21 noviembre, 2022

Analistas enjuician el acuerdo del 15-N y la realidad actual a tres años de su firma

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@ElMErcurio

Natalia González: “El acuerdo se fraguó bajo el calor de una desesperación”

Natalia González

“Yo siempre he tenido la opinión de que el 15-N fue más bien un diagnóstico de la política para darle un cauce a la crisis que se vivía”, dice la directora del Área Constitucional de Libertad y Desarrollo, Natalia González, quien destaca que, en su visión, “si bien la población puede anhelar un cambio constitucional, nunca fui de las que creyeron que lo que ocurrió en octubre de 2019 respondiera a un diagnóstico constitucional y que requiriera una solución constitucional”.

“No quiero menospreciar el acuerdo del 15-N —añade—, hay que recordar la crisis que se vivía en ese minuto. Pero la idea de derrocar a un presidente fue algo que el acuerdo del 15-N no logró superar, con las acusaciones constitucionales que vinieron después. Si uno hoy hace un balance, me parece que ese acuerdo se fragua bajo el calor de una desesperación y ansiedad que terminó después rindiendo homenaje a esa ansiedad. Además, se hicieron muchas cosas posteriores al 15-N en la órbita constitucional, como las listas de independientes, los escaños reservados. El balance que uno hace es negativo; terminó con un proyecto identitario”.

Así, González señala que “ahora hay que considerar esos aprendizajes del 15-N” en el debate por un nuevo proceso. “Hoy la población está consciente de que no podemos repetir un proceso similar al que tuvimos. Y si bien la ciudadanía mantiene niveles de desconfianza hacia el Congreso, también está consciente de que esta es una institución de la República que debe cumplir un rol más allá del diseño”. Genaro Arriagada: “Boric demostró que es capaz de desafiar a sus partidarios”

Genaro Arriagada

“Para juzgar la situación actual del país hay que tener presente que lo que vivimos en torno al estallido fue una crisis de enorme profundidad de las que en Chile se dan cada 40 años y que normalmente terminan en quiebres institucionales graves”, señala el analista y exministro Genaro Arriagada, sobre el acuerdo político alcanzado en 2019.

“Yo creo que (Chile) está saliendo de un desafío muy hondo y que está saliendo relativamente bien”.

“Este acuerdo llevó al país hacia una situación que empieza a ser crecientemente canalizada a través de las instituciones y de procesos electorales”, menciona el abogado, quien también plantea que “la derecha comete un error cuando cree que esta fue una crisis económica: esta fue una crisis política muy profunda y su remedio es político”.

“A través de las elecciones se fueron abriendo las instituciones y un nivel de participación mucho más grande y lo más importante, donde el pueblo, mediante el sufragio, fue entregando señales sobre sus preferencias políticas que hablan de la necesidad de cambios, pero dentro de un cuadro de moderación”. Sobre el rol que cumplió el actual Presidente Boric (quien esta semana mostró un repunte en las encuestas) durante esa noche del 15-N, en la que firmó el acuerdo, pese a la posición en contra de su partido, Arriagada dice: “Boric mostró algo que algunos se demoraron mucho tiempo en reconocer: que es un político de fuste y que es un político capaz de desafiar a sus partidarios si tiene una convicción profunda de lo que hay que hacer”.

Álvaro Fischer: “El tema constitucional debe ser despejado a la brevedad”

Álvaro Fischer

Para el expresidente del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación Álvaro Fischer, con el 15 de noviembre de 2019 “se consiguió encontrar una salida institucional a la crisis que se había generado, proponiendo la redacción de una nueva Constitución”. Acerca de si las prioridades de ese tiempo se han mantenido, señala que “eso ahora no tiene la misma urgencia o la misma fuerza, aparentemente por lo que dicen las encuestas. Pero eso es normal porque las opiniones de las personas y las urgencias y las prioridades van cambiando con el tiempo. Cuando les preguntan si quieren una nueva Constitución, también lo dicen mayoritariamente, no es que se haya abandonado la otra causa, sino que las prioridades son distintas, producto del momento que las personas están viviendo y sin la intensidad emocional que tenía la crisis violenta que se estaba viviendo en ese minuto”.

El ingeniero matemático también señala que “el tema constitucional debe ser despejado a la brevedad y de la mejor manera posible. Creo que el país tomó un camino, lo ha hecho con cierta seriedad, dado que cumplió el procedimiento a seguir y ahora hay que buscar una manera de cerrarlo. Se requiere que el país cierre este capítulo y seguir adelante el desarrollo normal de las cosas”. Sobre cómo se imagina un nuevo órgano, señala: “Un órgano electo, más pequeño, que corrija los problemas de representatividad que tuvo el anterior con los independientes y los escaños reservados, y que ojalá tenga un apoyo de expertos”.

Camila Miranda: “Las demandas siguen ahí, sin solución”

Camila Miranda

Para la presidenta de la Fundación Nodo XXI, Camila Miranda, las demandas que se levantaron en los días previos a la firma del acuerdo político del 15 de noviembre de 2019 siguen vigentes. “Las demandas siguen ahí, sin solución. La canalización por una vía institucional de estas, como la escritura de una Nueva Constitución, fue una apuesta. El resultado que bien conocemos no supone su extinción; al contrario, las reenfatizó”, señala.

