Sebastián Edwards: “Independientemente de quién gane las elecciones, va a ‘quedar la escoba'”

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Sebastián Edwards vino a votar a Chile y esta semana regresó a su hogar en California, Estados Unidos, lo que no le permitirá sufragar en la segunda vuelta. Pero bueno, tampoco tiene candidato y admite que lo más probable es que no hubiese concurrido a las urnas este 19 de diciembre. Comenta que en estos 15 días se dedicó a recorrer Santiago en metro, circulando por varias estaciones en distintos barrios, para conectarse con el ciudadano de a pie. ¿Qué encontró? “Desde luego que el mío no fue un análisis científico, pero fue muy amplio y sistemático. El chileno de verdad sigue siendo amable, buena onda y quiere avanzar con consensos”, indica al recalcar que es lo opuesto a la polarización que se observa en las redes sociales. “La gente de carne y hueso está mucho menos polarizada que en la Convención o en Twitter, y si bien la mayoría de los chilenos son pacíficos y quieren cambios graduales, la situación es muy compleja”, advierte. Veamos por qué. —¿Cuál es su balance tras los resultados de la elección en primera vuelta? “Esperanzas y preocupación. El que la izquierda dura — por llamarla de alguna manera— no hubiera arrasado, como ellos esperaban, es esperanzador. Demuestra que los chilenos rechazan la violencia y la destrucción, quieren vivir en paz y avanzar en forma organizada, respetando a ‘los otros' en el proceso de cambios. Pero al mismo tiempo es preocupante que la segunda vuelta se dispute entre dos polos, entre dos posiciones diametralmente opuestas. La pregunta del momento es: ¿el esfuerzo por moverse al centro, de parte de ambos candidatos, es genuino, creíble y suficiente? Aún no lo sabemos. De la respuesta a esta pregunta dependerá el resultado del 19 de diciembre”. —¿El hecho de que el Senado haya quedado dividido en mitades iguales es mejor o peor escenario para el país? “Los equilibrios obligan al diálogo y a los acuerdos, a buscar posiciones intermedias que sean atractivas para amplias mayorías. En ese sentido, los resultados son muy positivos. Ahora, el desafío será que efectivamente se logren acuerdos. Un escenario alternativo es que se produzca una parálisis donde ninguno de los dos lados ceda, lo cual sería muy negativo para el país”. —¿Cuáles son los riesgos que observa si la segunda vuelta la ganara José Antonio Kast o el diputado Gabriel Boric? “Si el triunfador es Boric, veremos una nueva salida de capitales y un marcado deterioro en el mercado financiero, mayores tasas de interés, un dólar sustancialmente más alto, y un mercado de créditos hipotecarios mucho más estrecho. Si gana Kast, la violencia de los viernes se intensificará y se propagará a otros días. Los extremistas de izquierda —incluyendo Antifa y otros grupos anárquicos y antidemocráticos— no aceptarán los resultados de las elecciones. Mi resumen, hablando en buen chileno, es que, independientemente de quién gane las elecciones, va a ‘quedar la escoba'. Los próximos cuatro años serán un período difícil y gris”. —¿Qué le parecen los programas y esta decisión de “moderar” sus ideas? “Ambos programas requerían ajustes mayores, y ambas campañas reclutaron a muy buenos economistas para hacer esos ajustes. Hemos visto hasta ahora que los cambios al programa de Kast son más profundos y cubren prácticamente todas las áreas, que los de Boric. El nuevo equipo de Kast ha agregado realismo y gradualidad. Hasta donde sabemos, los ajustes al programa de Boric son más acotados, centrados en darles realismo a las proyecciones fiscales y a la reforma tributaria. Hasta donde sé, los temas estructurales —empresas del Estado, banco de desarrollo, revisión de tratados comerciales, sistema de pensiones manejado por un ente estatal, promoción de ciertos sectores para industrializar forzadamente al país— no han sido tocados, y esos aspectos son especialmente preocupantes”. —Se ha tratado de extremar las opciones entre democracia y comunismo o entre derechos humanos y autoritarismo, ¿cree que efectivamente se está jugando a ese nivel? “El rol central que está jugando el Partido Comunista en la campaña de Boric es altamente alarmante. La realidad es