Cómo hacer frente a la crisis energética de Europa

@TheEconomist

Fue un año que Europa ha vivido bajo la sombra de un bloqueo energético cuando Vladimir Putin amenazó con cerrar los grifos del gas al continente. Ahora la amenaza se ha hecho realidad y la perspectiva de un invierno frío y oscuro está llegando a casa. El 5 de septiembre, Rusia dijo que cerrará su gasoducto Nord Stream mientras estén vigentes las sanciones occidentales, lo que hizo que los precios de referencia del gas subieran otro 30%; actualmente se ubican en el equivalente de alrededor de $ 400 por barril de petróleo. A los precios de futuros de hoy, el gasto anual en electricidad y gas por parte de los consumidores y las empresas de toda la Unión Europea podría ascender a la asombrosa cifra de 1,4 billones de euros, frente a los 200.000 millones de euros de los últimos años, calcula el banco Morgan Stanley.

El choque energético es ahora una crisis política y económica en toda regla. Ya el 14% de las familias en Gran Bretaña están atrasadas en sus facturas de servicios públicos. ArcelorMittal, una siderúrgica, cerrará una planta en Bremen. Mientras los consumidores y las empresas se tambalean y se avecina una recesión, tras bambalinas existe un caos en los mercados energéticos. Debido a que los precios de la energía en Europa están determinados por los costos del productor marginal, que a menudo funciona con gas, el aumento del gas también se ha convertido en un shock eléctrico. Con los precios descontrolados, algunos generadores se enfrentan a una escasez de efectivo, ya que las contrapartes exigen más garantías: las empresas de servicios públicos desde Düsseldorf hasta Viena buscan rescates (consulte la sección Negocios). Mientras tanto, las empresas renovables y nucleares con costos marginales bajos están buscando cientos de miles de millones de euros en ganancias inesperadas.

Al igual que cuando golpeó la pandemia, los gobiernos están reaccionando con una alocada revuelta de dádivas e intervenciones. Los libros de texto de economía están siendo destrozados y las sumas son enormes. Alemania está gastando otros 65.000 millones de euros (65.000 millones de dólares, o el 1,8 % del pib ) en medidas que incluyen un precio máximo para una cantidad básica de electricidad para hogares y empresas. Al cierre de esta edición, Liz Truss, la nueva primera ministra británica, reveló un plan para congelar los precios durante dos años, que podría costar más de 100.000 millones de libras esterlinas (115.000 millones de dólares o el 4,3 % del pib ) y se financiará mediante préstamos. La ue está considerando limitar los ingresos de los generadores de energía.

La escala y la intensidad de la crisis justifican un apoyo amplio y generoso. Pero en su prisa por actuar, los gobiernos no deben tirar por la borda la lógica económica y la prudencia. La táctica más popular —la congelación de los precios minoristas de la energía, como las de Francia y las que están en la agenda de Truss— es superficialmente tentadora. Son fáciles de entender y reducen la inflación medida, lo que podría aliviar parte de la presión sobre los bancos centrales para aumentar las tasas de interés. Pero también tienen grandes inconvenientes.

Si se limitan los precios, la demanda de energía seguirá siendo demasiado alta, lo que retrasará el ajuste crucial que debe tener lugar en un mundo donde el gas ya no es tan barato como antes de que Putin iniciara la guerra. Ya puede ver la evidencia de esto: los precios más altos significaron que los alemanes consumieron casi un 10% menos de gas natural en la primera mitad de este año en comparación con el año anterior. Y puede resultar políticamente imposible poner fin a las congelaciones de precios una vez que estén en vigor. Truss ya está limitando los precios no solo por un invierno, sino por dos.

En lugar de fijar precios, hay un mejor enfoque. Los gobiernos deberían ofrecer alivio a los hogares a través de reembolsos en efectivo a tanto alzado en las facturas, posiblemente desembolsados ​​a través de empresas de servicios públicos. Esto protegería los estándares de vida y dejaría que los mercados establezcan el incentivo para frenar el uso de energía. Para los más pobres, para quienes las facturas de energía consumen hasta una sexta parte del gasto total, los reembolsos deberán complementarse con otros pagos de beneficios.

