Los influyentes y polémicos hermanos Kaiser

@ElMercurio 

—¿A ti te han roto el corazón?

—¡Uy, imagínate, para que haya escrito el libro...!

¿Quién de los hermanos Kaiser podría haber respondido así? Tres de los seis son chilenos influyentes: Johannes (47), diputado republicano; Vanessa (45), exconcejala de Las Condes, doctora en Filosofía y Ciencias Políticas, y Axel (41), exponente del liberalismo clásico.

Le siguen Leif, que saltó a la luz pública en 2021 cuando creó la Asociación Chilena del Rifle, que preside, y luego dos hermanos que valoran su bajo perfil: Max, socio fundador de Kaiser Abogados, y Etzel, el menor, de 36 años, que vive en Suiza, posicionando empresas.

Lo que tienen en común los conocidos de la familia es que son antitotalitaristas y que se convirtieron en influencers a través de las redes sociales. Dos de ellos, además, son columnistas y han publicado textos: Axel está a punto de lanzar su noveno libro que, por primera vez, será una novela sobre hechos fantásticos. Y Vanessa —que en 2011 publicó “En vez de una sola mirada”, prologado por el economista expresidente del Banco Central Vittorio Corbo— se apronta a relanzar en los próximos días... “Que no te rompan el corazón”.

Hijos del rigor

Hijos del abogado Hans Christian Kaiser Wagner y de Rosemarie Barents-von Hohenhagen, de chicos aprendieron a lamerse las heridas y seguir adelante en el campo, donde crecieron. Vienen de inmigrantes que huyeron de Alemania. Según recuerda Axel de las historias que escuchó en familia, su abuelo paterno, Federico Kaiser, fue un socialdemócrata “que se escapó en el año 36 porque consideraba que los nazis estaban locos, que iban a destrozar el país. Se vino a Chile y se instaló en Villarrica”.

El padre, abogado que se dedica a la agricultura, participó en la Juventud del Partido Nacional. “Luego fue por la UDI candidato a diputado por el distrito 52, Villarrica”, dice el hermano diputado. “Mi papá tiene una vida muy sana. Siempre dice: ‘la vida no es fácil y nadie dijo que iba a ser fácil'”, cuenta Vanessa.

La madre, Rosemarie, de fuerte carácter, llevada de sus ideas y que no le importaba el qué dirán, “creo que andaba reclamando por la contaminación antes de que fuese tema. Era ecologista, macrobiótica y vegetariana”, dice Johannes. Ahora lleva una vida tranquila, con sus enfermedades crónicas.

Los padres se separaron cuando los Kaiser eran niños unos y adolescentes los otros; se quedaron, todos, con el papá y con los abuelos.

De luz y sombra, recuerda Axel su niñez. “No fue fácil, pero finalmente hay gente que la ha tenido mucho peor y nosotros logramos salir adelante”. Vanessa concuerda: “Tuvimos una infancia en que había un contexto complejo, de hijos del rigor, y eso fue activando en nosotros una gran capacidad de resiliencia”.

Aunque todos son antitotalitaristas, difieren en sus miradas más profundas, en particular sobre el ser espiritual. Son hermanos unidos, aunque a larga distancia.

Johannes, el diputado frontal

El hijo mayor, hoy diputado, comenzó a interesarse en la política a los 7 años. Estudió en el Colegio Alemán, como todos sus hermanos. A diferencia de ellos, Johannes terminó sus dos últimos años en la Escuela Militar. Pasó largo tiempo en que viajó y desempeñó distintos trabajos —lavar platos, barman, guía de rafting, dirigir un restaurant en Austria, donde formó un sindicato... “he hecho de todo”—, hasta que en 2021 fue electo diputado por el distrito 10. “Fue una sorpresa bastante grande. Tenía pasajes comprados para volver a Austria”.

Se había hecho conocido por su programa Youtube, “El Nacional-Libertario”. Desde noviembre de 2016 comenzó a transmitir un espacio político y en 2019 se convirtió en militante republicano. Todo lo cual lo hacía desde Austria, donde vivió por más de un decenio, con esporádicos viajes a Chile, como eterno estudiante universitario que nunca se tituló. “A mí me encanta estudiar. De hecho, estuve inscrito en la universidad —en Chile y en Austria— casi 20 años, asistiendo a ramos y dando pruebas. Lo que pasa es que no me interesaban mayormente los títulos, porque no quería trabajar en una oficina ni dedicarme cien por ciento a ninguno de los estudios. Me interesa todo lo que tenga que ver con política”, dice.

