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"Es una reforma que toca intereses". Por esto, para el presidente de la comisión de Trabajo del Senado, Juan Pablo Letelier, es evidente que por momentos sea histriónica la opinión de algunos sobre el proyecto de reforma laboral y, por otros, destemplada.
Sin embargo, recalca que el articulado tiene un claro propósito: crear las condiciones para reducir la desigualdad en nuestro país.
En una semana clave donde hoy y mañana se escucharán las últimas audiencias y el miércoles se medirán los apoyos del proyecto en su votación en general en la comisión, el parlamentario está esperanzado y apuesta por alcanzar lo que califica como "acuerdos parciales".
- ¿Cómo ve el escenario que enfrentará el proyecto en esta semana decisiva?
- Tengo la esperanza y la confianza que al interior de la comisión tendremos un debate sensato y constructivo, sin duda, y espero que en aquellas materias que son las más sustantivas logremos abordarlas con altura de miras. Esa es mi esperanza y no a partir de miradas ideológicas extemporáneas.
Esta es una reforma que estaba pendiente en Chile hace más de 30 años. Aquí se está desmontando un principio muy neoliberal que está incrustada en el Código del Trabajo a partir del plan laboral de José Piñera. Se está desmontando algo que se impuso en Chile en un momento que es inaceptable para cualquier país con una convivencia democrática.
- ¿Qué ha primado finalmente en la discusión en la comisión? ¿La ideología por sobre la discusión propiamente laboral? La Sofofa ha insistido en que es una reforma ideológica, apuntando a la CUT y el PC.
- Lamento mucho la posición del presidente de la Sofofa. Los trabajadores chilenos estarían felices de que la media en el país fuera lo que ocurre en las empresas Sofofa. Si fueran capaces de ver la realidad de todos los trabajadores chilenos, entenderían que hay un problema en el país. La desigualdad salarial en Chile es muy violenta. Llamaría a que dejen de lado la ideología, que dejen de lado su lógica muy propia de los años 70 y que se pusieran en el siglo XXI.
La OIT ha fijado criterios con la participación del empresariado, ellos lo han validado y lo único que estamos haciendo es poniendo al día en nuestro país esta norma internacional sobre el derecho a huelga, huelga efectiva, hacer que los trabajadores participen de la distribución de la riqueza del país.
- ¿Hay cierta intransigenciadesde el mundo empresarial?
- El sector empresarial, la verdad, ha extralimitado sus juicios. Este es un proyecto muy moderado. Este es un proyecto que no está ofreciendo algo que nosotros los socialistas queremos que es la negociación por rama y por área. A los empresarios les gusta hablar de algunas cosas de otros países, pero no les gusta hablar de los contextos (...) Esta ley va a tener éxito si logra que los empleadores dialoguen más con sus trabajadores.
- ¿Es factible llegar a un acuerdo político como sucedió el año pasado con la reforma tributaria o percibe que es muy complejo?
- No sé si vamos a tener acuerdos totales, pero sí creo que vamos a lograr muchos acuerdos parciales. Un acuerdo para tener un lente particular para mirar lo que es la realidad de la micro y pequeña empresa.
- ¿A qué se refiere en concreto con acuerdos parciales?
- Acuerdos parciales por el bien del país. Entendemos que hay intereses contrapuestos, de muchos actores, hay bastante desconocimiento sobre lo que es esta reforma. Algunos opinan, desconocen el trabajo que hizo la Cámara de Diputados y están todavía en ciertos estereotipos o preconcepciones.
Con acuerdos parciales me refiero a que estoy seguro a que en torno a una mirada especial para la micro y pequeña empresa se va a construir acuerdo. Tengo la esperanza que en muchas materias de procedimiento, que evite la judicialización o sobrejudicialización de las relaciones entre trabajadores, y empleadores vamos a mejorar el proyecto. Creo que hay otras materias sobre las que probablemente no construyamos un acuerdo, pero que será menos dramático de lo que algunos han querido generar.
- ¿Será posible avanzar en un régimen diferenciado para las pymes como se anunció?
