Itaú prevé menos inflación y bajas de tasas más agresivas tras efecto de los disturbios en el país

@DF

El mercado sigue cuantificando el impacto que le significará a la economía chilena las ya tres semanas de protestas sociales que tienen a la actividad “a media máquina”, con disturbios, infraestructura pública dañada y saqueos en comercios y supermercados.

El banco brasileño Itaú incorporó en su escenario macro el impacto que la nueva situación tendrá en el país, anticipando un efecto más directo en la inflación y la política monetaria.

En un informe, el área de estudios redujo en cuatro décimas su proyección de variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para el próximo año, situándola en 2,6%.

¿La razón? La respuesta del gobierno ante las protestas sociales, retrotrayendo el valor de las tarifas del Metro de Santiago y de la electricidad residencial, además del impacto que los desmanes tendrán en el consumo.

“Una modesta alza del precio del subterráneo gatilló una ola de protestas representando un descontento social generalizado. La Nueva Agenda Social del presidente Piñera y la renovación del gabinete solo desactivó parcialmente la situación, en cuanto el capital político de los partidos políticos establecidos es bajo”, asegura en el documento el economista jefe de Itaú Chile, Miguel Ricaurte.

Miguel Ricaurte, economista jefe de Banco Itaú Chile.

El impacto de la situación social en los precios llevaría al Banco Central a una política monetaria más expansiva de lo ya previsto. Si Itaú anticipaba dos ajustes de tasa de interés, para llevarla a 1,5% antes de las protestas de octubre, ahora proyecta tres para dejarla en 1,25%. Para la reunión de diciembre anticipan un recorte de 50 puntos base de parte del ente emisor. “Incluso, vemos riesgos inclinados hacia tasas más bajas si los esfuerzos de reconstrucción decepcionan y las presiones inflacionarios siguen contenidas”, asegura Ricaurte.

Menor actividad

Adicionalmente, el banco redujo notoriamente su estimación de crecimiento del PIB para 2020, situándola en 2,4% (desde 2,9%). Aquello se ubica por debajo de lo que estima el Ministerio de Hacienda para el siguiente ejercicio.

Para este año, el ajuste fue de dos décimas a 2%.

El menor ritmo de expansión de la actividad, prevé Itaú, presionará el desempleo a 7,5% promedio el próximo año, desde el 7% que se anticipa para el actual ejercicio.

¿Cuán duradero puede ser el impacto de la situación social en la economía chilena? Ricaurte pone paños fríos, considerando que los eventos aún están en desarrollo.

“Los hechos recientes solamente afectarían a la actividad de manera directa en el corto plazo. También es razonable presuponer que en los próximos trimestres veamos un menor crecimiento debido al impacto en las expectativas privadas. Para plazos mayores, es necesario contar con elementos más concretos sobre posibles cambios al contexto económico”, argumenta.

Es interesante la visión de un banco.

Menos inflación. Obviamente un banco no puede decir deflación.

Lo de las menores tasas del central es dudable. Dependerá de los flujos de capitales. Si/cuando comienzan a salir a marchas forzadas, el banco central tiene la obligación de defender el tipo de cambio, subiendo las tasas. Pero si la circulación del peso se estanca tendríamos una inflación de costos asociada al precio y una deflación de ingresos asociada a la actividad. El peor de dos mundos.

Esto sería la versión PhD que nos han dado durante los últimos 100 años. Todo va a seguir igual que ahora, solo un poco peor.

Ya sabemos supongo que las cosas no funcionan de esa manera. Las cosas se deterioran y mantienen hasta que se desploman de repente hasta el piso.

Probablemente lo ven desde el punto de las cifras. Esto va a ser similar a 2009-2010 probablemente en términos de actividad. Una caída de actividad por falta de exportaciones y peso por el piso en caso de 2009 y destrucción de medios productivos el 2010.

La diferencia es:

Nivel de apalancamiento (hay que usar PhD language).

Y principalmente CONFIANZA.

Después del terremoto, todo el mundo tenía confianza en la economía, gobierno, moneda y estructuras sociales hasta delirante y nacionalista.

Hoy nadie tiene confianza en nada, especialmente en la seguridad material sobre el capital invertido.

Esto va a desplomarse económicamente porque nadie va a consumir nada en previsión de menores precios, o menores presiones inflacionarias (PhD language again), y nadie va a invertir en nada, porque ya no quedan líneas de créditos y porque nadie tiene ya el estómago para eso y porque es obvio que el consumo va a bajar.

Espero estar equivocado, pero cada vez más es evidente lo que viene y no hay que ser un oráculo para ello a esta altura, solo prestar atención al entorno. Y el entorno no dice que vayamos hacia un menor crecimiento acotado…