unidimensionalmente, como solo abogados o académicos podrían hacerlo, pensando que las acciones tienen un efecto particular y definido sin afectar en nada la matriz económica completa. Que forma más idiota y demagógica de plantear reformas.
Como recordatorio, Hollande en Francia, después de implementar sus políticas “igualitarias” y destruir la economía, tiene el más bajo rating de aprobación en décadas y perdió por masacre ante la derecha en las municipales. Nadie quiere que a la nueva pill…err… mayoría le vaya mal, pero tampoco se quiere que destruya la economía para demostrar lo ridículo que pueden llegar a ser estas políticas “justas” en el extremo.
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