El empresario Carlos Cortés compró en 2010 una propiedad frente al Parque Forestal. “Pensamos que era la parte más linda de Santiago”, señala. La restauró y el 2012 abrió el hotel boutique Su Merced. En enero de 2019, sumó socios y transformó el inmueble a un formato de coliving: arrendar las piezas por temporadas más largas y compartir los espacios comunes. En octubre de ese año, los socios se fueron. “Me dejaron solo”, cuenta. “Después del estallido, toda la zona quedó muy deteriorada. Nuestro hotel está a dos cuadras de la Plaza Italia, en el epicentro del huracán”, subraya.
Hoy, si bien ha continuado operando como coliving, el inmueble está en venta. “Quiero vender mi propiedad; vivir tranquilo. Ha aparecido gente, pero creen que la propiedad no vale nada y hacen ofertas indecentes”, destaca. “Entre operarla y regalarla, prefiero operarla”, añade.
El socio director de la compañía de intermediación inmobiliaria Engel&Völkers Commercial, Felipe Weil, asegura que hoy mantienen ocho hoteles a la venta en el centro de Santiago. Lo tradicional había sido entre dos y tres en todo el eje Providencia-Santiago. “Un 70% se quiere ir por las manifestaciones”, subraya. Ya enajenaron Andes Hostel que será reconvertido para renta residencial, y Damero B&B, que es la nueva residencia que el Presidente Gabriel Boric arrienda en el barrio Yungay.
Los ejemplos de lugareños que buscan irse de la zona cero se multiplican. El viernes, la aseguradora Chubb anunció que, desde la próxima semana, trasladará sus oficinas desde Miraflores a Presidente Riesco. La semana pasada, el Banco Santander anunció que dejará su cuartel central en Bandera 140, para moverse al sector oriente en 2026. En 2018, el Santander había financiado el renovado Paseo Banderas. Y el dueño de la tradicional pastelería Paradiso, Aldo Ramello, cerró siete de sus locales, todos en el centro, la zona donde nació la cadena. Las ventas ya no eran ni el 65% de lo que fueron. La violencia y el comercio ambulante -acusaba- habían causado la caída.
“Se instaló una cultura de la impunidad muy similar a la que existe en Valparaíso, donde básicamente cualquier persona puede destruir, rayar, vandalizar y no le pasa nada”, señala el arquitecto Iván Poduje. “Generalmente existen acuerdos sociales para no destruir. Eso se quebró, lo que se suma a una ausencia completa del Estado”, añade.
Desde la Municipalidad de Santiago refrendan parte de esa visión. Indican por escrito: “Nos encontramos con una comuna afectada por la delincuencia como todo el país y que se ha visto aumentada principalmente en los últimos cuatro años, lo que sin duda genera temor en las empresas y locatarios”. El municipio asegura estar trabajando coordinadamente con Carabineros, la Delegación Presidencial, Fiscalía y otros actores para recuperar los espacios públicos y volverlos más seguros.
“Hay que devolverles la ciudad a todos los ciudadanos y no dejarlo entregado a un par de vándalos que van todos los viernes a destruir lo que nos queda”, refuerza el gobernador de la RM, Claudio Orrego.
Más de 700 locales menos
En marzo de 2019, se inauguró el boulevard gastronómico de Plaza de Armas. Se abrían nueve restaurantes de alta gama que venían a complementar la oferta del también renovado portal Fernández Concha. El dueño de uno de esos lugares cuenta que él abrió en julio y llegaron ejecutivos internacionales de la marca que pretendía impulsar en el país. Al principio todo fue un éxito. Una exautoridad cuenta que en ese minuto se conformó un casco histórico con 120 carabineros para proteger el lugar y combatir el comercio ambulante. Hubo una estrategia de copamiento en Ahumada, Huérfanos, Estado y Puente. Y se creó un equipo de guardias especialmente destinados a cuidar la zona.
La idea era priorizar el triángulo central, enmarcado por el cerro Santa Lucía, la Alameda, la Autopista Central y el río Mapocho. Exautoridades aseguran que ahí se genera el 75% de los ingresos de la comuna. “Con esos recursos se pueden impulsar inversiones en los barrios más vulnerables”, destaca.