Las empresas también necesitarán ayuda. Para evitar el efecto dominó del colapso de las empresas eléctricas, algunas pueden necesitar líneas de crédito estatales temporales, como hicieron los bancos durante la crisis financiera: el costo puede recuperarse mediante gravámenes más adelante. Mientras tanto, muchos otros negocios pueden encontrarse en peligro de cerrar como lo estaban cuando se impusieron los bloqueos en 2020. Es posible que algunos ya no sean viables; piense en las empresas químicas alemanas con modelos comerciales basados ​​en abundante gas ruso. Es por eso que los préstamos respaldados por el gobierno solo pueden proporcionar un salvavidas temporal. Dicho apoyo debe ser por tiempo limitado.

Entonces, los reembolsos y los préstamos temporales son la forma de ayudar a la economía. Pero, ¿cómo diablos deberían los gobiernos pagar por ellos? El costo será enorme y vendrá después de enormes rescates pandémicos. Europa, incluida Gran Bretaña, está gastando al menos 450.000 millones de euros en la lucha contra el shock energético, incluso antes de que llegue el invierno. Italia y Alemania han gastado el 2-3% del pib ; El plan de la Sra. Truss podría hacer que la factura total de Gran Bretaña se duplique. La tentación es financiar el gasto a través de más préstamos. Pero los déficits más amplios en una época de inflación obligarán a los bancos centrales a aumentar aún más las tasas de interés, lo que encarecerá a los gobiernos el servicio de sus deudas.

Es por eso que se deben considerar los gravámenes sobre ganancias inesperadas en algunos generadores. Debido a las complejidades de los mercados de electricidad de Europa, se les pagan los precios al contado exorbitantes de hoy, incluso si sus costos son mucho más bajos y no están relacionados con el gas. Deben evitarse los gravámenes retroactivos sobre las empresas que asumen riesgos y que compiten en mercados libres porque socavan la base misma del capitalismo. Este no es uno de esos casos: las empresas están operando en mercados altamente regulados y pueden obtener ganancias inesperadas que son múltiplos del capital que han desplegado. Nuestras estimaciones, basadas en investigaciones realizadas por el University College London, sugieren que el exceso de beneficios de los generadores puede rondar los 30.000 millones de libras esterlinas (41.000 millones de dólares) en Gran Bretaña. Gran parte del gasto adicional debe provenir de aumentos de impuestos más amplios.

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Sería una locura tomar decisiones a largo plazo sobre el rediseño de los sistemas de energía en medio del caos. Sin embargo, algunos principios ya son obvios. Mantener el mecanismo de mercado es esencial para incentivar la inversión en nueva capacidad y la innovación en el almacenamiento de energía , como las baterías. Pero tiene sentido cambiar una mayor parte del sistema energético de los precios al contado a los contratos a largo plazo, especialmente porque la energía eólica barata es una parte cada vez mayor de la producción. También es imperativo encontrar nuevas fuentes de energía, desde gas en Qatar hasta energías renovables. Con la respuesta adecuada, los ciudadanos de Europa pueden estar protegidos y la transición hacia un sistema energético más limpio puede mantenerse en marcha. La respuesta equivocada podría llevar a los gobiernos a la bancarrota y atrapar a la industria energética de Europa en el pasado.

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Europa is fucked.

Sorry.

Esto no es LA CRISIS. La crisis es la deuda de gobierno que hace imposible cumplir con las promesas huevonas hechas durante generaciones.

Las tasas cero destruyeron el mercado de bonos y por ende todos los fondos de pensiones del continente que ahora son insolventes.

Esta crisis de energía es simplemente lo que quebrará la espina de Europa.

Alemania, que es el core de Europa, is fucked. Con las sanciones que colocaron a Rusia, liquidaron su futuro. Si no se hubiesen unido a ello, estarían bombeando con turbo desde Rusia hacia Alemania y no tendrían una crisis energética cuando ni siquiera comienza el invierno.

Solo resta sentarse a ver los fuegos artificiales. No hay mucho que hacer, quejarse o patalear.

Después de todo, chilito será un buen refugio en términos sociales. En términos financieros vamos a ser basureados igual que todos los emergentes. Especialmente si siguen toreando a China y Rusia para culparlos de las crisis que tienen.

No es curios como los progres verdes mundiales hacen siempre lo mismo, culpar a otros de sus cagadas?…