Tras cinco días de "silencio", el ex ministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre se refirió ayer por primera vez a la polémica por el mayor déficit estructural que dejó el gobierno de Bachelet. La cifra, inicialmente anunciada en 1,7% del PIB, terminó siendo 2,1%; es decir, 0,4% más.
La ex autoridad admitió que se produjo un error en el cálculo del déficit por parte de los técnicos de la Dirección de Presupuestos. Ello, utilizando la metodología habitual de cálculo para el balance estructural.
"Si bien es cierto se cometió un error conforme la metodología anterior, creo que la metodología anterior está mala, y este 0,4% no debía revisarse", afirmó Eyzaguirre en una entrevista a T13 Radio.
Aún así, admitió que el déficit de 2,1% del PIB deja la posición inicial de déficit "algo más deteriorada, por lo tanto, la consolidación fiscal (que hará el gobierno actual) debe ser algo más profunda".
Eyzaguirre afirmó que solo se enteró del error a fines de febrero, pese a que el ex director de Presupuestos, Sergio Granados, hizo público el 30 de enero que el Consejo Fiscal Asesor (CFA) había cuestionado las variables del precio de venta de cobre de Codelco y la cifra final de déficit (ver línea de tiempo).
El ex ministro culpó a los técnicos de la Dipres, organismo dependiente de Hacienda, por el error. "Este cálculo normalmente es hecho por los técnicos de la Dirección de Presupuestos, y ellos nos informaron inicialmente este 1,7%, y cuando vuelvo de vacaciones me dicen que producto de dos hechos que no se habían presentado antes, al parecer hubo una sobrestimación de los ingresos estructurales de US$ 1.100 millones y, por lo tanto, que el déficit, en vez de 1,7%, sería 2,1%", relató Eyzaguirre. Agregó que desde que hay balance estructural, nunca se había producido pérdida (en Codelco), lo que "pilló a los técnicos un poco de sorpresa".
Eyzaguirre aprovechó la instancia ayer para contestar también a las críticas del titular de Economía, José Ramón Valente, quien afirmó el miércoles que el gobierno anterior les mintió a los chilenos, por no informar sobre el real estado de las cuentas fiscales. Eyzaguirre dijo que las declaraciones del titular de Economía fueron "un despropósito" e "irresponsables". "Está mal informado, porque él habla de US$ 1.000 millones menos en la caja (fiscal), y eso es completamente falso, porque aquí no ha habido ninguna revisión del déficit efectivo, ni de la deuda. Los chilenos pueden estar tranquilos porque no es que tengamos US$ 1.100 millones menos en la caja", afirmó el economista.
Valente respondió al ex ministro
Valente le volvió a contestar a Eyzaguirre ayer, y dijo que lo que él afirmó "se ajusta perfectamente a la realidad". "Uno puede confundir mucho a la gente, pero la gente entiende que si uno tiene menos ingresos de lo que creía y tiene los mismos gastos, al final tiene menos plata, y eso es lo que va a pasar", dijo el titular de Economía.
Por su parte, el actual ministro de Hacienda, Felipe Larraín, expuso ayer en Icare e hizo referencia directa al error. "Partiremos desde el -2,1%, y queremos llegar a cero, pero no estamos diciendo que lleguemos a cero durante este gobierno; de hecho, ahora se nos hizo un poco más pesada la carga", dijo.
Y luego agregó: "Nuestro punto de partida es este, es un error, que lamentamos, no lo voy a calificar, pero sin duda nuestro punto de partida es peor, y yo lo lamento, porque creo además que es una mala noticia".
La autoridad indicó que esperan converger gradualmente a un balance estructural, perfeccionar la regla fiscal y su institucionalidad, así como estabilizar la deuda pública, y crear las condiciones para recuperar la clasificación de riesgo. Afirmó que institucionalizará al Consejo Fiscal Asesor y destacó el rol del organismo creado por decreto en 2013 en medio de la polémica.