Foto: Andres Perez
En 2019, la intersección Ahumada-Puente fue ranqueada por Colliers International como la esquina comercial más costosa de Latinoamérica. El eje alcanzaba los US$ 36.119 el m2, muy por sobre intersecciones en Ciudad de México, Buenos Aires, Sao Paulo, etc. En octubre del año anterior, se había vendido a precio récord un local en Ahumada: 880 UF el m2.
Tal era el éxito de la zona que un locatario del llamado boulevard abrió un segundo local en el centro. Firmó contrato en septiembre de 2019. En octubre todo cambió. Cerró unos meses tras el estallido. Y las ventas fueron en franco deterioro. Hoy, evalúa terminar este segundo local, pese a tener contrato por cinco años, y trasladarse al sector oriente. Más allá de un entorno, asegura, rayado y sucio, su principal pesadilla ha sido el comercio ambulante. Desde las 8:00 horas, las calles del Paseo Ahumada, Estado, Catedral, entre otras, se ven atestadas de comercio informal. “Desde las 5 de la tarde no se puede caminar por Catedral”, asegura un guardia de la comuna. Añade que la fuerza pública que se veía en la administración anterior ya no está.
Datos de Carabineros daban cuenta de que hasta 2021 había a lo menos unos 1.400 ambulantes sin permisos; una cifra que quienes habitan el sector aseguran ha ido al alza. Los consultados por Pulso apuntan a que la señal dada el 22 de septiembre de 2021, por la actual alcaldesa, Irací Hassler, de abrirse a la posibilidad de dar más permisos al comercio ambulante, aunque no se haya materializado, sólo agravó la situación.
“Da pena venir al centro y casi es una evidencia empírica lo que uno puede constatar al caminar por Miraflores, Ahumada, Huérfano, no hay lugar que se salve. El comercio ambulante ha ido aumentando en forma muy importante en Santiago Centro, lo que inhibe que las personas vayan”, señala el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Ricardo Mewes. A renglón seguido añade: “Le estamos entregando el espacio a la delincuencia”.
Según la última encuesta de Víctimización de la CNC, un 51% de los locales comerciales de Santiago fue víctima de algún delito el segundo semestre del año pasado.
Hoy, impulsado por las constantes manifestaciones de los viernes, el horario se ha acotado. Después de las 20:00 horas, las calles están vacías, indican comerciantes. Y los fines de semana las ventas se reducen más de un 70% por falta de público.
Y así han sido cientos los que han optado por bajar la cortina. Según un mapeo hecho por Georesearch, entre octubre de 2019 y mayo de 2022 han dejado de operar 747 comercios establecidos, lo que se ha traducido en 119.858 m2 arrendables menos. En el entorno posestallido -hasta febrero de 2020- cerraron 63; durante la pandemia, se sumaron 527, y pospandemia -entre agosto de 2021 y 2022- se agregaron 157, indica el reporte. Del período posterior al Covid los peaks se han dado desde marzo a la fecha.
Foto: Andres Perez
Según el fundador de Georesearch, Daniel Encina, ese fenómeno respondería a deudas arrastradas por la pandemia, menor público por el teletrabajo y el cambio en el comportamiento de consumidores, lo que aumentó de forma drástica la competencia generada por el delivery. Y también el alza de precios por la inflación, lo que disminuiría la cantidad de ventas mensuales.
“Hay muchos lugares en que no se puede andar y más allá de eso percibes la inseguridad que significa andar caminando, incluso a las tres o cuatro de la tarde”, indica Mewes.
Que lata … Siempre me gustó el centro de Santiago, especialmente la arquitectura de la Plaza de Armas y alrededores. Hasta en el algún momento pensé en irme a vivir frente al Bellas Artes.
Pero, cuando salieron las progres con cara de hoyudas zoolander en todas las principales comunas del país, como Santiago y Viña, más Ñuñoa y Sharp en Valpo, la señal era clara…
GET THE FUCK OUT…
Los que salieron primero pudieron minimizar el daño, que de todas maneras ya estaba hecho.
Pero la sentencia de muerte del centro de Santiago está decretada. Se fueron o están en ello las principales oficinas corporativas y sus ejecutivos y directores. Especialmente las financieras.
