20 agosto, 2016

El peor momento de la Nueva Mayoría

 

@latercera

Los niveles de respaldo ciudadano a las coaliciones políticas son desoladores, a juzgar por las cifras que arrojó la encuesta CEP sobre percepción de los conglomerados partidarios.

Pero, en particular, el resultado impone una conclusión especialmente dura para la Nueva Mayoría. Respecto de la labor que desarrolla el bloque, sólo un 8% la aprueba, mientras que un 46% la rechaza. Esto registra una baja respecto de la última medición, de noviembre del año pasado, en la que el resultado fue de un 13% de apoyo, manteniendo el mismo número de desaprobación.

Al momento de presentar los resultados, el coordinador del área de Opinión Pública del CEP, Ricardo González, sentenció: “Nunca una coalición había tenido una aprobación tan baja como la Nueva Mayoría hoy”.

Las cifras, en todo caso, tampoco son alentadoras para la oposición. El respaldo a Chile Vamos es de un 10%, mientras que un 38% rechaza su labor. Este apoyo se mantuvo en la misma cifra que en la última encuesta CEP de noviembre del año pasado, pero que evidenció un descenso en su nivel de nueve puntos en su nivel de desaprobación.

Críticas cruzadas

Desde hace un par de semanas, en la Nueva Mayoría se intensificó un debate sobre las posibilidades de proyectar la coalición a un próximo gobierno, una discusión estimulada por sectores de la DC, particularmente por Jorge Burgos, quien presagió el fin del bloque partidario con el término del actual gobierno.  A este diagnóstico se suman las críticas transversales desde los partidos oficialistas -sectores del PPD, PS y especialmente la DC- a la construcción y alcance del programa de gobierno, tanto por su escaso debate en la construcción del texto como por una presunta carencia de profundidad en sus planteamientos. Una situación de tensión que, además, se intensifica por la impopularidad del gobierno y de la Presidenta Bachelet.

Por lo mismo, los dirigentes oficialistas coinciden en la necesidad de realizar una autocrítica, pero que además el Ejecutivo rectifique su rumbo. “Este resultado es muy malo, debemos hacernos una autocrítica. Hay una relación de este bajo respaldo con el mal resultado obtenido por el gobierno, quienes también deben hacer una revisión profunda y cambios sustantivos  en las prioridades, en los equipos y en la forma en que procesamos las cosas”, dijo la senadora y presidenta de la DC, Carolina Goic. “Es difícil remontar esta cifra si no hay una autocrítica ni capacidad de sintonizar con el país real. Hemos implementado políticas públicas mal gestionadas y perdimos las mayorías”, agregó el presidente del PR, Ernesto Velasco.

Con todo, desde la izquierda critican el acotado alcance de las reformas implementadas por el gobierno. “Hay un ciudadano disconforme con las políticas públicas que se implementan. La exigencia ciudadana quiere cambios verdaderos. Todos se han cansado de cambios co sméticos para la galería”, sostuvo el diputado PC Hugo Gutiérrez. Una opinión similar, pero de mayor moderación, tiene el secretario general del PS, Pablo Velozo. “La coalición debe volver a conectarse con la gente, quienes están de acuerdo con las reformas, pero nos exige mejorar cómo se hacen las cosas”, dijo.

El presidente del PPD, Gonzalo Navarrete, plantea reordenar a la Nueva Mayoría en torno a las definiciones presidenciales. “Debemos definir un mecanismo explícito en torno a un candidato presidencial. Eso obliga a que la gente se defina si va a estar o no en una coalición”, dijo.  “Por ejemplo, cuando uno de nuestros partidos dice que va a llegar con candidato propio a la primera vuelta presidencial, ese es el más efectivo suicidio del conglomerado”, añadió, en alusión a la DC, colectividad que aún defiende la eventualidad de llevar una carta presidencial propia que compita con los abanderados del resto de los partidos de gobierno.

La desconexión de la clase política con la realidad es abismal. Esa es la razón por la cual los resultados de aprobación son igualmente abismales.

La gente quiere cosas sencillas. Trabajos decentes. Acceso a servicios públicos adecuados. Posibilidad de moverse a cualquier nivel socio económico con el esfuerzo proporcional a ello. Y la seguridad interna y externa que le permita realizar sus actividad con confianza. Salvo contadas excepciones, a nadie le gusta que le regalen las cosas. Intuitivamente sabemos que eso nos hace esclavos de quien nos hace estos “regalos”. Y eso pasa a cualquier nivel. Hijos de padres acaudalados que les pagan todo, pero estos deciden donde y como. Americanos con sus tarjetas EBT esperando fin de mes para que sus cupos sean llenados e ir a comprar con ese dinero, a cambio de controles médicos, restricción de usos del dinero, etc, etc.

Uno de los grandes riesgos del socialismo es que pueda cambiar esa percepción fundamental de independencia y haga que la gente piense que el gobierno es quien tiene que hacerse cargo de sus problemas, y no uno mismo. Y estar dispuesto a comprometer la libertad de hacer lo que a uno le de la regalada gana con el dinero y el tiempo personal, a cambio de bienes materiales o seguridad de ingresos.

No se en realidad si esta encuesta es el rechazo de los políticos por su pésima forma de llevar los cargos que supone tienen que contar con una altura ética y moral superior, o de la línea de gobierno redistributivo que se ha presentado durante este tiempo.

Esperemos que sea ambos.

La única forma conocida de prosperidad es producir más bienes y servicios, de mejor calidad bajo un ambiente de libre mercado. Eso implica trabajo, más y mejor. Es la única manera. El lema del colegio más antiguo de Chile, y por casi dos siglos el referente de los cargos públicos y lideres nacionales lo ha inculcado en cada una de las generaciones que han pasado por sus aulas.

Labor Omnia Vincit. El trabajo todo lo vence.

Incluso las desigualdades. En realidad, especialmente las desigualdades.

Hay otra frase que también me gusta, excluida del contexto de su mal uso y de quien lo usó. El trabajo te hace libre.

Que es exactamente lo opuesto a lo que sucede cuando se depende de lo que el gobierno disponga.

Por supuesto ahora el ingreso al primero foco de luz de la nación va a ser mediante sorteo…

Esto es el resumen de lo que está en juego. El trabajo y mérito que permiten un cupo a un lugar y ambiente de excelencia, versus un sorteo aleatorio para acceder a ese mismo lugar que ahora lógicamente va a dejar de ser tan excelente, porque si no tengo que esforzarme para tener la posibilidad de acceder a algo bueno, para que lo voy a hacer en primer lugar.

Es casi una alegoría a lo que está en juego, no solo en Chile, en el mundo.

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