25 abril, 2021

Columna de Daniel Matamala: Mano de obra

BBS labour force survey 2016-17: Female labour force growth dwarfs males |  Dhaka Tribune

@latercera

¿Por qué el gobierno insiste en su suicidio político? Las cacerolas suenan, la gente desespera y la olla a presión se acerca al punto de ebullición. Alcaldes, senadores, diputados y ministros saltan del barco. Pero la orquesta del Titanic sigue tocando, cada vez más desafinada, una partitura que nadie escucha: una cadena nacional más, el enésimo Power Point para demostrar lo generosas que han sido las ayudas sociales.

El gobierno naufraga tras perder sus bases de flotación: el apoyo popular, sus partidos y parlamentarios. Apenas 17 de los 155 diputados, el 11% de la Cámara, se cuadró contra el tercer retiro. No hay memoria, al menos en los últimos 60 años, de un presidente tan abandonado por sus adherentes.

El gobierno se va a pique, pero con la bandera a tope. ¿Cuál es esa bandera, y por qué la defiende tan obcecadamente?

Una pista la da el único que sigue en el puesto de mando, donde ha permanecido en ambos gobiernos de Piñera: Cristián Larroulet, articulador del gran empresariado y de su brazo visible, Libertad y Desarrollo. Ese grupo de poder tiene un discurso: no más bonos, nos más retiros, no más dinero a los bolsillos de los trabajadores.

La Cámara Chilena de la Construcción señala que en el sector el “salario de reserva, por el cual un individuo está dispuesto a laborar”, ha aumentado, y advierte como un “riesgo” para su actividad “el encarecimiento de la mano de obra, que se vería agravado por un eventual tercer retiro”. El presidente del gremio, Antonio Errázuriz, dice que el tercer retiro “es una mala idea” porque “nos crea una situación de cierta dificultad para atraer” empleados. Y concluye que “vamos a tener que mejorar los ingresos de los trabajadores”.

El presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Ricardo Ariztía, dice que “nos falta más gente, que no llega a trabajar porque reciben los bonos del Gobierno”, ya que “si el gobierno me está poniendo los bonos, para qué voy a salir a trabajar”. Concluye que ese es “el estilo de la idiosincrasia del trabajador chileno”. Los datos lo desmienten: según Microdatos de la Universidad de Chile, sólo 0,8% de los inactivos no busca trabajo por haber recibido bonos o retiros.

Su interés fluye de una estructura basada en la exportación de recursos naturales y el consumo interno dependiente del crédito. Una que intenta mantener el “salario de reserva” lo más bajo posible, para captar “mano de obra” barata: la mitad de los trabajadores chilenos ganaba, antes de la crisis, 400 mil pesos mensuales o menos. Mientras ellos, claro, reciben privilegios como el descuento del IVA a la construcción o la renta presunta agrícola.

Un contraejemplo lo da Estados Unidos. Henry Ford fue un antisemita y detractor de los sindicatos, pero también un hombre de negocios visionario; un personaje a quien algunos columnistas chilenos idolatran, pero cuyas políticas jamás imitarían. En 1914, duplicó el sueldo a sus trabajadores, mientras bajaba a la mitad el precio de su producto emblema, el Ford T. La idea del fordismo es crear un círculo virtuoso: un capitalismo en el que trabajadores bien pagados forman una ancha clase media de consumidores. “Los salarios altos promueven la prosperidad”, decía Ford. Los empleados son, a la vez, los clientes.

Apenas comenzó la crisis, en marzo de 2020, Estados Unidos aprobó el mayor paquete de estímulos de su historia, enviando cheques por el equivalente a 1 millón de pesos chilenos (según el cambio de ese momento), más 400 mil pesos adicionales por cada menor de edad, a todas las personas con ingresos de menos de 6 millones y medio de pesos mensuales. Nada de postulaciones engorrosas ni focalizaciones detalladas: desde Donald Trump hasta Bernie Sanders, pasando por el gran empresariado, todos entendieron que la urgencia era poner dinero en los bolsillos. Si las personas consumen, las empresas producen, el empleo se mantiene, y la rueda de la economía sigue girando. A ese primer cheque han seguido otros dos.

