“Es un caso específico que se conoce que dice relación a un suboficial que está formalizado por venta de armas a supuestos narcotraficantes”, señaló el ministro de Defensa, Alberto Espina, tras los dichos del comandante en Jefe del Ejército, Ricardo Martínez, revelados por The Clinic, en los que el general se refiere a la existencia de tráfico de armamento al interior de la institución castrense.
¿Cuál es el caso al que se refiere la autoridad? Se trata del que involucra al sargento primero Víctor Roa, quien fue detenido en un operativo realizado por la Brigada Investigadora del Crimen Organizado (Brico) de la PDI, en la población Santa Adriana, en Lo Espejo.
El suboficial activo fue formalizado el 26 de junio por infracción a la Ley de Drogas y a la Ley de Control de Armas, y a quien la fiscalía le atribuye ser el supuesto proveedor de bandas de narcotraficantes del sector sur de la capital.
Tras la audiencia realizada ese día, el 10° Juzgado de Garantía de Santiago determinó 150 días de prisión preventiva para el imputado en el penal Santiago 1, en una sección especial para uniformados y exmiembros de instituciones de las FF.AA.
En el operativo antes mencionado, personal de la PDI halló armamento de grueso calibre y municiones, entre ellos un fusil AK-47, cuatro cargadores de fusiles, 4.476 cartuchos, una carabina Winchester, una pistola Smith&Wesson calibre 9 mm, otra Bersa calibre 380 mm y una tercera Famae 6,35 mm, además de seis granadas de mano.
La indagación, realizada en un período de dos meses por la Brico en conjunto con la Fiscalía Metropolitana Sur, permitió la detención en situación de flagrancia del suboficial activo, quien se encontraba con otro sujeto, identificado como Jonathan Olave, realizando la supuesta transacción.
Este segundo sujeto fue formalizado por tráfico y porte ilegal de armas, ya que, al momento de su aprehensión, tenía las armas y municiones en su domicilio, además de drogas. Se indaga, además, el rol de Olave, también derivado a la cárcel Santiago 1, como posible receptor y distribuidor de las armas entre bandas.
Así lo señaló en esa ocasión Leonardo Zamora, fiscal de la sección antinarcóticos de la Fiscalía Metropolitana Sur, quien dijo que “el origen está siendo investigado, pero podemos precisar que se estaba armando a narcotraficantes con artefactos de alto poder de fuego”.
Tras darse a conocer este caso, el Ejército confirmó a través de un comunicado la detención de Roa y señaló que “dada la gravedad de los hechos se ha resuelto, inmediatamente, el retiro del investigado”, lo que equivale a una suspensión mientras dure la investigación. La entidad castrense agregó en esa oportunidad que se aplicarán todas las medidas administrativas y disciplinarias correspondientes y que se entregará la colaboración necesaria a la justicia, además del inicio de diligencias internas para aclarar este hecho.
No es por minimizar el hecho. Pero a quien sino a criminales podrían ser vendidas armas por gente que se aprovecha de las circunstancias y contactaos en una institución muy burocrática y jerárquica, y que siempre van a existir???.
La venta de armas debe ser el segundo o tercer negocio global. Y la venta negra de armas es probablemente más rentable que las drogas. Pensar que en una institución gubernamental que fabrica armas no va a existir este tipo de fugas es ingenuo al menos. Debe haber ocurrido desde que el ejército es ejército. Lo podría apostar sin pestañear. No solo en Chile, en el mundo.
Y me suena a eso esto. Ingenuidad vestida de virtud al cuadrado por parte de todos los que rasgan vestiduras con esto.
En una empresa que produce productos valiosos, uno tiende a contar con una “merma” técnica, que es robo, y que interesa que se mantenga en niveles mínimos controlados obviamente. Pero eliminar esa “merma” o llevarla a cero es imposible. En ningún ámbito en ninguna área o rubro. A menos que sea un área completamente automatizada y operada casi por el dueño.
Es obvio que los políticos intenten aprovechar esto, particularmente los de izquierda en esta vuelta, pero algunas cosas son ridículas o al menos exageradas, y merman innecesariamente la confianza en instituciones que son fundamentales que la mantengan lo más alta posible. Si existe algo que mantiene a raya el crimen en los niveles actuales es el temor (cada vez menor) de los criminales por las policías, y ni hablar del ejército. Si ese respeto se pierde, y en el caso de Chile ahora muy estúpidamente, y con una población desarmada y criminales como siempre armados hasta los dientes…
Solo hay que recordar Brasil y porqué salió electo Bolsonaro.
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