muy simple: si bien el PC chileno tiene una larga tradición de participar en los procesos electorales chilenos, también tiene una historia de apoyar a dictaduras y gobiernos que violan los derechos fundamentales en forma sistemática. No es necesario remontarse a la URSS, Hungría y Checoslovaquia para respaldar esta preocupación sobre las credenciales democráticas del PC. Basta con recordar sus apoyos, en años recientes, a Cuba, a Maduro y Ortega en Nicaragua. Por el lado de Kast, sus posiciones autoritarias también me alarman, especialmente las apologías de algunos de sus seguidores a la dictadura militar, y sus posiciones ultra conservadoras en los llamados temas valóricos. Ahora, me da la impresión que Kast está haciendo un esfuerzo por alejarse de esas visiones extremas, tratando de mirar hacia adelante, y de marginar de su comando a los intransigentes”. —¿Cuál cree que es la mejor opción para el país? “Chile estaba siguiendo una senda de desarrollo bastante virtuosa, tanto en lo político-social como en lo económico. Podemos hablar del “virtuosismo de 30 años”. Esta elección es un desvío en relación a esa senda. La pregunta es cuál de las candidaturas nos aleja más de ese camino virtuoso, o cuál nos permitirá volver a esa senda orgánica y virtuosa”. —¿Ha decidido su voto? “Estoy inscrito para votar en Recoleta, y el 19 de diciembre estaré en mi casa de Los Angeles (California), por lo que no podré votar. En cierto modo es un alivio, pero también es una frustración”. —¿Por quién habría votado si hubiese estado en Chile? “No lo sé. Es muy probable que no hubiera votado. Otra opción, que mucha gente está tomando, es el voto nulo”. —Boric se reunió con la Confederación de la Producción y del Comercio, y el presidente del gremio insistió con que no les da confianza el PC, ¿concuerda? “Juan Sutil es un dirigente sagaz y efectivo. No siempre estamos de acuerdo, pero en esto coincido: una coalición donde el PC es dominante encierra enormes peligros. Nos da el mayor riesgo de desviarnos de la senda virtuosa para siempre. El camino del PC es el de la nostalgia y de la mediocridad, es una buena apuesta para volver de donde veníamos: en el pelotón de una región bastante poco atractiva”. —De sus respuestas ¿puedo inferir que confía más en lo que puede ofrecer Kast? “En lo económico, y dado lo que he visto de los programas revisados, el de Kast es más solvente y tiene mayor potencial para mover la aguja del crecimiento”. —¿Es buena idea bajar los impuestos como pretende Kast? “Es difícil bajar las tasas de impuestos en este momento, las demandas sociales son verdaderas y satisfacerlas es caro. El programa inicial de Kast estaba basado en la llamada curva de Laffer, que no es otra cosa que una ilusión tributaria. El programa revisado es mucho más realista e introduce un gradualismo necesario”. —¿A quiénes ve como ministros de Hacienda, quiénes darían más confianza al mercado? “En una administración de Kast, José Luis Daza sería un ministro de lujo. En una administración de Boric necesitan a alguien con experiencia, a un ‘adulto'. Mi nombre preferido es Andrea Repetto. También me gusta Roberto Zahler. Pero hay un problema serio con el escenario Boric: ¿escuchará lo que le digan sus asesores económicos y su ministro de Hacienda? La actitud del diputado con respecto al cuarto retiro sugiere que no lo hará, que seguirá el camino políticamente más expedito y no el técnicamente más adecuado”. —¿Cuál de las dos opciones cree que tendrá las mejores condiciones para gobernar considerando la conformación del Congreso y la Convención Constitucional? “El gran elefante en la habitación es la Convención Constitucional, que es enormemente partisana, con un gran número de activistas de nicho que no ven la totalidad del desafío, y que observan el mundo desde su propio rincón”. —¿Qué espera de ese trabajo? “Soy escéptico sobre su resultado porque no veo a moderados construyendo un puente entre posiciones más doctrinarias. Hay días en los que me pregunto: ¿dónde están Pato Fernández, el profe Squella, la gran Patricia Politzer?”