Javier Milei fuerte en economía, Sergio Massa polarizando con el economista libertario y esquivando balas por su gestión como ministro, y Patricia Bullrich fuerte en seguridad, pero débil en economía. Así resumió la prensa argentina el primer debate presidencial realizado la noche del domingo en el Forum de Santiago del Estero, que reunió a los cinco candidatos que buscan llegar a la Casa Rosada en diciembre de este año.
El formato del debate, con solo cinco oportunidades para responder en toda la primera mitad, aportó a una presentación medida y cuidada de los candidatos de La Libertad Avanza, Unión por la Patria y Juntos por el Cambio, de Milei, Massa y Bullrich, respectivamente.
Si bien hubo “chicanas”, la palabra utilizada por los argentinos para los cruces de palabras, analistas locales coinciden mayoritariamente que es difícil declarar a un ganador. Los aspirantes presidenciales salieron a cuidar su capital político y convencer a su sector que no votó en las primarias de agosto de que lo hagan este domingo 22 de octubre, fecha de la primera vuelta transandina.
La despedida de Milei y Massa, la que, según medios locales, fue fría. El libertario incluso habría corrido rápidamente la mirada, según reportó Clarín. Foto: AP
“Seguramente, ninguno sumó un voto más, y tampoco lo perdió. Cada uno cumplió el papel que más o menos viene desempeñando en esta tediosa campaña electoral”, escribió Joaquín Morales Solá, periodista y analista político de La Nación.
Su par Carlos Pagni planteó una idea similar en el mismo periódico: “Hay buenas razones para que los que no fueron a votar el 13 de agosto lo hagan el próximo 22. Pero es difícil que el espectáculo de anoche (domingo) esté entre ellas”.
Además de los tres contendores fuertes, la instancia contó con la presencia de Juan Schiaretti, peronista no kirchnerista y gobernador de Córdoba, y Myriam Bregman, la representante del Frente de Izquierda y los Trabajadores.
Cuidando los votos
El primer bloque, destinado a que los candidatos plantearan su propuesta en distintos temas preestablecidos -con la oportunidad de una breve réplica de 45 segundos por aspirante- se inició con economía.
Milei, quien se sabe líder de la carrera según prácticamente todas las encuestas de opinión, llegó al Forum de Santiago del Estero con una misión, reportaron numerosos medios en los días previos: bajar las revoluciones de su siempre explosivo temperamento y polarizar con Massa, a quien ve como su virtual rival en una eventual segunda vuelta el 19 de noviembre. Y, en parte, lo logró en la primera mitad.
Economista de profesión, el candidato de La Libertad Avanza apareció con lentes ópticos y se le vio acompañado de papeles con apuntes, logrando “escapar al formato televisivo y transmitir una calma poco habitual para buscar votantes afuera de su pecera”, planteó en La Nación el periodista José del Río. O al menos así lo fue durante la sección de temas.
El candidato presidencial argentino Javier Milei, del partido La Libertad Avanza, durante el debate. Foto: Reuters
También le habló a su público cuando se refirió a “la casta empobrecedora”, el “Estado nefasto” y la “maldita casta política”, en una tónica que se repitió en todos los candidatos, planteó Clarín. “Cada uno le habló a su nicho”, planteó un artículo del diario argentino.
En la sección de preguntas cruzadas, en más de una ocasión perdió los estribos –para luego recobrarlos–, especialmente con una pregunta que le hizo Massa sobre sus antiguos dichos acerca del Papa Francisco. Milei incluso inició el debate llamando “señora” y “señor” a Bullrich y Massa, para luego referirse a ellos por sus apellidos. Ni siquiera hizo referencia a su polémica propuesta de dolarización.
Según Clarín, la estrategia del diputado apuntaba a mostrarse calmo y polarizar con el ministro de Economía del Presidente Alberto Fernández –el gran ausente del debate en términos de citas: nunca se habló de él, pese a ser el mandatario en funciones–. “Lo logró durante el comienzo, pero sobre el final se fue agitando”, aseguró al respecto uno de los periodistas del medio transandino.
