Dice que Chile tiene mucho de qué enorgullecerse y que camina a convertirse en un modelo del hemisferio sur. También afirma que los populismos de derecha lo han hecho mucho mejor que los de izquierda, que no hace sentido pagar altas comisiones en fondos activos y que la economía global superará las expectativas de las multilaterales. Reconocido por tener opinión sobre casi todos los temas que se le presentan, el historiador escocés Niall Ferguson se ha transformado en una figura intelectual de la derecha global. Sus análisis económicos y financieros se transformaron en best seller planetario cuando en 2008 publicó “El triunfo del Dinero: Una historia financiera del mundo”. Defensor de los libres mercados, es cauteloso también sobre sus efectos sociales y ambientales. En esta entrevista con El Mercurio Inversiones analiza las críticas al sistema económico y los grandes eventos de este año.
La discusión en torno al capitalismo ha crecido. Incluso autores tradicionalmente de derecha dicen que falla en cubrir las necesidades de muchos, y que cuando eso pasa, surgen revueltas en su contra. ¿Qué piensa de esto?
Las críticas nunca se rinden: las únicas revueltas que hay en este momento en el mundo son contra regímenes no capitalistas, una en Venezuela y otra en Sudán. Los problemas del capitalismo no son difíciles de describir, pero los problemas con la alternativa son mucho mayores y propensos a provocar una revuelta. Prefiero rechazar, además, el término capitalismo, ya que es despectivo: se remonta a ataques a los mercados libres y a la libre empresa en el siglo XIX. Así, cuando dices esa palabra, concedes terreno a la izquierda. Yo diría que el capitalismo o el libre mercado siempre tienden a generar resultados desiguales. Y los desafíos de la democracia son mitigar esos efectos, sin matar el espíritu empresarial que genera innovación y crecimiento. Ese es el lugar ideal al que cualquier sociedad quiere llegar. Pero aquellos que hablan de una revuelta contra el capitalismo no han aprendido historia, la han olvidado o tergiversado.
Existen distintas fórmulas de libre mercado. Por ejemplo, en Chile, la seguridad social es administrada por privados, algo que no se ve en todos lados…
Cada país tiene diferentes maneras de usar el sistema fiscal para ayudar a las personas en su vejez. Varía ampliamente de uno a otro, principalmente debido a su historia. En algunos casos hay sistemas basados en beneficios definidos, y simplemente pagan las pensiones, independientemente de si alguien ha ahorrado durante su vida, mientras que otros están estrechamente relacionados a los ahorros y las inversiones durante la vida laboral. Uno tiene que hacerse un par de preguntas sobre cualquier sistema: uno, si es equitativo y justo y, dos, si es sostenible. Y la mayoría de los sistemas de beneficios definidos sufren un problema crónico de sostenibilidad, mientras las poblaciones envejecen.
¿Y cómo ve al sistema de pensiones chileno, en este sentido?
Parece ser superior a los sistemas cada vez más insolventes que existen en otros países. Muchos tendrán que cambiarlos, lo que podría ser cierto en el caso del sistema de seguridad social estadounidense, que se remonta a los años 30. Pero hay algunos sistemas europeos que se han vuelto sostenibles, por lo que hay diferencias considerables en cómo los países enfrentan estos problemas. Ninguno es perfecto.
Chile ha experimentado claros avances económicos en las últimas décadas. No obstante, aún exhibe varias características de mercado emergente: alta desigualdad, signos de corrupción política y alta dependencia de un solo commodity. ¿Cómo avanzar hacia el desarrollo?
Chile tiene mucho de lo que enorgullecerse: salió de una crisis política extraordinaria en los años 70 y 80, e hizo una transición desde la dictadura a la democracia con un éxito enorme. Abrió un camino con la economía del libre mercado y, en muchos sentidos, es la historia de éxito de América del Sur. Sin embargo, los desafíos que enfrenta son los mismos que todos los países de la región, en diversos grados: el legado de la historia es una desigualdad social sustancial que se remonta a los orígenes de la conquista española. Pero, además, tiene el mismo problema que enfrenta Australia, que es un exportador de productos básicos, lo que puede obstaculizar el desarrollo de sectores de mayor valor agregado.
¿Cómo se puede abordar?