El contraste con Chile es evidente. El primer IFE, de marzo de 2020, era de 50 mil pesos por carga y beneficiaba al 15% de los chilenos. Ya estamos en el mes 14 de la pandemia, y el gobierno sigue en un irracional regateo con los ciudadanos, soltando contra su voluntad una ayudita más por aquí, un bono por allá. “La forma de entregar apoyos a las familias ha sido confusa y llena de requisitos”, dice la economista Andrea Repetto, quien calcula que apenas la quinta parte del paquete de ayuda fiscal ha llegado a los bolsillos de los chilenos; la mayor parte ha ido a otros planes, como garantizar créditos bancarios a las empresas. Todo esto, pese a que Chile tiene acceso a deuda muy barata, cobre a precios récord y espacio para una reforma tributaria que aumente los ingresos a largo plazo.

El resto de la historia la conocemos: los retiros de las AFP, con sus nefastas consecuencias para las jubilaciones, llenaron el vacío, inyectando 38 mil millones de dólares a la economía y haciendo crecer el PIB en 2,8%, según el Banco Central.

El gobierno insiste en frenar esos estímulos, focalizar la ayuda y “no beneficiar al 20% más rico”, algo que tiene poco sentido en un país en que una familia con un ingreso de 400 mil pesos per cápita entra en esa categoría.

¿Por qué, entonces, el sector más influyente del poder económico se resiste a estimular la economía ante la peor crisis en 35 años? En simple: porque sus trabajadores no son sus clientes. La demanda de cobre, harina de pescado y celulosa depende del mercado chino, no del chileno. Los trabajadores agrícolas no consumirán las cerezas ni los arándanos que producen. Los obreros de la construcción no comprarán esos departamentos. Incluso el retail basa su negocio en vender deuda.

El modelo no es un círculo virtuoso de trabajo, sueldos y consumo, sino uno extractivo fundado en salarios que hay que mantener bajos, cueste lo que cueste.

Aunque se hunda un gobierno. Aunque se ponga en peligro la paz social.

Porque el conciudadano es, simplemente, mano de obra.


Que se puede decir…

Aparte del desconocimiento más profundo de la economía que puede tener un periodista progre opinando de ella, peor aún, haciendo juicios de valor de las motivaciones de los participantes en ella.

Las mayores fortunas del país son del ámbito financiero, servicios y Retail, no exportador o materias primas, que trabajan principalmente en Chile. de hecho el % del PIB que representa exportaciones de productos y servicios es de 28.2%. Más del 70% del PIB del país es actividad interna.

https://data.worldbank.org/indicator/NE.EXP.GNFS.ZS?locations=CL

Aparte por supuesto de lo siempre tramposo intelectualmente que es Matamala y compararnos en los peores términos posibles con el peor ejemplo disponible en el contexto más desfavorable que se le ocurra. Y si es que la data es correcta. Y de lo resentido y llorón de sus comentarios. Me gustaría que fuera igualmente crítico de Bachelet y su inundación de inmigrantes completamente descontrolada que bajó el precio de toda la mano de obra en un año. No me lo contaron. Lo viví en tiempo real. No lo vi llorando por los trabajadores del país por eso. Porque con el curso de economía de tres meses que tiene en el cuerpo el progre favorito, hasta ahora, ya que Sepúlveda viene por los palos, no entiende que lo que sube o baja los precios no son regulaciones o leyes, es oferta y demanda de trabajos y trabajadores. Y ahora NO HAY TRABAJOS porque fueron destruidos por las cuarentenas que ellos lloraron porque se hicieran, y ahora solo quieren subvencionar a los trabajadores. Que podría salir mal??…Pero, qué más se puede pedir de un curso de 3 meses que debe haber sido por correo por la calidad de los comentarios de este gil??

Uno de la banda progre pide que gobiernen con el corazón, y éste, mirando las encuestas y hacer lo políticamente correcto, según los progres por supuesto, y no su mandato electoral. Porque eso es lo que recomienda Matamala. Hacer lo que el pueblo quiere, según su interpretación por supuesto.

La descripción perfecta de los progres. Buscadores de aprobación, no de logro de objetivos y trabajar con la guía de tus convicciones a pesar de la desaprobación de otros.