Quien tenía todo para perder y, a juicio de analistas, salió indemne de esa pasada, fue precisamente Sergio Massa. Con índices inflacionarios de tres dígitos en un año, un plan económico que parece haber pasado a segundo plano tras ofrecer ayudas financieras contrarias a las recomendaciones del FMI y dos polémicas que le estallaron en la cara en la última semana, el ministro de Economía sorteó las críticas de sus rivales o simplemente no las contestó.
Pese a que durante las últimas semanas estalló el caso “Chocolate”, sobre un puntero del Partido Justicialista que extrajo más de un millón de pesos argentinos con 48 tarjetas de débito de personas contratadas por la Cámara de Diputados bonaerense, y en Buenos Aires el gobernador kirchnerista Axel Kicillof debió sacar –a pedido de Massa, asegura su círculo– a su jefe de gabinete, Martín Insaurralde, luego de que se difundieran imágenes de un viaje a Marbella en un exclusivo yate junto a una modelo, las polémicas no fueron mayormente aprovechadas por los rivales de Massa.
“Tenía todas las de perder: la economía, la corrupción y el flamante escándalo del ‘yategate’ lo convertían en blanco fácil. Pero sus rivales, con la excepción de Myriam Bregman, desaprovecharon oportunidades de oro para atacarlo por el caso que irrumpió apenas 24 horas antes del debate”, escribió en La Nación la periodista Gail Scriven.
La candidata presidencial Patricia Bullrich habla junto al abanderado oficialista Sergio Massa. Foto: Reuters
“Hay partidos que se ganan con un empate. Sergio Massa tenía todo para perder. Al trauma de despegarse de sí mismo para hablar de la economía, se le sumó sobre la hora el escándalo Insaurralde. Se acomodó en el centro, como si no fuera el candidato kirchnerista, y buscó polarizar con Javier Milei. El bajo vuelo del debate le jugó a favor”, agregó en la misma línea Martín Rodríguez Yebra, también en el citado periódico.
El ministro-candidato, que también se ve compitiendo con Milei en la segunda vuelta, apeló a un discurso conciliador, donde no nombró ni a Alberto Fernández ni a Cristina Kirchner, en un intento por alejarse de sus figuras. Pero también disparó contra el libertario, a quien acusó de plantear un modelo “privatizador” en educación y salud, además de que su propuesta de dolarización solo está presente en tres países del mundo: “Zimbawe, Ecuador y el Salvador, eso es lo que te propone Milei”, le reprochó, según consignó Clarín.
En un intento por expandir su electorado, Massa incluso habló de “un gobierno de unidad nacional”, en línea con sus dichos durante los últimos días durante un acto con los radicales Gerardo Morales y Gustavo Valdés, recordó Clarín. También admitió los errores del gobierno y pidió disculpas.
Patricia Bullrich, en tanto, inició de forma dubitativa su presentación sobre economía, y sus contendores lo aprovecharon. Mientras exponía, en más de una ocasión se le entrecortó el discurso, y tanto Milei como Massa –que copiaron la estrategia y gastaron todos sus cartuchos en la primera parte, utilizando sus 5 derechos a réplica en esta sección– le dijeron que no entendían su propuesta.
Sin embargo, la representante de Juntos por el Cambio retomó el hilo en su área de confort: la seguridad. Su pasado como ministra de Seguridad en el gobierno de Mauricio Macri probablemente le sirvió como respaldo cuando se veía disminuida frente a un debate que a ratos se veía de a dos, entre Massa y Milei.
De hecho, posterior al encuentro, un candidato libertario que estaba sentado en la platea celebró que el debate fue “un éxito. Patricia perdió todo tipo de centralidad, esto es kirchnerismo versus La Libertad Avanza”, recogió La Nación.
“Patricia Bullrich estuvo algo incómoda en casi todos los temas, como si hubiera temido equivocarse en un momento crucial para su carrera política; se la notó especialmente insegura con los temas económicos. Y estuvo mucho más sólida en cuestiones de seguridad o de derechos humanos”, aseguró en el mismo medio Joaquín Morales Solá.
Coincidió Gail Scriven, quien señaló que “Patricia Bullrich arrancó con firmeza, tuvo algunos dardos certeros y luchó contra el objetivo compartido de Massa y Milei de invisibilizarla e instalar una segunda vuelta entre ellos dos. Pero se mostró tensa y dubitativa, con miedo a algún error fatal, y menos solvente cuando la cruzaron por la economía”.