Eso es el beso de la muerte de cualquier sector financiero y de servicios, que suele ser el centro de la capital de un país.
No hay nada que hacer. No hay ningún ambiente para hacer negocios sofisticados, ni medianamente, ni tampoco ofrece la seguridad para vivir tranquilos y poder transitar sin problemas en horarios diferentes de los peak de circulación.
El centro de Santiago se va a convertir en un diez de julio o un persa Bio Bio tipo barrio Franklin. Servicios y productos baratos para clientela regular de sectores socio económicos bajos. Por supuesto que irá gente de clase socioeconómica alta, pero de visita, no como clientela regular.
Como siempre, lo que dicen querer hacer los progres, que es reducir la desigualdad y aumentar la inclusión, terminan haciendo justo lo opuesto. Lo que une a la sociedad es la interacción económica de alto nivel, y esa se logra haciendo que los ricos o la gente de alto poder adquisitivo compre servicios y productos en el sector en que quieres que se produzca eso.
Y eso se producía en el centro de Santiago. Ejecutivos y dueños de ALTÍSIMO poder adquisitivo interactuaban y hasta se hacían amistades con dueños de locales pequeños y sus empleados que se acostumbraban al alto desempeño y exigencia y les servía para otras experiencia y subir su nivel.
Que les queda ahora? La exigencia de fritangas callejeras a inmigrantes ilegales?
Tarados resentidos y buenos para nada a cargo con cuentos Disney en sus cabezas de chorlito logran esto.
Que el centro de la capital del país ahora sea una puta feria persa tercermundista.
A la iraci tiene que puro destituirla. En todo caso hace rato el centro estaba de decadente y muchas empresas se estaban llendo. Lo que lo salva es su arquitectura en algunos lugares.
ResponderEliminarEs imposible salvar a santiago centro, la que una vez fue un panorama el pasear por sus calles y mirar las vitrinas con novedades es ya casi imposible transitar sin tratar de ser asaltado o estafado.
ResponderEliminarUna trayectoria trasada al fracazo y destinada a la destruccion.
con respecto a que puede transformarse en un centro de venta al por menor con tiendas de productos chinos, es posible pero tienes que pensar que para eso ya existen otros puntos y que ya poseen a su clientela.
Lo unico en lo que lo podrias transformar seria un centro de la bohemia y el descontrol (bares, pubs y barrio rojo), un giro para atraer a esa clientela que se escapa y ya no volvera.
Los edificios del centro eran muy bonitos, pero la plaza de arma y los edificios alrededor me recordaban a Valparaiso por su mugre y olor a banno. Antes con los ambulantes normales de toda ciudad. Pero hace unos annos cuando se empezaron a poner los carros de super a vender fruta y jugo en todas las esquinas y tiraban los sobrantes al suelo, que deje de ir. Antes su paseo al Eurocentro a ver consolas era clasico. O a la casa Royal original a comprar algun electronico.
ResponderEliminarnn
cago el centro de santiago es muuy cierto snif
ResponderEliminarDespués de este lloriqueo, lo que tienen que hacer los arquitectos es diseñar nuevos edificios, inteligentes y seguros.
ResponderEliminarCuando un simio intente quemar, se encontrará con paredes ignífugas.
La pintura de los spray no se adherirá a la superficie de las paredes.
Y si intenta entrar., se electrocutará con una manilla.
Bastará hacer un poco de aseo para recuperar el aspecto.
Hasta que los weones se aburran.
Hay que ponerle winter ya y reconstruir de una forma diferentes.
De hecho en Antofagasta he visto locales con placas metálicas muy pullas que se pliegan. Si viene la masa, aprietan un botón y se despliega la protección.
Se pueden hacer cosas para neutralizar a los monos.
Los locatarios y dueños de empresas tienen que invertir en tecnologías anti macacos? 😂😂, mejor se van a otro lado sin monos en primer lugar, no crees?
EliminarLos progres quieren igualdad, la gente piensa que esa igualdad es la de ñuñoa, pero en realidad, los números nunca darán para eso y lo que tendremos es más parecido a lo espejó
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