Para la magistrada Lidia Poza, del 9º Juzgado Civil de Santiago, la tramitación de causas durante la pandemia no ha estado libre de problemas. Estos van tanto por la forma, que implica la manera práctica de tramitar los casos a distancia, así como también al fondo, el cual apunta al drama de las personas que dejan de pagar sus arriendos.
¿Cuál es el estado de las demandas por no pago de alquiler?
Ahora está todo suspendido, porque la ley lo que suspende es el término probatorio, entonces puedes tener la demanda, puedes notificar, pero hasta ahí vas a llegar. El cálculo que nosotros estamos haciendo es que esas causas se van a ver desde la primera semana de noviembre en adelante.
¿Qué problema acarrea esa situación?
Hay un porcentaje muy alto de esas demandas en que el demandante es el único bien que tiene y de ese come, por lo que necesita de esa renta para vivir. Entonces, tenemos una tensión que va más allá de lo jurídico. Por una parte, tenemos al demandante que necesita proveerse de eso para sustentarse. Ese es el caso, por ejemplo, de muchos adultos mayores. Pero por otra parte, tenemos familias que no han podido pagar, porque han disminuido sus ingresos o han desaparecido y que están expuestas a ser lanzadas. Existe esa tensión. Los tribunales resolvemos problemas jurídicos, por supuesto que uno tiene una sensibilidad con lo que le ocurre a la gente, pero nosotros no somos los llamados a decidir frente a uno u otro caso cuestiones que sean más allá de lo que el mismo contrato dice.
¿Qué se ve en la práctica?
Lo que está pasando ahora, por una cuestión ética si tú quieres y porque la pandemia no lo permite, es que no se están produciendo los lanzamientos de las causas cuyas sentencias son anteriores a este periodo. Las demandas nuevas están todas paradas y eso se va a ver de noviembre en adelante. Ahí resolveremos caso a caso.
¿De qué forma la pandemia ha cambiado la forma en que los jueces se enfrentan a estas demandas?
En las soluciones alternativas para resolver un conflicto, es decir, la posibilidad para llegar a acuerdos. Ese es un escenario novedoso para los jueces y juezas civiles en el que nunca habíamos estado y se han producido cosas bien interesantes. Me ha tocado que he estado llegando a acuerdo. Entonces, hay un espacio nuevo que se le abre a la judicatura en el sentido de no solamente esperar una sentencia, sino que también de ver a las dos partes, tratar de conversar con ellos y ver si de común acuerdo se puede llegar a algo que sea satisfactorio para ambos, porque uno entiende que el demandante necesita su renta, pero también entendemos que el demandado ha estado en situación de no pagar.
¿Cuándo se podrían retomar todas estas causas que están paradas?
Siendo lo más optimista posible, creemos que entre los meses de noviembre y diciembre vamos a poder absorber todo lo que se encontraba pendiente. Haremos el esfuerzo de tener una o dos audiencias diarias y yo creo que no estamos tan mal. Una de las cuestiones que ha sido fundamental para nosotros, a pesar de que no tenemos la reforma, es que tenemos digitalizadas todas nuestras causas. Por lo tanto, no tenemos papel. Y eso fue un acierto del Poder Judicial a partir del año 2015.
¿Cómo habría sido esta pandemia sin eso?
Fue algo premonitorio realmente, si eso no hubiese ocurrido, esto habría sido un desastre de marca mayor. La digitalización fue entre las presidencias de Juica y fundamentalmente del ministro Muñoz, para ser justos. Él trajo la digitalización a las causas civiles, pese a que hubo mucha resistencia por parte de algunos abogados y abogadas.
Más allá del ámbito actual de cosas en el que están embarcados arrendadores y arrendatarios.
Quien diablos podría pensar en comprar hoy propiedades para arrendar??
Ya ni siquiera depende de la evaluación de riesgo de a quien arriendas, porque ahora todo el mundo es riesgoso salvo tal vez empleados públicos.
Y con esa restricción de crédito, ahora el poder sin duda lo tienen los arrendadores, que pueden ir desde no pagar nada, a exigir enormes descuentos por el privilegio de tener a alguien solvente.
Que increíble cambio con respecto a un año atrás, cuando tenías que tener de aval al Papa y firmar compromisos por al menos un año documentado.
Sin considerar a los bancos que van a evaluar obviamente el mismo riesgo que vean los potenciales inversionistas en esto.
No entiendo como la gente cree que esto va a volver a la normalidad, especialmente en el área inmobiliaria que se mueve en gran parte por los inversionistas en bienes raíces para arriendo de viviendas y oficinas, que deben estar siendo masacrados.
Recuperar la confianza en la ley en el entendido de que puedas hacer uso de tus propiedades como se te de la regalada gana va a tomar un laaaaargo tiempo.
Peor aún, recuperar la confianza en que no van a modificar las leyes para hacer esto de nuevo…Especialmente si vas a tomar deuda a 30 años.
Por eso el estado de derecho es tan importante. Y que las reglas del juego se mantengan.
Derecho de propiedad.
ResponderEliminarPero algunos iluminados desean volverlo relativo en la chacrosa constituyente.
Lisa y llanamente: robo.