Uno tiene que reconocer los desafíos históricos y económicos que enfrenta Chile. La geografía también es importante. Nunca dejo de sorprenderme cuando miro el mapa y pienso en su forma tan extraordinariamente extraña. Es muy difícil obtener efectos de networking, ya que es algo así como un corredor delgado. Pero cuando voy a Santiago, veo la actitud de los jóvenes chilenos, el grado de apertura al mundo que encuentro en sus universidades y think tanks, y hay un interés en los grandes problemas globales que se compara favorablemente con, por ejemplo, España, que parece bastante provinciano, en comparación.
¿Qué enseña la historia económica para superar las limitaciones que menciona?
La forma en que yo pensaría sobre Chile es, en parte, como uno de esos países realmente importantes del hemisferio sur que desempeñarán un importante papel en el siglo XXI. No está tan bien como Australia, pero está mucho mejor que Sudáfrica. No puede esperar vivir solo de la minería del cobre, se debe desarrollar un sector de servicios dinámico y esto está estrechamente relacionado con el éxito educativo. El sistema educativo de Chile tiene un desempeño inferior al de, digamos, Corea del Sur, que económicamente ha logrado mucho más que Chile. La debilidad obvia, aunque hablo como un forastero, es el nivel de educación secundaria. Con ello se desbloquearía un talento que hoy sufre de una educación relativamente pobre. La economía del siglo XXI no consistirá en construir automóviles o algún tipo de hardware, sino en información. Se tratará de redes y solo se podrá participar en esa economía con una fuerza laboral relativamente educada.
S&P advierte que la deuda global podría generar la próxima recesión global. ¿Ve riesgo en ello?
La clave en la cuestión de la deuda no es la cantidad absoluta, sino el costo del servicio de la deuda en relación con sus ingresos. Hoy, el mundo tiene tasas nominales históricamente muy bajas y tasas reales relativamente bajas y, aunque el crecimiento se desacelera, estos países en el mundo desarrollado pueden administrar estos niveles de deuda históricamente altos, porque el costo de pagarlos no son excepcionalmente altos. Eso cambiará si las tasas de interés suben, pero esa tendencia parece haberse detenido desde que la Reserva Federal decidió no subir las tasas este año. En un mundo de tasas bajas, una deuda muy elevada puede ser gestionada y esa es la lección de Japón. Y en el caso de EE.UU., cuando en realidad existe una demanda mundial bastante importante de bonos del Tesoro, la deuda federal también puede aumentar para subir a niveles más altos sin penalizaciones significativas. Debe haber algún límite en este proceso, pero realmente no sabemos cuál es.
¿Y la deuda corporativa?
Es la más probable fuente de problemas en el mercado financiero global. Podría ser un problema en China antes que en EE.UU. Pero, con el aumento de los salarios en EE.UU., ahora debe haber una presión significativa sobre algunas corporaciones más débiles. Los márgenes deben estar reduciéndose y las compañías altamente apalancadas con costos crecientes en una economía en desaceleración, saben bien cómo termina esa historia. Probablemente ahí sea donde se encontrarán los signos de un problema económico venidero.
Las bajas tasas también crean riesgo de burbujas de activos…
Bueno, soy muy reacio a usar la palabra burbuja con mucha frecuencia. Un ejemplo es lo que sucedió en 2017 con bitcoin, cuando su precio aumentó exponencialmente sin un conductor fundamental obvio. Las burbujas suceden, pero no deben ser sobreponderadas como a veces lo son. No creo que haya ninguna burbuja visible en el mundo hoy en día comparable a la del bitcoin.
Bajas tasas también son menor retorno para los ahorrantes…
Si planificas jubilar como los habitantes del mundo desarrollado y vivir la vejez con tus ahorros, a la estrategia de comprar bonos del gobierno o poner dinero en una cuenta de ahorro bancaria le irá muy mal, y por lo tanto hay que repensarla, o ésta será pobre. De hecho, en términos generales, la inversión inteligente para la generación que hoy pasa a retiro no era confiar en tasas de interés y cuentas de ahorro, sino embarcarse en bienes raíces y ahorrar de esa manera.
¿Está vigente esta estrategia?
Eso funcionó bastante bien para las personas que compraron en los mercados de vivienda en los años 80 y 90, y pueden financiar su jubilación vendiendo algunos de los activos de vivienda que tienen. La razón por la que las casas son tan caras y han acumulado tanto valor es precisamente porque las tasas de interés bajaron desde los 70.