. “Es posible que el impulso fiscal permita tener un 2022 muy bueno, y que el rudo despertar se produzca en 2023” —¿Cómo está viendo la economía del país? ¿Hay que aplaudir que esté creciendo en torno a 11- 12% o, más bien, asustarse por el sobrecalentamiento que está latente? “La recuperación es efectiva y muy potente. Todo indica que Chile está viviendo un boom de consumo, boom que no es sostenible. El ajuste contemplado en el presupuesto 2022 es el correcto. Habiendo dicho esto, hay que reconocer que hay una serie de sectores postergados, como el turismo. Es importante focalizarse en ellos”. —¿Cuál es su expectativa para 2022? “Mucho se ha hablado de que en 2022 habrá un duro despertar a la realidad. Incluso se dice que es probable que tengamos una recesión técnica en el segundo semestre. Yo no estoy tan seguro. Es posible que el impulso fiscal permita tener un 2022 muy bueno, y que ese rudo despertar se produzca en 2023. Lo interesante de esto es que, bajo un escenario Boric, se estaría repitiendo 1971, primer año del gobierno del doctor Allende, con boom seguido de un frenazo enorme”. —¿Por cuántos años más la inflación seguirá siendo una piedra en el zapato? “La inflación es un impuesto que recae sobre los más pobres, por ello es necesario evitar su surgimiento en forma muy temprana. El Banco Central ha hecho una gran labor y la adición de Luis Felipe Céspedes al consejo nos da tranquilidad”. —¿Visualiza en el futuro alguna posibilidad de que la economía aumente su potencial de crecimiento? “Solo será posible si hay un fuerte aumento en productividad y en inversión. Ambos requieren de tranquilidad, paz social, respeto a las reglas del juego y visión de largo plazo. Esta visión debe ser la de un país más justo y más igualitario, más inclusivo y tolerante. Más que nada, un país sin violencia”. —Si como varios analistas anticipan hubiera trimestres recesivos en 2022, ¿hay riesgo de un mayor gasto fiscal? “El espacio fiscal en Chile es limitado y hay que usarlo en forma muy sabia. Es esencial que ese espacio no se use para financiar gastos recurrentes. Hay una gran cantidad de proyectos de inversión —incluyendo la conectividad digital— que pueden implementarse y que no traen con ellos grandes gastos corrientes en años venideros”. —¿Qué se puede esperar para los siguientes cuatro años? “Más que predicción, planteo un deseo: ojalá que me equivoque, y que no quede ‘la escoba'”. Escrito por Miriam Leiva.

No mucho que agregar. Se parece bastante a mi opinión de la elección y la reacción violenta de los fascistas de izquierda que curiosamente se hacen llamar antifas y que no aceptan ningún resultado democrático que no sea a favor de ellos, a la del economista líder del país. Exceptuando la curva de Laffer que es odiada por todos los monetaristas y keynesianos porque les da de lleno en la teoría mula de que pueden aumentar los impuestos sin afectar con ello el crecimiento y la recaudación que es la teoría de la campaña de Boric, con distintas medidas a través de la no curva, y me da la impresión que Edwards como economista multi PhD probablemente tiene algún sesgo académico en ese sentido. A mayores impuestos menor crecimiento y mayor deuda. Que es similar a una curva de demanda y oferta vs precio, siendo el precio los impuestos aunque las finanzas nacionales son por supuesto muchos menos elásticas. Si me suben el precio de hacer negocios, haré menos negocios en relación a otros países que lo mantengan o bajen en el extremo. Boric dice que no va a afectar la recaudación subiendo impuestos, y Kast ahora que no va afectar manteniéndolos y que habría compensado bajándolos. Por supuesto no es lineal y ahí concuerdo en que primero es la paz, después la estabilidad en las reglas del juego y posterior la política impositiva. El primerísimo criterio de decisión en inversiones de capital relevante es si tu dinero está siendo colocado en un matadero bananero o no. Después vienen los impuestos y todo el resto de adicionales que hacen atractivo tu país. Entre ellos la productividad de tus factores.

En lo del primer año de Boric vs Allende, creo que en el agregado no sería tan grave porque Boric tendría mucho espacio fiscal. Tendríamos que llegar a la huida completa de capitales y que nadie nos comprara deuda para el inicio de la hiperinflación. Se ve lejano eso desde hoy. Pero con los monos con navaja que llegarían nunca se sabe.