Chile ha destinado 10% del PIB con los retiros de fondos, que finalmente van a ser costo del estado de alguna u otra forma en el futuro en la forma de pensiones básicas. Más un 5% a 10% de ayuda proyectada entre todos los paquetes estatales. Para que fuera equivalente en USA eso, deberían haber aprobado un paquete de ayudas de USD 3-4 USD trillones. Ni remotamente cercano a lo que aprobaron.

Además, no hay ninguna forma en la que un gobierno que encierre a todo el mundo por el tiempo que lo ha encerrado y de la forma que lo ha hecho sea popular. Ni siquiera neutro. Va a ser altamente impopular. Sea entregando ayudas o no según las cabezas de chorlito unicornianas de los progres que creen que el dinero (y su poder de compra) crece en lo árboles.

Merkel está por el piso, Bolsonaro ni hablar, Modi, en el suelo, los maravillosos progres o liberales de Australia en caída libre en las encuestas, ni hablar de Fernández o todo el barrio LATAM. Los gobiernos de Holanda y Bélgica a punto de caer si es que ya no cayeron, la monarquía tailandesa igualmente en el suelo siendo MUY querida y respetada desde siempre. Incluso la heroína cuarentenesca progre por excelencia, Ardem, en caída libre de popularidad…15 puntos de caída exactamente.

https://www.stuff.co.nz/national/politics/300253338/labour-on-top-in-new-poll-but-jacinda-ardern-suffers-personal-popularity-crash

No hay nada que pueda hacer un gobierno para ser popular o tener aprobación positiva en un ambiente como este. Incluso en aquellos gobiernos progres que por esencia buscan darle en el gusto a todos sus conciudadanos, supuestamente.

O sigues el camino que tenías trazado a pesar del desastre inducido en buena parte por estos giles progres, o le haces caso a estos sacos de hueva, de nuevo, para arruinar aún más la economía y la sociedad, de nuevo. Y cada vez a un mayor plazo.

Gracias a los progres que pidieron (demandaron) que encerraran a todos contra toda ciencia existente. Por supuesto en búsqueda de la aprobación de unos pocos arruinaron masivamente a todo el resto, y ahora lloran los conchudos porque otros no pueden arreglar sus cagadas.

El aún progre favorito haciendo nuevamente el ridículo son sus sesgos habituales. Como casi siempre.

Pero el nuevo delfín progre, Sepúlveda, woah…se pasó. Habla cada huevada…Ya es una sintonización mañanera dominguera encuarentenada obligada para reírse. A punto de ser destronado Matamala. Falta que escriba una columna dominguera Sepúlveda y sería el nuevo rey progre. Que manera de hablar huevadas por segundo for Kraist Seik. Debe haber una especie de récord Guiness para esto.

5 comentarios:

  1. Memoria selectiva la de Malamata, a Allende también lo abandonaron los de su partido.

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    1. Alkyaner. Thanks. Actually, they were deeply touched by Allende and the Chilean way. Again, never mind if it's right wing now, Mind and applaud creativity. The horse is very clever as we all know. I was waiting for the Chilean way to solve the impasse. Bravo! Don't forget the miners in 2010! Viva Sebastian, our billionaire

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    2. Alkyaner. Long life to The Locomotive. Gol de Chile. Let us amaze the world again!

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  2. Comparto excepto con bolsonaro

    En Brasil la samba en las playas está a todo ritmo.

    Un patriota con su país.

    https://www.soychile.cl/Santiago/Internacional/2021/04/24/703270/Bolsonaro-amenaza-con-sacar-el-Ejercito-para-evitar-que-se-implementen-cuarentenas-en-algunos-estados-de-Brasil.aspx

    Igualmentemente que el presidente de Tanzania que lamentablemente fue eliminado
    Por ir contra los Phycos

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  3. Grande

    En la ocasión Bolsonaro indicó respecto a las cuarentenas que “Esa política de encierro, de cuarentena, es absurda… tenemos un plan de cómo actuar. Yo soy el jefe supremo de las fuerzas armadas”, advirtió, y señaló que podría desplegar el ejército para “restablecer el artículo 5 de la Constitución”, que menciona el derecho a las libertades de movimiento y de religión.
    El mandatario señaló que “Yo, junto con mis 23 ministros, estoy hablando sobre qué hacer si existe un caos generalizado en Brasil debido al hambre, debido a la forma cobarde en que algunos están haciendo que la gente se quede en casa”.

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