A eso se suma el cambio que generó la crisis de 2008...
Desde 2008-2009 el mundo ha cambiado de muchas maneras y algunas cosas que tenían sentido ya no lo tienen. Por ejemplo, probablemente no tenga sentido pagar comisiones altas a los administradores de activos si los vehículos pasivos pueden ofrecer resultados comparables a costos mucho más bajos, siguiendo índices. Pero hay cosas que no han cambiado: es casi seguro que alguien ganará con la diversificación de su cartera, porque la mayoría de los inversionistas mantienen una estrategia de comprar largo, de forma estructural, en su propio mercado. Así, hay una gran proporción de inversores que todavía no están tan diversificados.
Otra secuela de la crisis son las compras masivas de activos desde bancos centrales. ¿Cómo lo ve?
Tras el inicio de la crisis financiera, dije que habría una violenta y significativa reacción populista contra el sistema financiero y el sistema político que había sido responsable de la crisis, y fue lo que sucedió. A menudo se dice que la flexibilización cuantitativa aumentó las desigualdades, porque beneficia principalmente a los dueños de los activos que suben en valor.
¿Es así?
El objetivo de la política era, de hecho, hacer que la mayoría de los activos se apreciaran en valor, por lo que, lógicamente, aumentó la desigualdad, porque beneficiaba a las personas que tenían más activos. Pero no creo que eso sea realmente lo que impulsó a los populistas a ambos lados del Atlántico, porque no creo que el populismo sea tan igualitario. Ciertamente, no el populismo de derecha, que lo ha hecho mejor que el de izquierda. Si la flexibilización cuantitativa y la desigualdad fueran realmente los impulsores del populismo, entonces Bernie Sanders sería presidente y Jeremy Corbyn, primer ministro.
¿Qué disparó el populismo?
Parte de él ya estaba antes de 2008. El tema de la inmigración había crecido en importancia. La desilusión con el libre comercio y la globalización también; varios tipos de desmoralización en EE.UU., en la Europa provincial, habían estado creciendo por algún tiempo. La crisis financiera fue un catalizador político del proceso. Pero los motivos por los que las personas estaban insatisfechas precedieron a la crisis financiera en algunos años. Pienso que el populismo es una receta de cinco ingredientes: aumento en la inmigración, luego en la desigualdad, después un declive en la confianza pública en las instituciones, luego una crisis financiera y, al final, un demagogo que le dice a la gente “solo yo puedo arreglar esto”.
El mayor referente del populismo mundial es Donald Trump. ¿Qué espera de él?
Diría que la probabilidad de que Trump sea reelegido es de alrededor del 60%. La economía va bien, se está desacelerando pero sigue siendo bastante fuerte. La Fed ya no está restringiendo la política monetaria. Los efectos de los grandes recortes de impuestos de principios de 2017 no han terminado por completo, y el presidente ha recibido mucho apoyo en sus temas clave: inmigración ilegal en la frontera y China. Pero lo más importante es que los demócratas muestran todos los signos de estarse moviendo hacia la izquierda, en un momento en que deberían estar moviéndose al centro.
Tras 2008, el coro de voces sobre una crisis futura no ha cedido. ¿Ve riesgos al respecto?
Dije hace más de un año que si los bancos centrales continuaban restringiendo su política monetaria, reduciendo el balance y elevando las tasas de interés, habría problemas. Y el problema comenzó a materializarse a fines del año pasado. Pero los bancos centrales liderados por la Fed retrocedieron y ahora hemos entrado en una nueva fase en la que Jay Powell dijo que la expansión monetaria debería continuar. Eso elimina el riesgo más obvio. Las amenazas de los mercados emergentes también son bastante limitadas. El miedo alrededor de las monedas argentina y turca el año pasado no se convirtió en una crisis general de los mercados emergentes. No pensé que lo hiciera.
¿Cómo ve a la economía china?
Tuvimos muchos comentarios pesimistas a fines del año pasado. Todavía no estoy convencido de que se vaya a producir un crash en China, pero sí creo que la trayectoria de crecimiento debe dirigirse hacia una tasa significativamente más baja. Es solo que, a corto plazo, el gobierno chino parece capaz de mantener el crecimiento por encima del 6% con una mezcla de estímulos monetarios y fiscales. Hoy tenemos a todos los principales bancos centrales del mundo impulsando políticas monetarias laxas y si el crecimiento sigue siendo relativamente fuerte en Estados Unidos y en China, el mundo estará en un lugar razonable.
