Tras la decisión del directorio de Ad Retail sobre someter a proceso de reorganización sus filiales ABCDin y Dijon desde fines de diciembre de 2019, la desvinculación de 600 trabajadores en enero pasado que la compañía informó ayer, ha sido la primera medida de grandes proporciones conocida en el marco del plan de reestructuración operativa y financiera, de cara a los próximos dos hitos que debe enfrentar: la reunión con los bonistas programada para este lunes y la decisiva junta de acreedores, que tendrá lugar a fines de este mes. Esta última cita será clave, ya que se votará la propuesta de la firma para evitar la quiebra.
En paralelo, la empresa ha venido aplicando un sostenido proceso de ajuste de la red de locales de ambas cadenas, uno de los factores más críticos para asegurar su viabilidad.
En los últimos meses, la firma ha desplegado esta estrategia en varios frentes. Por un lado, ha mantenido cerrados los establecimientos afectados por los saqueos sufridos luego del estallido social y que se caracterizan por estar instalados en ubicaciones a la calle.
Junto con esta línea de acción que ha sido más conocida públicamente, la compañía también ha bajado las cortinas en locales ubicados al interior de los malls. Y un tercer frente ha sido en avance en fusión de locales de ABCDin y Dijon, concretando así una de las políticas que la empresa ha manifestado ha propósito de la pasada junta extraordinaria de accionistas del 3 de enero.
Salida de los malls
Si en 2017 Ad Retail anunció un agresivo plan de crecimiento de ABCDin, con especial foco en aperturas en centros comerciales, construcción de locales con menor metros cuadrados y así culminar en 2018 con 100 puntos de venta, la realidad actual es totalmente diferente.
Tanto en Portal Ñuñoa -de Cencosud-y Mall Paseo Quilín -ligada a la familia Cousiño-, el retailer terminó sus contratos de arriendo y los locales hoy figuran con el total despliegue de sus cortinas metálicas.
Al respecto, desde el entorno de la firma se indicó que la decisión es “no pagar más arriendos por tiendas cerradas”.
Otra icónica tienda que cerró sus puertas y que, a diferencia de las de los centros comerciales, ya ni siquiera mantiene en vitrina el cartel de ABCDin, es la ubicada en Paseo Ahumada, a las afueras de Metro Universidad de Chile. En el caso de estas últimas, esos locales ya no aparecen registrados en el listado de tiendas de la Región Metropolitana de la plataforma web.
Unificación de cadenas
A nivel general, la memoria anual de ABCDin de 2018 cifraba en 84 tiendas a lo largo del país, mientras que Dijon poseía 65 sucursales.
En esa línea, otro de los puntos establecidos en la estrategia de la matriz que ya han comenzado a materializarse para asegurar condiciones que le permitan cumplir con sus compromisos de gestión a corto plazo, así como los proyectos estructurales concebidos para asegurar el futuro de la empresa, tienen que ver con la unión de establecimientos ABCDin y Dijon en un mismo espacio. Al respecto, trascendió que el cambio de formato de las tiendas ya se ha concretado en varias regiones del país, destacando Antofagasta, Tocopilla, Calama, Melipilla, San Antonio y Valdivia.
Estas medidas se agregan a las ya informadas por el holding tras la realización de la junta de accionistas del 3 de enero pasado, como el aumento de capital de $10.000 millones y la disminución de los cupos en el directorio de 9 a 5, con sus respectivas remuneraciones. Todo para disminuir su deuda actual de US$110 millones, correspondiente en un 65% a cuentas comerciales por pagar comerciales ligadas a proveedores, un 20% a otros pasivos y 15% en el ámbito financiero.
Esta es una tienda grande.
Solo imaginen lo que les está pasando a los medianos y pequeños.
Acabamos de vivir una orgía del crédito desde aproximadamente el 2000. Y se acentuó desde el 2010, llegando al peak probablemente el año 2018.
Eso ya se terminó. El ambiente en el cual los deudores pueden prosperar porque el interés de la deuda es menor al retorno de los activos comprados por esta ya no existe más, especialmente los que se endeudaron al final de este ciclo, que es el caso al parece de ABC Din con su plan de entrada a Malls, que obviamente fue con deuda.
También es el caso de los restaurantes fifí, los múltiples cafés gourmet, Bistrós y demás que apostaron a endeudarse en sitios caros, con equipamiento caro para atraer clientela wannabe que solía reventar las tarjetas por hamburguesas de $10.000, especialmente cierto en el centro de Santiago con los soy boys consumiendo como locos estos servicios.
Hoy ya no está ese consumo.
Concedido que lo que hizo reventar todo fue la revolución pendeja. Pero iba a estallar igual. Todas las burbujas de crédito lo hacen eventualmente.
Lo único que no tengo claro es como va a afectar esto al peso chileno en relación al USD y los activos de deuda privada.
En general los activos deberían depreciarse y el dinero apreciarse. Pero está el temor cierto al desorden público en Marzo y las consecuencias del plebiscito, en cualquiera de las dos alternativas. En una revolución, todo lo del país se deprecia. Si se instala ese temor, lo mejor será irse del país, primero virtualmente con los capitales y tal vez después físicamente si las cosas se agravan.
No ha terminado. Ni siquiera ha comenzado. El 18O fue el chispazo de la bujía que encendió el motor del desapalancamiento.
THE BELLS CANNOT BE UNRUNG…
muy cierto y me hace mucho sentido.
ResponderEliminarGracias por la explicación poética en la redacción y analogia.
Qué pasa con las empresas de otros rubros como, inmobiliario, banca y seguros?
Falabella puede aguantar esos niveles de deuda y falta de liquidez? Esta asociado a las caidas de sus sitios y transferencias?
Que pasa con las cías de seguro y rentas vitalicias?
Que pasa con los enaco y sus casas al limite con argentina? alguien sabe?