A esta altura de la campaña presidencial de 2013, en octubre, la entonces candidata Michelle Bachelet desestimó la importancia de tener un programa de gobierno. “Es un ladrillo, un mamotreto que nadie lee”, dijo Bachelet ante las críticas por la demora de su programa. Tras ganar la Presidencia, cambió de opinión. El programa es “un contrato solemne entre ustedes y esta Presidenta”, le dijo al asumir el mando a una multitud reunida bajo los balcones de La Moneda el 11 de marzo de 2014.
Claro, Bachelet ya intuía que algunos se estaban bajando de ese contrato. “Yo no firmé ni suscribí ningún programa”, dijo el presidente de la DC Ignacio Walker, haciéndose el sueco cuando el gobierno pidió los votos de su partido para cumplir sus promesas en el Senado. Es que las fotos de campaña con Bachelet ya les habían asegurado sus cupos en el Congreso a los parlamentarios de la DC. “El programa no es la Biblia, ni el Corán, ni la Torá”, cerró la discusión Walker.
Reelección hecha, amistad deshecha.
Ocho años después, en otro octubre electoral, Gabriel Boric tiene su propio socio incómodo en el Partido Comunista. Su presidente, Guillermo Teillier, le advierte que “el programa se tiene que cumplir, y no en la medida de lo posible”. El excandidato Daniel Jadue amenaza con que “el día en que Gabriel se tuerza un milímetro de la línea del programa, me van a tener a mí primero en la línea de denuncia y cobrándosela”.
Pero ¿qué programa? A cuatro semanas de las elecciones, en su web oficial sólo hay una serie de “propuestas programáticas” con una invitación: “Súmate y decidamos las propuestas de nuestro programa”. Para el próximo fin de semana se espera la presentación de un documento más completo.
Esta ambigüedad puede ser estratégica: apelar al voto moderado sin incendiar la pradera con sus socios comunistas. El problema es que Gabriel Boric es hoy, según todas las encuestas, el candidato con más posibilidades de ganar una segunda vuelta electoral. Y su falta de definiciones sólo acentúa una incertidumbre que ya tiene efectos serios sobre el país: peso depreciado, inversiones detenidas, riesgo país escalando hasta superar el de Perú. Más aun cuando el actual gobierno ya renunció a gobernar y le endosa a Boric todos los problemas, desde la migración al vandalismo.
Hay explicaciones ambiguas en áreas clave como la reforma a las pensiones. Y una serie de errores en el manejo de los datos económicos. Por cierto, un candidato no tiene que ser una máquina de recitar cifras de memoria. Venimos saliendo de un Presidente que podría ganar un campeonato de trivia económica y que como líder político fue un desastre. Pero sí se exige a un probable futuro presidente que al menos maneje órdenes de magnitud de sus propias propuestas.
Proponer gravar al 1% más rico, que está “sobre las 1.000 UF (unos $ 30 millones) en el caso de las empresas”, y comprometer un presupuesto de “al menos 400 mil millones de dólares al año para agua potable rural” (más de cinco veces el presupuesto nacional) son dos lapsus graves, porque pegan en el talón de Aquiles de la candidatura frenteamplista: su capacidad para manejar, desde marzo de 2022, una situación de pesadilla.
El nuevo gobierno asumirá cuando llegue la resaca del fin de los retiros y del IFE. Habrá que volver a la dura realidad. Según el Banco Mundial, pasaremos de crecer 10,6% en 2021, a apenas 2,4% en 2022, y 1,8% en 2023. El próximo presidente tendrá que enfrentar el fin de las ayudas estatales, el estancamiento económico y enormes presiones de una ciudadanía movilizada por más gasto social, con la caja vacía después de que las reservas se gastaran durante este 2021.
Y aquí la candidatura de Apruebo Dignidad parece atrapada en un escenario que ya no existe. Sus propuestas programáticas originales eran las de una campaña testimonial, que por poco no junta las firmas para competir, y que esperaba tener una honrosa derrota frente a Jadue. En apenas un par de meses, Boric pasó de candidato por compromiso a probable próximo Presidente de Chile. Algunas de sus ideas no parecen haber tenido esa misma evolución.
Un ejemplo es su propuesta de “revisar” los tratados de libre comercio. “Hay que revisarlos todos”, insiste Jadue. “No es para hacer borrón y cuenta nueva”, matiza Boric, sino para ver “condiciones impuestas que son desventajosas”. En teoría, es cierto que sería ideal revisar cláusulas para exigir a la inversión extranjera encadenamientos productivos con la industria nacional. Pero en el Chile real de marzo de 2022, una revisión como esa podría congelar una inversión extranjera que ya está frenada. Es, en palabras simples, tratar de matar una mosca con una escopeta.
Un candidato testimonial puede disparar de chincol a jote, pero un probable presidente debe escoger con sabiduría sus armas y sus batallas. Gabriel Boric tiene enormes ventajas en esta campaña: por edad, historia y discurso es el que mejor representa un zeitgeist que exige transformaciones profundas y recambio generacional. Y ha acertado en el tono conciliador e inclusivo de su puesta en escena.