¿Y el crecimiento global?
Puedes tener preocupaciones o crisis localizadas, puede que Europa decepcione porque claramente la economía alemana no ha tenido una buena racha. Pero incluso los alemanes obtendrán algo de alivio si hay un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China. Por lo tanto, me inclino porque la economía mundial estará bien en 2019, probablemente mejor de lo que esperan la Fed y el FMI. Y esa es una razón por la que creo que Trump llegará a 2020 en una posición bastante fuerte, y es otra razón por la que no creo que haya una gran crisis del capitalismo. Basta ver a la clase media china, los principales beneficiarios del capitalismo en el mundo de hoy.
"CONSECUENCIAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO SERÁN GRAVES"
¿Qué pasa con los efectos del capitalismo en el cambio climático? La temperatura ha subido drásticamente desde la revolución industrial…
Nunca he sido parte de quienes refutan que las temperaturas han estado aumentando y que esto causa volatilidad en el clima. Parece bastante claro que es así y las consecuencias pueden ser muy graves, no solo en términos de sequías e inundaciones, formas extremas de tormenta, y, por supuesto, en mi parte del mundo, incendios forestales, sino también en términos de enfermedades. Es un asunto realmente serio que va a tener un gran impacto en cientos, tal vez miles de millones de vidas humanas. Las posibilidades de que podamos reducir la temperatura y revertir este proceso no son particularmente buenas, porque tendríamos que hacer mucho más de lo que estamos haciendo actualmente.
¿Cómo enfrentarlo?
Obviamente podrías imaginar una situación en la que detienes el crecimiento económico, reduciendo así las emisiones. Pero las consecuencias de hacerlo serían bastante serias. Entonces, la pregunta es si podemos llegar a un lugar en donde una combinación de energías, particularmente las renovables, generan un equilibrio en el mundo antes de que el clima se haya desestabilizado por completo.
¿Es factible?
La velocidad con la que la energía solar y eólica se están volviendo viables y las mejoras en tecnologías como las de las baterías son bastante alentadoras. Y si miras de aquí a 50 años, podrías imaginarnos sin combustibles fósiles. Por cierto, si ese es el caso, será un triunfo del modelo que comencé describiendo como capitalismo democrático.
¿De qué forma?
La mayoría de las innovaciones tecnológicas baratas provienen del mercado, pero éste ha recibido ayuda significativa por parte de los Estados, instaurando, por ejemplo, a la energía solar como una fuente alternativa viable. De todos modos, por lo que he entendido de ciencia en estos 50 años, incluso cuando se esté reduciendo el uso de combustibles fósiles, la inestabilidad climática ya será un poco irreversible. Eso me sugiere que estamos en una especie de carrera entre nuestra capacidad para innovar e implementar nuevas tecnologías y nuestra incapacidad para detener la desestabilización del sistema meteorológico global. Necesitamos una acción colectiva para reducir las emisiones de CO2 y no estamos viendo eso.
Hace rato que no leía nada de Fergusson. Siempre es interesante los puntos de vista de alguien que es un estudiante aplicado de la historia y logra que resulte en una entretenida entrevista en relación a todos los temas planteados y es como puedes ver que no existirá ninguna forma de evitar el próximo colapso económico mundial. Ni siquiera a nivel individual una persona que tiene bastante claro como se han comportado las cosas en el pasado se puede poner de acuerdo con sus propios datos y conclusiones, mucho menos el mundo entero.
Este fin de semana estuve debatiendo en el cumpleaños de un amigo con un académico de una escuela de negocios en Australia a propósito de la comparación que hacer Fergusson de Chile con ella.
Oh boy…
Para este académico eran perfectamente válidos los impuestos a las herencias, de hecho era partidario de que los activos de una persona a su muerte fueran entregados a la gestión de los gobiernos, todos los empresarios son malvados y quieren explotar a los trabajadores para una ganancia inmediata utilizando todos los trucos sucios bajo la manga que existen. Igualmente era partidario de los impuestos a los activos, no los ingresos así como los impuestos progresivos, sueldo mínimos éticos, trabajes o no y un largo etc del recetario más progresista, que es un eufemismo para marxista que a uno se le pueda ocurrir.
