@DF
La cultura empresarial chilena está al debe con la mejora de productividad de la que tanto se habla. Hay mucha esperanza en los grandes conceptos económicos, en la forma de medir la productividad, en que el costo de la energía están bajando, en nuevos conceptos de management. Incluso se habla de robótica, inteligencia artificial y sistemas tecnológicos aplicados.
Estos “juguetes”, algunos necesarios, están más bien asociados al cartesianismo en el pensamiento y no hacen obligatoriamente que las empresas sean más productivas y logren las mejoras competitivas requeridas para satisfacer los objetivos de los stakeholders. Parte de la cultura de productividad y rendimiento en cualquier sistema industrial pasa porque las personas y las organizaciones tengan una cultura y espacio de trabajo transversales y multidisciplinarios que los obligue a repensar y ser más simples en lo que hacen, mirando los distintos procesos de negocios a los cuales están enfrentadas.
Nuestra experiencia nos muestra que hoy en el país existe talento adecuado y conocimiento práctico dentro de las organizaciones y que tanto trabajadores como ejecutivos saben bien lo que deben hacer para lograr que las cosas pasen de mejor forma.
Sin embargo, el problema a que nos vemos enfrentados es en el ámbito de la ejecución, de que efectivamente “pasen las cosas”, del cómo, y el método que se utiliza para lograrlo. ¿Cuál es, entonces, la metodología que debieran seguir para avanzar en este aspecto?
Las empresas que han logrado mejorar sustancialmente la productividad estos últimos años han sido aquellas donde las capacidades de sus trabajadores han sido desafiadas para mejorar los procesos de negocios buscando mayor simpleza, una mejor ejecución y con gran alineamiento en los objetivos. Nada necesariamente nuevo para quienes están dirigiendo alguna organización pero que requiere modelos rigurosos y sistemáticos de ejecución que entreguen el espacio necesario a quienes se enfrentan al problema diariamente para mejorar y hacer más simple y productivo su trabajo. Los “juguetes” a los que me refería deben estar presentes en las distintas empresas, pero no como fin último, sino como parte de un sistema más complejo que permita operar mejor, atender mejor al cliente, reducir costos, sacarle más rendimiento a los activos y mejorar las rentas de los trabajadores. Ejecución, ejecución, ejecución puede sonar una palabra muy cliché, pero si la logramos entender con la ortogonalidad necesaria nos dará la oportunidad real de mejorar la productividad a los niveles que nos permitan tener una mejor cultura empresarial en el país.
Muy buen artículo.
Y muy atingente a la realidad que erróneamente algunos empresarios y emprendedores atribuyen a falta de productividad o competitividad de la mano de obra en Chile.
No es así. El factor principal de decisión de inversión en plantas y manufacturas que impliquen uso intensivo de capital (incluido RRHH) es la tasa impositiva total del país. Y en general de cualquier inversión.
Y que tiene que ver esto con productividad??
La mano de obra más cara del planeta, que debe ser la suiza, está a pleno empleo, es más, deben llegar de otros países para compensar la falta de oferta de trabajadores.
Y no podríamos decir que son poco competitivos los suizos. O los alemanes. O los japoneses.
Tiene que ver algo con los juguetes sin duda. También con la tecnología disponible.
Pero tiendo a pensar que lo que hace eficiente a estos países es que existe un cierto porcentaje importante de tareas que son intuitivas, o instintivas. Hábitos automáticos que se realizan sin pensar. Bueno hábitos por cierto. Y por lo tanto las variables o condiciones en las que hay que pensar o tomar decisiones son las menos y por ende la mayoría de las tareas están ejecutadas de manera óptima o correcta por defecto.
Eso hace que las cosas sean eficientes. Es como cuando aprendes a andar en bicicleta. Al principio vas atento a todos los movimientos, propios y ajenos y piensas todas las cosas que vas haciendo o que vas a hacer y ejecutar. Evidentemente eso no es muy práctico ni eficiente en términos del desempeño sobre la bicicleta. Cuando ya dejas de pensar en pasar el cambio adecuado, o pedalear de tal cual forma, o si vas a chocar o no con algo, pasas a un estado superior de dominio de lo que haces.
En una empresa, cuando adquieres las disciplinas o hábitos automáticos en un área o en muchas de ellas sucede lo mismo. Te hace eficiente.
Algo así como un ultra instinto en el que cada parte hace lo que resulta más adecuado sin tener que pensarlo o decidirlo racionalmente en cada acción.
Y como una empresa es un ente dinámico muy parecido a un organismo biológico con múltiples componentes u “órganos” que deben trabajar en coordinación casi inmediata antes condiciones cambiantes, lo lógico es que funcionen igualmente de manera automática en la mayor parte de sus funciones. No vamos a pensar en que el corazón lata más rápido cuando debemos correr.
Bussiness Ultra Instinct ™
Patent pending….
Ese articulo es visto desde las grandes empresas. Para las pymes hablar de tecnologias, procesos, productividad es casi un sueño.
ResponderEliminarOjala lleguen mas empresas chinas para que muchas empresas grandes, medianas y pequeñas empresas se den cuenta de lo ineficientes que son.
Con todas las vendidas de pomada como sap leen, business ultra instict es lo mejor muy buena analogia...
ResponderEliminarLograr que la empresa logre el nivel ultra instinto...y por eso los suizos alemanes y japoneses se mueven a otra velocidad....