Sostiene que el consenso alcanzado en esa fecha se produce luego de que se instalara “la necesidad de un nuevo marco constitucional, por razones de legitimidad y también como apertura a los cambios. El requerimiento de constitucionalidad que se hizo cotidiano durante cada tramitación de reformas que promovían transformaciones, por ejemplo el avance de la gratuidad o un Sernac con capacidad para accionar frente a abusos, habla de ello. Es decir, había un comprobado tapón a cualquier cambio y muchas de las demandas ya venían encontrando un muro en la inconstitucionalidad y en los quorum supramayoritarios, entre otros nudos”.

Como lecciones para las actuales tratativas por un nuevo proceso, menciona que se debe considerar “un mecanismo legítimo; de lo contrario, contribuirán a profundizar la desafección hacia la política”. También plantea que el diseño del mecanismo y del marco regulador del proceso “debe ser sopesado adecuadamente; un caso concreto es que el proceso recientemente vivido se abrió con voto voluntario y terminó con voto obligatorio. Finalmente, y casi una obviedad, las promesas deben cumplirse”.

Axel Kaiser: “La calidad de vida de los chilenos está en caída libre”

Axel Kaiser

“Yo pienso que el acuerdo constituyente no es una prioridad”, dice el académico y escritor Axel Kaiser al abordar los tres años desde el 15-N. “La gente lo está señalando cada vez más en las encuestas: se desengañaron de esa idea de que crear un nueva Constitución iba a resolver todos los problemas, la que siempre fue planteada por sectores de la izquierda y finalmente endosada también por la derecha y centroderecha. Eso era absurdo y la gente lo tiene claro”.

En ese sentido, frente al debate constitucional afirma que “se puede avanzar en reformas hechas en el Parlamento, pero seguir insistiendo en que hay que cambiar la Constitución completa y empezar un proceso de cero por parte de la clase política, es una forma de evadir la atención de los problemas que ella misma ha causado y que tiene a los chilenos con calidad de vida en caída libre”.

Asimismo, indica que “la izquierda en Chile nunca va a aceptar una nueva Constitución porque ellos están en un proyecto autoritario. Ellos quieren un sistema socialista, idealmente una dictadura incluso del lado del PC y para eso necesitan deshacerse de una Constitución que les pone límites. Incluso si ahora llegamos a aprobar una Constitución mucho más contenida de lo que se presentó originalmente y garantiza niveles de libertad, va a haber un sector de la izquierda que la va a querer cambiar y va a hacer todo lo posible en persuadir a la ciudadanía en 10, 15 o 20 años que el problema de Chile es la Constitución. Eso no va a terminar nunca en Chile hasta que la izquierda extrema tenga la Constitución que quiere tener”.


 

Cada cierto tiempo se producen las condiciones para gobiernos autoritarios. Izquierda o derecha, dependiendo de las previas tendencias.

No había llegado el momento de un gobierno autoritario.

Lo apuraron y violentaron las izquierdas sin en realidad tener las herramientas para consolidar el movimiento.

Pasar de ser el país más capitalista de occidente al más progre en 2 años es ridículo siquiera de pensar.

Pero eso es mirando hacia atrás.

Las condiciones actuales son para un gobierno autoritario, pero de derecha.

Todas las crisis de delincuencia, inmigración, inflación, falta de crecimiento económico, son tierra fértil para la derecha.

Cuando peleas por combatir la desigualdad, y resulta que terminas en una posición peor y con inflación, no hay excusa que valga. La única forma de sostener eso es con un sistema político que permita una dictadura, y la guardia pretoriana que resguarde a ese gobierno.

No tienen ninguna de las dos los octubristas en el gobierno.

Lo que van a hacer ahora es intentar destruir lo más posible las estructuras institucionales para que los siguientes gobiernos no puedan revertir el daño. Es lo que quisieron hacer con la NC, y lo van a seguir intentando.

Si no puedes hacerte del poder, al menos vas a destruir la posibilidad de que los que sigan lo puedan ejercer de manera eficiente.

Esa es lo forma de los revolucionarios.

En cuanto a las opiniones.

Fue un movimiento de un grupo de extrema izquierda que bloqueó todos los posibles esfuerzos para retomar el orden, incluso en los inicios con el IN y el metro, si lo provocó o no es discusión abierta, y con MASIVA influencia en medios progres y RRSS que generaron las condiciones para cancelar todas las opiniones que fueran en contra de la narrativa de la lucha por la igualdah y la dignidah como motivación de la violencia y por ende justificada.

No fue una crisis política o social. Fue una crisis de seguridad aprovechada y amplificada por la izquierda.

Por ende el 15N no tiene ningún significado particular. No detuvo la violencia, no detuvo el ataque político a las instituciones ni detuvo el proceso tendiente a cambiar el modelo democrático chileno. Obviamente tampoco mejoró en un ápice las supuestas demandas sociales.

Los dos hitos reales de los últimos 3 años son el 18O, y el 4S. Inicio y cierre del octubrismo, que fue el intento de la izquierda de tomar el control democrático del país vía bloqueo mediático y político de todos los esfuerzos para retomar el orden.

Fallaron. Porque no estaban las condiciones para esa revolución. Y nunca van a estar de nuevo. Al menos no en esta generación. Esas clases de revoluciones son del siglos XIX y principios del XX, no ahora que existe de verdad la clase media y la gente tiene MUCHO que perder con esas revoluciones de izquierda.

1 comentario:

  1. tenemos mucho que perder... yo creo que eso fue clave para que no le compraran masivamente su NC; 4S fue y sera épico :)

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