@latercera
Si bien las proyecciones de crecimiento económico siguen al alza, el mercado laboral no está mostrando el mismo comportamiento. Así por lo menos lo reconoció el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, durante su exposición en la comisión mixta de Presupuestos.
Una de las mayores preocupaciones del jefe de las finanzas públicas es la desaceleración que han mostrado los empleos asalariados privados.
“Nosotros tenemos que preocuparnos y tenemos un desafío del mercado laboral que no es menor, y es que estamos, luego de trimestres móviles de caídas del empleo asalariado privado, con un crecimiento de ellos, pero no tan potentes y como nos gustaría, todavía estamos dependiendo del crecimiento del empleo a cuenta propia y del empleo asalariado del sector público”, dijo el ministro Larraín.
De acuerdo con los últimos antecedentes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el desempleo nacional para el trimestre móvil marzo-mayo 2018, llegó al 7%. En este mismo períodos, los empleos por cuenta propia alcanzaron 5,1% en promedio anual; los asalariados públicos llegaron a 6,7% y los asalariados privados sólo avanzaron 0,6% en 12 meses.
En esta línea, el ministro Larraín sostuvo que “este tema de desaceleración del empleo asalariado privado afecta principalmente a los grupos más jóvenes. Mientras los empleos para mayores de 30 años se siguen creando, los empleos para menores de 30 años ha habido una destrucción, a partir de mediados de 2015 (…) y también están afectando a los menos calificados”.
De todas maneras, Larraín sostuvo que esperaba que durante este segundo semestre se puedan ver efectos más positivos en cuando al empleo asalariado. Además, valoró el proyecto de Estatuto Laboral Joven que se está tramitando en el Congreso y anunció el envío de una iniciativa que perfeccionará el sistema de capacitaciones en el país.
En este contexto, también se refirió a la automatización que está sufriendo el mercado laboral.
“Los cambios tecnológicos hacen el mercado del trabajo más desafiante, porque hay un cambio tecnológico que está afectando a nivel mundial. En Chile el 55% de los empleos están en riesgos (de automatizarse)”. Entre los sectores más afectados se encuentran: Comercio, Manufactura y Construcción.
Esto es realmente importante. Un crecimiento económico refleja un mayor intercambio de bienes y servicios. Pero existen ciertos momentos de avance tecnológico, en que este intercambio deja de ser proporcional al aumento de empleo o uso de la mano de obra.
Cuando en el comienzo del siglo XX comenzaron los despachos por ferrocarriles (el Amazon moderno) y el ingreso de maquinarias al agro, fue un impacto brutal en el desempeño económico de USA en términos de crecimiento, pero también en el mercado laboral. Casi el 60% de la mano de obra se empleaba en el agro, y esta se redujo casi al 5%. Igualmente la producción aumentó exponencialmente porque los terrenos que antes se destinaban a mantener a los animales de tiro ahora se destinaron a siembra.
Ahora estamos en una coyuntura similar.
Internet y las aplicaciones de procesamiento de datos que se parecen o se acercan cada vez más a inteligencia artificial quitan muchos trabajos que hasta ahora eran calificados y muy bien remunerados.
Los operadores de máquinas hoy casi se han vuelto obsoletos, dada la automatización en el control y ajustes. Los contadores van por el mismo camino dado que todas las facturas y transacciones son electrónicas. Y mi apuesta personal es que gran parte de los médicos y abogados van a sufrir de lo mismo, que son las carreras y áreas más sobrevaloradas y por ende con las motivaciones justas para que desarrolladores generen inteligencias artificiales e, igual de importante, bases de datos que son carísimas cuando se quiere que sean de excelente calidad, que permitan reemplazar gran parte de estas carreras.
Estos saltos tecnológicos producen una explosión de riqueza y productividad, pero un enorme desempleo temporal hasta que se ajustan las competencias de la gente a la nueva realidad.
Y muy probablemente estamos viviendo esto, no solo en Chile sino en el mundo occidental. De ahí la falta de convergencia entre mayor actividad económica y empleo.
Una de las tareas del gobierno debería ser promover la reconversión o actualización de competencias del mercado laboral. Igual que la de los sindicatos, que en general tienden a no reconocer estos cambios y quieren mantener todo como está, lo que permite que entren competidores más eficientes y que terminan sacando de competencia a estas empresas perdiendo muchos más trabajos que los que pretendían proteger. Le pasó a Detroit frente a la industria automotriz japonesa, por nombrar uno de los muchos ejemplos de esto.
En chile hace rato que se hizo la transicion de industrias de productos a servicios. Chile ya es una economia de servicios en un 95% y no hay mas nada que automatizar.
ResponderEliminarLo que pasa es que los empresarios se acostumbraron a trabajar con menos gente (producen mas con menos) y viendo como se viene la cosa en chile ni sueñan con contratar mas gente. Se vienen tiempos duros para muchos.