Días después de ser electo se viralizaron en Youtube declaraciones que había hecho en su canal en 2016, calificadas como xenófobas contra los inmigrantes y descalificatorias contra las mujeres, cuestionando su derecho a voto. Después difundió en su cuenta personal: “me preguntan por qué no tengo pareja y la respuesta es obvia, ya casi no existen mujeres que quieran quedarse en la casa para servir y dar placer al marido...”. Recibió amplio repudio. Respondió que fue un sarcasmo. Aumentó cuando se mofó de Emilia Schneider, la primera congresista trans. José Antonio Kast anunció que lo pasarían al tribunal supremo del partido y él renunció. Tiempo después se reincorporó.

Hoy, casado con una abogada y esperando ilusionado una hija que nace en estos días, está feliz con su vida conyugal y comenta: “Todos los seres humanos tenemos de dulce y de agraz”. Afirma que no tiene una visión negativa de las mujeres, pero “sí tengo una opinión muy negativa respecto al feminismo (octubrista) que degradó lo que es ser mujer. Lo encuentro profundamente injusto. Hay que reconocer, sí, que en Chile hasta cierto punto hay un problema serio de falta de criterio masculino”.

Dice que sus principios fundamentales son “libertad, patria, respeto al voto, a aquel que me ha mandado al Congreso. Les ofrecí a mis votantes fiscalización y dar la pelea por las ideas de la libertad, y tengo toda la intención de entregar aquello”.

Consultado si ve un símil en su postura con la otrora Patria y Libertad de la UP, precisa que “Patria y Libertad era un movimiento nacionalista que partía de la premisa del control estatal de la economía”, cuestión que por principio él rechaza. Y ¿se siente de ultraderecha? Responde: “Tratar de ser muy consecuente en la defensa de principios republicanos, ¿es ser de ultraderecha en Chile?”.

Axel, el intelectual

Axel Kaiser entra y sale de Chile. Se mantiene soltero. Casi vive en los aviones, invitado a dar conferencias en distintos países, y escribiendo. En estos días estuvo con el Presidente electo de Paraguay, Santiago Peña.

Hace poco asistió a una fiesta en el Hotel Marriot, en Santiago. “Creo que en ese lugar por lo menos unas 200 personas me pidieron una selfi. Normalmente no voy a estas fiestas en lugares públicos, y quedé impresionado. Siento muchísimo reconocimiento”, dice.

En 2019 le hicieron una funa en Suiza, durante una charla. Entraron unos encapuchados con banderas y cánticos, gritándole “¡que se vaya!”. Kaiser escribió en Twitter: “No le tengo miedo a estos cobardes, no retrocedí y no lo voy a hacer”. Ahora comenta: “Pienso que fue porque defendí la decisión de Piñera de sacar a los militares” durante el estallido.

Presidente del directorio de la Fundación para el Progreso, abogado UDP y doctor en Filosofía de la Universidad de Heidelberg, exprofesor visitante en la Universidad Stanford, indica: “Estoy en la tradición clásica de liberal; no soy liberal igualitario”.

Sobre el Estado social de derecho propuesto por la Comisión Experta que elabora una nueva Constitución, define: “El liberalismo clásico no puede apoyar un Estado social de derecho. Atenta contra la dignidad del individuo en cuanto lo va convirtiendo en dependiente del Estado. También afecta el derecho de propiedad. Esa es una institución más bien de izquierda, progresista, que no tiene ninguna posibilidad de no terminar mal, con un Estado sobreendeudado. Creo que, además, si se interpreta como se hace en América Latina, que es la tradición bolivariana, no nos olvidemos que es el mismo concepto que usa Venezuela; entonces no solo es agresivo con la libertad, sino que definitivamente la destruye”.

Nunca había votado por un republicano, hasta la segunda vuelta presidencial. “Tengo más diferencias en asuntos valóricos con los republicanos; no soy muy conservador, la verdad”. Se siente “un creyente un poco oportunista, porque en momentos difíciles me surge esa inclinación por aferrarme a algo más trascendente. Pero, en términos generales, diría que soy agnóstico. Sí creo mucho en el legado del cristianismo, por ideas fundamentales en la civilización occidental que se derivan de ahí”.

Dice que no le interesa tener un puesto político —“no hubiera podido escribir ‘El Economista Callejero', que hasta se vendió pirata en las calles”—, sino influir desde las ideas en cambiar la mente de la gente. “Y si algún día estuviera dispuesto a algún cargo, creo que el único que asumiría o que me abriría a considerar, sería el de Presidente”.

La “mordida política” de Vanessa

Vanessa renunció en marzo del año pasado como concejala de Las Condes, porque se fue a vivir a Alemania. Regresó poco después; necesitaba su tierra.

La doctora en Ciencia Política y en Filosofía (PUC), magíster en Ciencia Política (U. de Chile) y periodista se pasea por las vidas e ideas de Hanna Arendt y Nietzsche como si fueran la suya.

