16 agosto, 2016

El reservado manual de crisis del Senado para enfrentar "un huracán comunicacional"

 

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@emol

SANTIAGO.- Desde su primera edición, es la primera vez que un documento interno de estas características se hace público. Se trata del manual "Manejo y Prevención de Crisis" del Senado, reservado texto que fue distribuido de manera actualizada a los parlamentarios el pasado 24 de julio. El texto de diez páginas, según consigna "El Mercurio", concentra una serie de aspectos en torno al manejo y prevención de crisis comunicacionales, además de plantear escenarios de riesgo y propuestas para enfrentarlos por parte de los senadores. Según se explicó en la Cámara Alta, los episodios de denuncias, irregularidades y "escándalos que han explotado" hicieron necesario la elaboración y posterior distribución del material, el que entrega fórmulas de cómo un senador, por ejemplo, debe desenvolverse ante un conflicto. Por la sensibilidad de las sugerencias, el texto fue entregado en papel y no vía email , para evitar su filtración más allá del Senado. Hubo parlamentarios que lo recibieron de parte de sus jefes de comité, otros afirman que nunca lo recepcionaron, pero sí admiten saber de su existencia. Algunos lo recibieron, pero no lo leyeron, otros lo archivaron con cierta incredulidad, afirmaron. La elaboración del documento es de Lidia Fuentes, de la oficina de Prensa y Comunicaciones dependiente de la Dirección de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, que está a cargo de Roberto Bustos, quien también actúa como secretario de la comisión de Hacienda. Por las características del texto, en la Cámara Alta aseguran que no es prerrogativa de la mesa directiva su revisión o autorización. Entre las recomendaciones plantea la toma de resguardos. Recurriendo al conocido género de los reality, advierte que las "transmisiones en vivo tanto de la Sala como de las comisiones generaba efectos en la comunicación no verbal y se convertían, además, en registros públicos, donde la secretaría y las comisiones debían tomar ciertos resguardos, advirtiendo a los participantes que estaban siendo grabados, fotografiados o filmados en vivo (fenómeno reality). Cabe señalar que hoy todo ese material queda a disposición de la ciudadanía casi en forma inmediata y se puede compartir y viralizar". ¿Qué se les recomienda hacer? Parte del escrito señala que la "tendencia de fiscalización, investigación y denuncia hacia todas las instituciones se ha instalado bajo diversos formatos (programas de investigación, denuncia, notas, declaraciones, memes, etc.), tanto en los medios de comunicación como en los medios sociales". Otro párrafo pone como antecedente lo que se denomina como "denuncias, extremismos y desprestigio". En cuanto al seguimiento de su desarrollo internacional se ejemplifica "con los casos de extrema degradación del debate público y la radicalización de posturas que han generado casos que incluso llegan a la violencia política". Asumiendo que las crisis comunicacionales se repitan "en los próximos meses", se propone poner atención, porque "una foto de celular en alguna situación comprometedora, un video, una denuncia de un trabajador del entorno familiar o personal de la autoridad bastará para levantar un huracán comunicacional". Por eso el protocolo general de Manejo de Crisis sugiere "mantener la calma y solicitar antecedentes", de ser sorprendido con algún cuestionamiento o consulta. Y "en casos de crisis o ante denuncias públicas se recomienda, en lo posible, evitar las ironías o sarcasmos".

Me llamó la atención de inmediato el titular.

Se me viene a la mente un antiguo refrán. El que mono aunque se vista de seda, mono se queda.

No creo que exista un manual para la clase. El manejo comunicacional depende primero de que no hagas tonterías en el ejercicio de un cargo público. Y si llegas a hacerlas, de la inteligencia para improvisar y salir del paso cuando sea necesario, porque el que calla otorga, así es que no siempre quedarse en silencio ayuda. Somos todos humanos y por ende sujeto a fallas y errores. No es razonable esperar perfección. Pero si al menos podemos esperar de nuestros representantes honestidad y estilo para reconocer aquellos. Si hay algo que todo el mundo perdona es que los políticos se equivoquen y lo reconozcan, ojalá de la manera más humilde posible, salvo que sean personajes en extremo pedantes.

Solía ser un rasgo distintivo de la clase política al menos que se les asociara con refinación en todos los ámbitos. Hoy por supuesto no es el caso y por ello esto de los manuales de contingencias comunicacionales. Impensable para políticos antiguos. No es que fueran necesariamente mejores o más honestos. Pero al menos eran más elegantes en su relación con la prensa y los medios.

Aunque preferiría que la balanza se inclinara hacia la honestidad en el ejercicio del cargo en vez de hacia la clase para justificar la falta de ella, no sería malo contar con ambos en los políticos del futuro.

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