ADYANER --- PM --- Agustín Squella advierte que si no se respeta regla de los dos tercios "se acaba la Convención"

@emol

El convencional independiente, Agustín Squella, aseguró este lunes que si la Convención Constitucional cambia la regla de dos tercios para la aprobación de las normas que serán parte de la nueva Constitución se pondrá en juego la continuidad y la legitimidad del órgano. En entrevista con Radio Cooperativa, el representante señaló que "yo no sé cómo diablos estamos todavía discutiendo los dos tercios (...) de una vez por todas los convencionales deberíamos admitir un hecho objetivo, que por lo demás conocíamos cuando competimos para ser constituyentes y cuando se instaló la Convención, hay un quórum de dos tercios para aprobar futuras normas constitucionales y para aprobar normas de votación". "Ese quórum hay que respetarlo, nos guste o no. A mí nunca, tengo que confesarlo y lo dije en mi campaña, nunca me gustó el quorum de dos tercios, lo encontraba y lo encuentro alto, sin embargo estoy por respetarlo, porque es una norma previa al trabajo constitucional", recalcó. Asimismo, expresó que "yo espero que sinceremos esta semana de una vez por todas esa cuestión y que la minoría que está por atribuirle a la Convención la facultad de cambiar los dos tercios, de una vez por todas declare que esa es su posición y que el pleno tiene que votar, aunque es increíble". En ese contexto, Squella advirtió que de ocurrir lo contrario, "se acaba la Convención (...) ¿Cómo una Convención que va a establecer reglas constitucionales a futuro para el país va a partir incumpliendo ella una norma constitucional que la rige? Eso sería cuando menos un mal ejemplo". "La Convención quedaría, por decirlo en términos futbolísticos, a contrapié o mucho más que a contrapié, porque perdería a los ojos de la ciudadanía la legitimidad que la ciudadanía le reconoce. Hay un peligro muy grande si eso ocurriera, pero yo no solo tengo la esperanza, tengo la seguridad de que eso no va a ocurrir", concluyó.

Me gusta eso de PM de los diarios…

Lamentablemente la convención siempre estuvo destinada a ser un desastre de relaciones públicas.

Y eso no tiene que ver con los recursos que se le hayan puesto o no al principio.

Tiene que ver con la mitología que la precedió y se construyó en el imaginario o inconsciente colectivo de un gran porcentaje de la población chilena.

Eran los rebeldes que iban a derrotar al imperio del mal. O el granjero don nadie que iba a destruir la estrella de la muerte.

Aún recuerdo a la primera línea comparándolos con los Avengers, incluso en el festival de Viña con Kramer.

Eso es un arquetipo de héroe clásico. Y se construye, obviamente, con marketing. Sichel tiene esa construcción, por ejemplo. Típicamente saltan (y se construyen) estos héroes cuando las cosas no van bien. Porque cuando van bien, el arquetipo del héroe popular tiende a ser el príncipe o aristócrata culto y refinado que lucha contra el caos y los bárbaros.

El problema es el siguiente. En esas historias de granjeros o don nadies que derrotan al impero tirano malvado hay una trampa o caveat como dicen los gringos. Secretamente, ese don nadie es realmente un rey, o príncipe, o de la realeza del poder. Y el viaje del héroe finalmente es el descubrimiento de esa realeza a través de problemas y desafíos, casi todos mortales.

No es verosímil o plausible que un don nadie venido de la nada derrote a un imperio si no tiene nada de extraordinario que sea reconocible como una casta o una habilidad extraordinaria.

Luke Skywalker era finalmente de la realeza del poder de la galaxia.

Los prisioneros que jugaban el partido contra los nazis finalmente eran súper astros del fútbol.

El estafador piloto al que no podía atrapar Tom Hanks era un genio de verdad.

Ese es el problema de los convencionales.

Eran comunes y corrientes. Y siguen siendo comunes y corrientes. De hecho mucho más comunes y corrientes que al principio. No se les descubrió (ni inventó) ningún poder o atributo especial capaz de derrotar al malvado imperio, que a la vista y paciencia de los hechos ahora no parece tan malo.

Los mitos se construyen. A Hitler le inventaron una serie de poderes o atributos casi mágicos. Tienes que hacerlo. Tienes que generar un distanciamiento de la realidad para que se mantenga el mito.

Cuanta gente se compró ese mito del pueblo virtuoso??

Mucha al parecer.

Y gente culta.

Eso es lo entretenido del marketing y las historias clásicas. Puedes explotar un mito hasta la saciedad si así te lo propones y sabes lo que estás haciendo.

Y también puede fracasar miserablemente si no lo sabes.

Ahora mandaste a 11 parrilleros domingueros a jugar contra el Barcelona. La mística decía que le podrían ganar o al menos dar pelea. La realidad es que los van a golear por 30-0. Y vamos en el 10-0. Obviamente todos ya captan que no hay nada de extraordinario en ellos. Y comenzaron las pifias.

Cest la vie…

Lo que me indica también que en realidad no hay una gran inteligencia o coordinación detrás de esta convención.

Si parecía haberla con la violencia que ´le da origen, pero no con la mística de mantenerla.

Curiosa disonancia cognitiva.