Además, dijo a los empresarios que "aunque han mejorado las expectativas, el crecimiento no está asegurado". Sin embargo, el ministro indicó que espera que la economía chilena crezca del orden del 3,5-4% durante la actual administración.
crecimiento
Hacienda espera que la economía chilena crezca del orden del 3,5-4% durante este gobierno.
Existe una sola realidad…
Desde 2008, el ritmo de crecimiento de la deuda pública chilena en relación al PIB solo ha crecido, a mayor o menor ritmo pero la tendencia es clara. En 10 años pasamos de 3,5% a 25%. Podemos argumentar que echamos mano de deuda barata para financiar primero el incentivo económico ante la crisis subprime, después el terremoto de 2010 y después la retroexcavadora de Bachelet.
Aún estamos a tiempo de corregir rumbo e intentar no expandir la deuda y con algo de suerte y manejo económico, rebajar algo. Debe ser de las deudas más bajas del mundo OCDE, sino la más, en relación al PIB. Y eso se debe básicamente a que no tenemos pensiones públicas.
Eso nos da una ventaja como país que será evidente en unos cuantos años, tal vez incluso semestres en relación a países de igual nivel de riesgo e infraestructura y PIB per capita.
La misión del país es generar crecimiento económico que permita pagar por los programas sociales que tengan sentido y que efectivamente apunten a las vulnerabilidades de la inmensa clase media que está a un desastre de salud o de cualquier tipo de pasar a pobreza. Y por supuesto la ayuda social a quienes no alcanzan por el momento a tener cubiertas sus necesidades básicas.
La visión de los políticos en general es que los programas se pueden pagar con deuda y que por añadidura si se emite en pesos, se paga con moneda depreciada en el largo plazo.
En el caso de los políticos de izquierda, subir los impuestos para pagar los programas y promesas, y cuando eso enfría la economía y el output económico, se cubre con deuda el resto.
En el caso de los de derecha, bajar los impuestos para aumentar el output económico y con eso la recaudación. Cuando eso no resulta, se aumenta la deuda.
El resultado es el mismo.
Uno de los principales instrumentos de inversión extranjera e interna es la deuda. Podemos manejar un 25% fácilmente y mantener instrumentos que se pueden apreciar y con ellos beneficiarnos todos ya que gran parte de los bonos de gobierno y central están en manos de las AFP´s.
Win-Win.
Sabemos que ningún gobierno emite deuda pensando en pagarla. Eso es un hecho de la causa. Lo único que piensan es en pagar la menor cantidad de intereses posibles.
Si como país realizamos un acuerdo transversal de mantenernos siempre en un nivel de deuda igual o menos a, por ejemplo, 30%, Y hacemos los ajustes cuando vemos que eso está en peligro, el valor de los bonos va a aumentar. Porque se entiende que es un instrumento seguro. Particularmente si se emite en pesos que es la moneda interna. Y eso beneficia a todos los que han invertido en ellos, y esos son en su mayoría fondos de pensiones institucionales.
Desde que se transformó el sistema internacional en 1971 a un sistema de flotación libre y con la deuda de gobierno como respaldo de transacciones de inversión, el dinero se convirtió en deuda y viceversa. El dinero es deuda. Si se maneja la última adecuadamente puede ser un instrumento muy práctico para la colocación y valorización de capitales, en este caso los de todos los trabajadores chilenos.
Esa es la gran ventaja de Chile en relación a casi la mayoría del mundo. Hay que aprovecharla en la próxima crisis de deuda internacional. En ese caso, increíblemente se transforma en activo. Puedes emitir deuda con intereses menores para pagar la deuda más cara y mantenerte en los niveles de deuda establecidos. Bajas tu carga de flujo y valorizas los bonos de los jubilados. Maravilloso.
Un paso más adelante sería el simplemente emitir dinero contra el crecimiento del PIB estimado y eliminar la emisión deuda, y de paso los impuestos. Sería un avance equivalente al invento de la impresión o la era de internet. Un gobierno que no persigue impuestos y que no es pesado en administración ya que no necesita recaudadores.
Es lindo soñar con una clase política creativa, con experiencia y responsable.
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