En la Universidad Autónoma es titular de la cátedra Hanna Arendt, la alemana-judía considerada una de las teóricas políticas y filósofas más influyentes del siglo XX. “En Arendt no existe como un determinismo histórico, es decir, el que estemos condenados hoy día como país a repetir la historia del 73, por ejemplo. O a tener una guerra civil, a terminar de consolidar institucionalmente la revolución de octubre. Todo depende de la libertad de los ciudadanos y de su preocupación y amor por el mundo. Por eso yo trabajo, para contribuir a la reflexión y que cada uno se forje su opinión”, dice.

Directora del Centro de Estudios Libertarios de Chile, no tiene militancia. “Soy demasiado ecléctica”. Cuenta que aprecia aportes de los “Amarillos” en política, y que en algún momento trabajó en el Museo de la Memoria.

Del libro “Que no te rompan el corazón”, que relanzará en los próximos días, cuenta: “Lo escribí antes del estallido neofeminista, porque vi que había una herida muy grande y que las mujeres no estaban entendiendo qué parte de esa herida podemos transformarla en sabiduría; podemos evitarla también en las tragedias que vivimos cuando nos enamoramos. Y que todas las heridas, la extrema izquierda lo exacerba y lo utiliza políticamente”.

Su texto “tiene una mordida política, que es reactivar en las facultades espirituales la resiliencia y la reflexión”. Le preguntamos si a ella —divorciada y con tres hijos— le han roto el corazón, y responde: “¡Uy, imagínate, para que haya escrito el libro! Por eso necesitaba ese trabajo sobre las heridas, sobre mí misma, y contribuir desde ahí”.

Desde una perspectiva distinta del neofeminismo, advierte: “Tenemos que empezar a tomar conciencia de en qué nos equivocamos nosotras también”.

Cómo los ven otros

El historiador Joaquín Fermandois conoce a Axel y a Vanessa: “Con matices distintos, tienen algo en común. Han defendido ideas acerca del sentido de lo político vital, la cultura, etc., pero no a ras de suelo, sino a alto nivel”.

A Axel lo ve “muy seguro en sí mismo”. A veces, “demasiado combativo. En su partida, quizás muy teórico”. Ahora “se ha ido poniendo más abierto a los matices”. A Vanessa la aprecia “algo más espiritual”, buscando algo “más profundo, diría yo”.

Valora que sea “gente que nació por sí misma, que ha contribuido al sentimiento liberal”, en circunstancias que “el sector con que ellos se identifican ha sido muy pobre en ideas”.

La diputada Camila Flores (RN), que trabaja con el diputado Kaiser en la comisión Defensa, dice que “ha sido un tremendo aporte para la comisión. Muy serio, con una opinión mesurada, muy templada. Tengo la mejor impresión del diputado. Y no solamente de él; conozco un poco a Vanessa. Y para qué decir de Axel; tengo casi todos sus libros y me parece brillante”.

Sobre las polémicas que han rodeado al parlamentario, piensa que “la izquierda trató de caricaturizarlo ante la opinión pública. Él dice las cosas por su nombre, de frente, y a la izquierda antidemocrática eso no le gusta”.

También conoce a los Kaiser el delegado presidencial de La Araucanía, José Francisco Montalva, cuya familia es de Villarrica. “Creo que toda persona que respete la democracia, los derechos humanos y plantee con dedicación ideas, que haga que personas puedan sentirse representadas, es un aporte, independiente de que sean ideas que no comparta o discuta”.

Que mala leche los del Mercurio con la foto a Johaness...Tiene que hacerse una endodoncia urgente si es una foto actual though...

Yep. No hay nada práctico en los planteamiento de los Kaiser. Todos. Que no es un problema en realidad cuando se discuten conceptos generales o filosóficos sobre el poder. En ese sentido tiene razón Fernandois. Se han trenzado en disputas a alto nivel. 

Y eso es bueno. Era un espacio que siempre estaba ocupado por los hippies marxistas progres con sus teorías sesenteras y sus ínfulas de superioridad moral e intelectual y fue excelente que salieran al paso otros con las mismas ínfulas...fuego se combate con fuego...

Son un poco pajeros...los hombres. A Vanessa no la ubico tanto. He visto un par de videos pero más bien en el rol de entrevistadora.

En general, son interesantes las opiniones que tienen, pero cuando has estado toda la vida en la academia y no has hecho o logrado nada relevante en ningún otro ámbito, se nota. La política es el juego del poder, y si nunca lo has ejercido, público o privado, sobre un grupo humano, aún pequeño, no tienes ninguna experiencia real sobre la cual dar lecciones prácticas.

Quienes son interesante de escuchar en política son aquellos que han movido, o canalizado, a las masas y las han influenciado o inducido para lograr objetivos. En cualquier ámbito. Por eso es tan interesante el marketing para estos efectos.

En fin. Son un aporte real a la discusión teórica sin duda. Pero más bien como ideologos, no como ejecutores o gestores. 

Académicos, a fin de cuentas.