Cuatro consejos para usar el fracaso como camino al éxito

@DF

El éxito se consigue fracasando rápido y seguido. "En el mundo de los negocios hay más empresas fracasadas que exitosas. Es lo natural", asegura Leticia Gasca, directora ejecutiva de The Failure Institute, quien promueve una cultura emprendedora donde el error sea visto como una oportunidad para aprender, mejorar y avanzar. Si estás dispuesto a cambiar tu mentalidad, aplica esta guía.

1. Lánzate al ruedo y no renuncies. La mejor forma de superar el miedo al fracaso es intentarlo. Atrévete a salir de la zona de confort y arriésgate de forma calculada; hay habilidades y conocimientos que necesitas aprender para lograr tu meta, propone Fernando Hernández, autor del libro Basta de Fracasos.

Si fracasas, asúmelo con humildad y con la disposición de aprender e intentarlo de nuevo con audacia. Compartir tu experiencia con otros te ayudará a superar el duelo, sugiere Gasca.

2. Úsalo para escalar. Se vale fallar, pero aprende de los tropiezos con disciplina. Identifica en qué te equivocaste, evalúa tus habilidades, replantea la estrategia, busca nuevos recursos, nuevas relaciones y construye una visión diferente para mejorar, puntualiza Fernando.

3. Cambia el plan pero no la meta. Enamórate del problema que buscas resolver o del concepto, pero no te aferres a una sola idea. Si no funciona, ajústala o busca una alternativa; de lo contrario solo tendrás 5% de posibilidades de éxito, advierte Sergio Ortiz, director académico para el emprendimiento en el Tec de Monterrey. Convierte la flexibilidad y la paciencia en tus mayores fortalezas: habrá victorias que sean rápidas y otras lentas, agrega Fernando.

4. Fracasa rápido y seguido. Esto te va a permitir minimizar los daños y reducir los riesgos de inversión. Una buena forma de hacerlo, dice Ortiz, es empezar con pruebas pequeñas para experimentar y ver qué pasa aunque las ganancias sean mínimas al principio.

Fuente: Foro Económico Mundial / Entrepreneur

Debo reconocer que el nombre del instituto fue el que me llamó la atención…

Instituto del Fracaso…LOL…

No debe tener muchas matriculas.

Obviamente el artículo está orientado a inversiones, dado el último punto. Pero es interesante sin duda.

Existe un refrán cursi, pero no menos cierto. Aprendes de los fracasos, no de los éxitos.

La vida es un juego de números, donde lo normal es fallar y lo raro es triunfar. Es el estado natural de las cosas.

Uno de los problemas que todos tenemos, y que nos incorporan desde que somos bebés, es que pensamos que el fracaso es malo en si mismo. Y el éxito es bueno. Por lo tanto, enfrentamos la vida con el miedo a un resultado adverso, que cuando llega, nos hace no intentarlo de nuevo en esa línea particular de acción, aún cuando muchas veces ese resultado adverso no tuvo absolutamente nada que ver con el desempeño propio.

El segundo problema que tenemos es que nos enseñan a juzgar el éxito, enteramente, por el resultado y no por el proceso para llegar a el.

Es por eso que confundimos el éxito con las consecuencias de este. Ergo, los autos aspiracionales último modelo, bolsos de diseñador, Mc Mansiones, colegios caros, anualidades en el club de campo de turno y viajes a Miami de compras.

Todo pagado con cómodas cuotas a 20 años.

Una de las cosas que haces en la mejora de procesos, cualquiera en cualquier ámbito, es que te enfocas en la excelencia en la ejecución. No en el resultado.

Esto es fundamental en la mejora continua.

Si tu enfoque está sólo en el resultado, te vuelves un tramposo, contigo mismo. Y con el resto. Y comienzas a negociar el esfuerzo cuando vas por un objetivo o meta.

En ámbitos empresariales, eso es obvio cuando en los últimos dos días del mes los muchachos de ventas tapan a la empresa con facturas, que en los 5 primeros días del mes siguiente tienen que ser anuladas con una nota de crédito porque era solo para la meta para el bono. Los muchachos de producción aumentan las velocidades, relajan los estándares de calidad, revientan las máquinas y usan mejores materias primas de las que deberían para cumplir las metas de producción. Y los de compras hacen lo necesario para cumplir, incluso con calidades o precios ridículos. Lo mismo que cadena de abastecimiento.

Todos hacen trampas para obtener resultados. Y es algo aceptado. El problema es que se transforma en la norma y no en la excepción o última carta que se utiliza solo en las situaciones límites o extremas.

Obviamente hay que saber elegir las batallas que se van a pelear e identificar (y diferenciar) talento de habilidades. Por mucho que practique no voy a ganar un uno contra a uno a Michael Jordan o Steph Curry. O un duelo de guitarra a Eric Clapton.

Y esto tiene que ver con la gestión del talento y el entrenamiento.

Un mensaje del mejor competidor de la historia respecto del fracaso.

Y la canción que es completamente opuesta a lo anterior, y es el fiel reflejo de los miedos que a todos nos incorporan desde la más tierna infancia.

No existe una sola oportunidad. No existe un solo tiro en la vida. Existen miles.

Volada post sándwich.