Pero a cuatro semanas de la primera vuelta, la ciudadanía ya no lo mira como el joven idealista que promete futuro esplendor. Es el momento de bajar del árbol y poner los pies en la tierra, para entregar certezas de manejo serio de un país en crisis.
Y ello requiere memorizar un par de cifras, sí. Pero, sobre todo, comprometerse con un programa de gobierno claro, conciso y realista, aun a costa de desilusionar a los más radicales.
Es, y en esto tenía razón Bachelet, un contrato solemne con una ciudadanía que al momento de votar exigirá más certezas y menos explicaciones chapuceras.
Debe haberlo escrito antes de la columna en el DF de Grau…
EN EL DF, para dar certezas…
LOLOLOLOL…
Le va a dar un síncope…
Bastante lúcida de nuevo la columna. Obviamente desde el lado de alguien que apoya a Boric. Que no tiene nada de malo si se es objetivo. O lo más posible al menos. Y en esta lo intenta. Aunque eventualmente va a tener que conceder que Boric es un candidato podrido de malo. Lo único que tiene es juventud, tatuajes y mucho pelo, por ahora al parecer, despeinado y desgreñado. Eso no es revolucionario o innovador.
Creo que se equivoca en un cambio en el Zeitgeist representado por un ya no tan joven como para mandarse las cagadas de uno Boric. Juventud no significa necesariamente renovación de nada en particular. Y Boric representando la revolución marxista setentera ciertamente no tiene nada de innovador o revolucionario, en el buen sentido de la palabra.
El cambio de Zeitgeist sería de hecho una clase política respetable, competente, inteligente y de bajo perfil orientada a la toma de las mejores decisiones posibles para el país y la sociedad.
Y eso no es posible con el nido de víboras extremadamente venenosas e incompetentes que tenemos a cargo. Nadie competente e inteligente y con alta vocación de servir al país por UN PERIODO y después volver a su vida privada productiva y satisfactoria fuera de la exposición pública se engancharía con los giles que hay hoy día en la política. Se imaginan un debate económico con Jiles, Winter, Boric o Silber??. Los mandaría a la cresta en dos minutos y no muy caballerosamente, especialmente cuando colocan la cara hoyuda progre clásica de superioridad moral. Puedes tolerar y hasta debatir muy constructivamente con opiniones diferentes. Pero no con imbecilidad o ignorancia completa sobre un tema. No sé como Marcel no les manda un par de puteadas.
Ese para mi sería el cambio de Zeitgeist.
Make politicians great again…
Ahh…
De veras…
Oye Daniel, se que lees el blog…
Podrías decirle a los políticos progres y feminazis que dejen de colocar cara de zoolander cada vez que posan?? Les haría bien verse menos hoyudos y más naturales. Especialmente cuando hablan huevadas.
Y remata el Máster con un mensaje directo jajajajajajajaja
ResponderEliminarUn Grande !!!
Buen inicio de semana Adyaner !
Me estoy desayunando los artículos antes de salir a Laburar (en el área privada, por supuesto ajajaja)
te lee el blog en serio? jajaja como cachaste?
ResponderEliminarbuena semana adyaner
Matamala como buen sumosacerdote progre tiene que corregir al guaton Boric para mostrarse "ecuánime". Boric es tan mal candidato que si no fuera por ayuda de la prensa no tendría opciones. Pero claro, en su columna lo trata entre algodones: en vez de"apréndete las cifras guatón qliao!", le dice "Gabriel es el mejor por edad, historia y discurso". En cambio a Sichel lo hizo mierda sin regalías.
ResponderEliminarjajajaja como dice Parisi, Boric y Grau son unos cuicos revolucionarios jajajaja https://www.youtube.com/watch?v=4Slet2hKJmE
ResponderEliminarAmigo adyaner estas últimas semanas estoy haciendo tanto esfuerzo cognitivo que no me da para leeerte mucho al menos con la atención y comprensión que quisiera ( ahorro cognitivo le llamo) …. Pero en serio… no sé en qué minuto de la existencia boric y kast se volvieron cartas reales para ser presidentes… enserio::: ni en mis peores pesadillas lo hubiese imaginado..: no veo noticias ni rrss… la única entretencion semanal es el live que tienes ….
ResponderEliminarEn cuanto a la columna al fin aterriza el amigo… reconociendo que el próximo presidente recibirá un gobierno sin caja … polarizado …desordenado … con conductas desadaptativas en todos los niveles y que NINGÚN candidato tiene la experiencia y la varita mágica para cambiar … estamos quebrados … y por más esfuerzo político y voluntad no veo esperanza el horizonte . Kast sin parlamento y boric con el Pc como pulga en la oreja.:: ambas posibles gobiernos seran un desastre .
Yep, ya pasamos la etapa de esperar algo positivo de un gobierno o políticos. Ahora hay que prepararse mentalmente para un periodo muy malo, venga quien venga.
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