Yep, era profesor de una escuela de negocios. Way to go mate…
Y ante la pregunta de cual sería la motivación para alguien el emprender si van a quitarle todas las ganancias, y todos los activos, y ni siquiera vas a poder dejarle a sus hijos el fruto de tus éxitos, porque según el crea una desigualdad con los herederos haciendo nada y recibiendo las ganancias de capital, la o incluso trabajar si hay un ingreso garantizado trabajes o no.
A nadie le gusta quedarse en la casa haciendo nada…
REALLY???
A cuantos millenials conocerá???
Marx pensaba los mismo y ya sabemos como resulta eso.
Ni hablar de la melcocha que tenía entre Keynes y Friedman, que era el demonio re encarnado según el. Y las teorías monetarias y de Marx, porque lo único que importa es el valor del trabajo. La formación de capital no importa en la creación de riqueza…
DA FUCK…
Un profesor con background de economía enseñando negocios con esos conceptos.
Cada vez más de doy cuenta de que esto tiene que, y va a, colapsar primero para que mejore después, si tenemos algo de suerte.
Lamentablemente el plan de las corrientes de izquierda en infiltrar la sociedad desde los planteles educativos deviene en esto. Profesores de países desarrollados que no entienden los factores incidentes que les han llevado a tal condición.
ResponderEliminarResulta increíble ver a diario que estas personas se resistan a la evidencia empírica de la historia. Una y otra vez vuelven a esas ideas mediante eufemismos. Soslayan la URSS, Corea del Norte, la FDA y el Muro de Berlín, Venezuela...
La manera a enfrentarse a eso me parece, al menos en lo posible, es mediante el debate de las ideas. Tal y como has indicado en post anteriores: es "emoción vs lógica". Siempre la mayoría apoyará lo que alimente sus ánimos menos reflexivos ya que provoca el engaño de la satisfacción inmediata.
Lamentablemente el mundo se va nuevamente polarizando y es por la resistencia a la historia y a la evidencia.
"Dato mata relato". Esa es la esperanza, pero vemos que los que se denominan "de derecha" cada vez están más dominados por la corrección política y el miedo a la diferencia. EL gobierno actual de socialdemocracia es una muestra.
Un saludo
Creo que aplicar la psicología inversa sirve también...
ResponderEliminarsarc on/
Dado que el nivel de vida de cualquier ser humano está en su mayor porcentaje condicionado por el lugar y la familia donde nació de manera aleatoria, la única justicia social verdadera, radical y lógica consiste en poder reasignar cada cierto tiempo una nueva ubicación socio-geográfica al azar para cada individuo o grupo familiar. Para ello, es necesario abolir todo tipo de propiedad privada o privilegios para permitir la movilidad y el progreso social, primero a nivel de ciudad, luego de país y finalmente a nivel del mundo. Por ejemplo, un exitoso médico de Las Condes podría ser trasladado a una casa en una población de Cerro Navia, donde tendría que ejercer su profesión en el consultorio local mientras que una familia de trabajadores de Cerro Navia se verían viviendo en una casa de Lo Curro y trabajando en la comunidad local por un tiempo determinado. El Estado, por su parte, recibiría la totalidad de los ingresos generados en una condición de mercado controlado, los cuales serían reasignados a cada individúo para que los gaste libremente en su esparcimiento, dado que la salud, la educación y la seguridad alimentaria y de vestuario estarían aseguradas por el mismo Estado. Los problemas de movilidad se resolverían en gran parte dado que la redistribución aleatoria permitiría disponer de todos los oficios a nivel local. En una sociedad libre de los Egos y de los apegos, cada reasignación sería vista como una oportunidad de progreso personal y colectivo. A nivel de gobierno y de autoridades, habría un sistema de selección aleatoria por un plazo determinado sin reelección y enmarcado por funcionarios técnicos para los temas especiales.
Es tan bueno el sistema que los pillos, abusadores y detractores deberían ser reeducados, encarcelados, fusilados o exiliados para no perturbar el bien común. En cuanto a mi, dado que soy un ideologo y defensor del sistema, debo tener la tranquilidad para pensar y obrar en su favor de modo que es normal que se me asigne un regimen distinto de vida.
/sarc off