- Sobre las micro y pequeñas empresas en torno a los 20 trabajadores, es posible construir un lente distinto para mirar las relaciones laborales, para no atentar contra ningún derecho fundamental de los trabajadores se pueden establecer procedimientos distintos. Eso es lo que queremos construir, pero no hay adelantar nada.
-¿Esto es parte de los acuerdos parciales de los que hablaba?
- Sí, por cierto.
Relación con la Alianza
- ¿Cómo ve la actitud de la oposición?
- Veo una actitud muy constructiva de los otros miembros de la Alianza de la comisión y por eso confío en que vamos a poder cumplir acuerdos parciales.
- ¿Andrés Allamand propuso algún tipo de acuerdo?
- No, lo digo en general, con Hernán Larraín que también es miembro de la comisión, también hemos tenido una relación muy fluida en la discusión de los temas laborales. No hay que olvidar que en el programa de la Alianza el tema laboral está a la vista, a menos que quieran borrar con el codo lo que está en ese programa, que puede ocurrir, pero hay muchos de estos temas que están abordados.
- Le pregunto porque el senador Allamand expresó que la oposición no tiene ningún incentivo político para lograr un acuerdo en relación a la reforma laboral...
- Creo que el global no es posible, por eso hay que ver la posibilidad de lograr acuerdos parciales. Y hay espacio.
-¿Hay alguna opción de aprobar algún matiz en cuanto al reemplazo en huelga?
- Esta búsqueda de debilitar la huelga es de quienes no entienden lo que es el derecho laboral. La gente como que se olvida de que estos son derechos fundamentales. Estas imposiciones que hablan de reemplazo interno están hablando de la experiencia de otros países donde se negocia por rama.
- ¿Se inclina por alguna fórmula en relación a los servicios mínimos?
- A mí no me gusta el concepto de servicios mínimos, creo que induce a un error conceptual. Hay que ir por los servicios esenciales y definirlos de acuerdo a la OIT. Ahí sí tengo esperanzas de que avancemos tanto en los procedimientos y en su definición, porque tal como viene en el proyecto se discute casi en paralelo con la negociación colectiva.
- ¿Y los pactos de adaptabilidad?
- Espero dos cosas. Una, que se saquen de la negociación colectiva porque ahí se distorsiona. No tengo problemas en sí en que se establezca la posibilidad de pactos entre trabajadores y empleadores, pero lo segundo es que tampoco pueden violentar derechos fundamentales de los trabajadores.
Sacándolos de la negociación colectiva, perfeccionado la norma que hay actualmente, el Código permite hoy jornadas especiales autorizadas por la Dirección del Trabajo. Revisando estas normas y haciendo un complemento en lo que hoy hay y lo que propone la Cámara pero dejándolo fuera de la negociación colectiva, es probable que lleguemos a un acuerdo parcial en esa materia.
Primero, un senador de la república no puede tener ese pelo. Representan la imagen de todo el país. La primera impresión que uno recibe de alguien es la apariencia. Guste o no, cuando alguien nos quiere vender algo y está impecablemente presentado da la sensación inmediata de seriedad y orden que proyecta sobre sus productos o servicios. Lo mismo a nivel de país con sus representantes.
Segundo.
Da lo mismo lo que piense el senador, gobierno o los diputados respecto de si es exagerada o no la reacción de los empresarios. Lo que importa es efectivamente la sensación, y reacción posterior de los empresarios y capitales a la nueva ley.
Esta gente es increíble. Creen que por el solo hecho de transformarse algo en ley esta va a moldear a la sociedad o la economía como ellos pretenden. Ya les están diciendo que de continuar estas tendencias, los planes de reajustes de costos serán peores.
No podría haber un peor momento para hacer más rígidas las relaciones laborales. No tiene sentido del timing esta gente. Lo peor de todo es que las tendencias se refuerzan a si mismas. Cuando hay pesimismo, cualquier noticia buena es un detalle sin más, cualquiera mala se exagera. Al revés también funciona.
Si el precio de los commodities sigue bajando, y los despidos comienzan en el norte, eso se extenderá como un cáncer hacia el centro sur.
No es responsabilidad del gobierno la situación internacional por supuesto. De lo que es responsable es de reforzar el efecto negativo. Esta reforma es uno de esos refuerzos.
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