El Banco Central de Arabia Saudí ordenó la venta de todos los activos canadienses que posee, como consecuencia de la disputa diplomática entre los dos países, informaron hoy medios de comunicación de Canadá.
La radiotelevisión pública canadiense, CBC, dijo que el Banco Central de Arabia Saudí dio órdenes a sus gestores de fondos para deshacerse de todo tipo de acciones, bonos y otros activos canadienses.
De confirmarse esta información, la decisión saudí se sumaría a otras medidas emprendidas en los últimos días por las autoridades de Riad contra Canadá en represalia por las críticas a las violaciones de derechos humanos en el reino.
Arabia Saudí anunció hoy la suspensión de todos los programas de tratamiento de pacientes saudíes en hospitales de Canadá y su traslado a otros países.
También ordenó a más de 8.000 saudíes que estudian en Canadá gracias a becas otorgadas por el Gobierno de Riad que abandonen el país norteamericano y ha cancelado todas las compras de cereales procedentes de Canadá.
A estas medidas se suma la suspensión de todos los vuelos a Toronto de la aerolínea estatal Saudia y la expulsión del embajador canadiense en el país.
La crisis diplomática entre Canadá y Arabia Saudí se inició la semana pasada cuando la ministra canadiense de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, pidió en Twitter la liberación de los activistas saudíes Samar y Raif Badawi.
Freeland también expresó su “profunda preocupación” por los arrestos en Arabia Saudí de activistas que defienden los derechos de las mujeres.
“Solicitamos a las autoridades saudíes que los liberen inmediatamente y a todos aquellos activistas pacíficos de defensa de los derechos humanos”, señaló Freeland.
El Ejecutivo saudí consideró que la queja canadiense era una “injerencia flagrante en los asuntos internos del reino”, y defendió la legalidad de las detenciones de los activistas.
Samar Badawi fue detenida a finales de julio en Arabia Saudí y es una activista reconocida internacionalmente por su trabajo a favor de los derechos de las mujeres; mientras que su hermano, el bloguero Raif Badawi, premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, cumple una condena diez años de prisión y un castigo de mil latigazos por “insultar el islam” y criticar a la Policía de la moral en su bitácora.
Es por esa razón que los SJW, feministas, activistas y LGTBQ-IGIUDGWUGIWUGCVISW++++++ sólo se quejan y hacen sus tonterías donde tienen todas las maravillosas garantías y libertades occidentales de hacerlo sin que nadie los moleste, ni siquiera con opiniones.
Cuando de luchar por quienes realmente están en flagrante desventaja como en el caso de los países musulmanes, obviamente se quedan callados porque la reacción es de esta envergadura.
Por supuesto el capitán general de los guerreros sociales feministas, Trudeau, y su lugarteniente acaban de experimentar en carne propia lo que significa realmente estar bajo un régimen de opresión y discriminatorio, y lo que este es capaz de hacer para dejar en claro quien manda.
Y por algo realmente leve en términos de crítica, incluso bajo los criterios actuales occidentales con piel tan fina.
Ojalá sea una lección para las feminazis del mundo que sienten que están injustamente discriminadas y oprimidas bajo el patriarcado masculino, y que en realidad es el régimen de más libertades individuales que el mundo haya conocido en la historia en registro.
Recibir mil latigazos por expresar una opinión distinta es opresión. Recibir críticas tibias por tomar una universidad católica vestidas de monjas, pidiendo cosas que nadie entiende, y en abierta falta de respeto a la religión de la mayoría del país, y particularmente de la institución donde estudian, no.
Ojo porque desde el punto de vista financiero, puede ser un infierno de dante que arabia saudita venda todo en canada
ResponderEliminarAsí es potencialmente, y estuvieron dispuestos a hacerlo solo por unas declaraciones que consideraron ofensivas.
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