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SANTIAGO.- En 2009, la ley 20.384 integró al Código del Trabajo el "derecho a la igualdad salarial", que instaura la obligación de que hombres y mujeres tengan iguales salarios cuando hacen "el mismo trabajo", y establece que no serán arbitrarias las diferencias en las remuneraciones fundadas, "entre otras razones", en las capacidades, calificaciones, idoneidad, responsabilidad o productividad. Además, dice que para exigir este derecho, el trabajador debe presentar un reclamo por escrito al empleador, según el reglamento interno de la empresa. El empleador tiene 30 días para contestar. Si la respuesta es negativa, el trabajador puede recurrir al procedimiento de tutela ante la justicia laboral. A pesar de esta norma, se calcula que en Chile el ingreso promedio mensual para las mujeres asalariadas es un 20% menor que el de los hombres, brecha que supera el 30% en los estratos profesionales y en los puestos de trabajo de mayor responsabilidad. Por otra parte, según datos de la Dirección del Trabajo, entre 2011 y 2014 hubo 21 denuncias por vulneración del derecho de igualdad de remuneraciones por sexo: cinco en 2011; una en 2012; nueve en 2013, y seis en 2014. Asimismo, entre 2016 y 2017, las oficinas de derechos fundamentales y libertad sindical realizaron seis investigaciones por discriminación salarial entre hombres y mujeres, de las cuales cinco llegaron a una instancia judicial; 26 casos en ocho años, lo que corresponde a un promedio de 3,25 denuncias anuales desde que se implementó la norma en 2010. Todas fueron presentadas por mujeres.
Lo que demuestra que la supuesta brecha salarial no existe salvo las opciones personales que se tomen en relación a la construcción de carrera y sobre tiempo. Cosa que ya se ha demostrado innumerables veces desde hace ya varias décadas, pero por alguna razón este mito persiste.
Y la razón es sencilla. Cuando se compara un grupo completo sin desagregaciones con otro, lo que sucede es esto. Por supuesto que un hombre va a ganar más que una mujer en igualdad de cargos. Eso es porque hace más horas extras, más turnos especiales y en general no utiliza permisos maternales por lo tanto tiene más continuidad en la carrera y por ende más experiencia cuando esto es un factor.
Cuando se comparan sueldos de mujeres y hombres en cargos similares y con similares opciones personales, los distintos estudios que se han realizado con este nivel de desagregación han dado como resultado que esta brecha o no existe o es insignificante.
Y eso tiene una razón de mercado. La recompensa es proporcional al aporte que haces al negocio. No importa si eres hombre, mujer, blanco, negro, rosado o marciano. Y en el general del mercado laboral, salvo contados casos, el aporte se mide en horas de trabajo.
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