En cuanto a Bergman, “se encontró cómoda con el campo liberado para su discurso anti Fondo Monetario y anticapitalismo. Por momentos aparecía mimetizada con las bases del kirchnerismo y dando respuestas que, en otra época, serían música para los votantes de Cristina Fernández de Kirchner”, escribió en La Nación José del Rio.
El candidato presidencial argentino Juan Schiaretti. Foto: Reuters
Y Schiaretti, cree Pagni, fue “el candidato más completo en el debate”, pero sus “posibilidades de llegar a la presidencia son quiméricas”, agregó. A modo de conclusión, el periodista y columnista cerró planteando que “el debate, en conjunto, fue muy pobre”, puesto que “cuestiones cruciales de la esfera pública fueron ignoradas”.
Cruces durante y posdebate
No faltaron las “chicanas”, y la candidata de la izquierda, Myriam Bregman, se destacó principalmente en ese aspecto. “No es casta, pero hace alianzas con (Luis) Barrionuevo; no es casta, pero le arma las listas Massa; no es casta, pero ya se mudó a un barrio privado”, le dijo al libertario, para luego continuar: “No es un león (como se dice a sí mismo el candidato y sus seguidores) sino un ‘gatito mimoso’ del poder económico”, cerró.
Repitió la crítica cuando el economista planteó que el comunismo había asesinado a “150 millones de seres humanos” en la historia de la humanidad. “Mirá, yo no sé si eso te lo dictó (Mauricio) Macri del Rincón del Vago, pero es falso. Es una fake news de características enormes que se repite en redes, pero no porque se repita pasa a ser verdad”, replicó.
Tampoco se quedó callado el libertario. Al inicio de la instancia, aseveró que si le dan 15 años en el poder, transformaría a Argentina en Francia o Italia. “Si me dan 20, Alemania, y con 35, Estados Unidos”.
La candidata presidencial de la izquierda argentina Myriam Bregman, en el debate del domingo. Foto: Reuters
Ya en el cierre, disparó contra Bullrich y Massa. “A lo largo de este debate escuchamos la posición de candidatos que parecen marcianos y que no tuvieron nada que ver en la debacle que llevamos sufriendo 40 años”, dijo Milei.
Pero quizás la mayor de las polémicas surgió cuando se refirió a los desaparecidos en la dictadura militar transandina. Fue en el bloque de Derechos Humanos y Convivencia Democrática, votado por la gente para que fuese incluido, en que el diputado aseguró que su bloque político valora “la visión de memoria, verdad y justicia”, pero hizo un llamado para empezar “por la verdad”. “Estamos en contra de una visión tuerta de la historia”, agregó.
Hacía referencia a la cifra de los 30.000 desaparecidos. “Son 8.753″, clamó Milei, ante la clara exasperación de Myriam Bregman, del Frente de Izquierda y los Trabajadores.
En la única intervención sobre el tema del actual Presidente, Alberto Fernández, el mandatario escribió en X, antiguo Twitter, que “resulta insostenible que alguien siga negando y justificando la dictadura genocida que torturó, asesinó, robó bebés a los que cambió su identidad, generó desapariciones y condenó al exilio a decenas de miles de argentinas y argentinos”, sin citar a Milei, pero en clara referencia a sus palabras.
Para el próximo domingo 8 de octubre está contemplado el desarrollo de un segundo debate presidencial, esta vez en las dependencias de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
Me dio la impresión de que había más interés en el River-Boca que en el debate.
También me dio la impresión que los jóvenes estaban más entusiasmados con Milei que la gente de mayor edad.
Solo una percepción rápida.
Es difícil la situación en Argentina en términos de votos.
Los políticos argentinos de izquierda, o peronistas, o justicialistas, o kirchneristas o whatever de ese lado, se encargaron de construir una base de votación enorme de gente a la que hicieron completamente dependiente del estado.
Un enorme porcentaje de la población es completamente improductiva y solo representa una carga para la economía sin ninguna prestación o agregación de valor de ninguna clase.
No tienes como resolver esa situación. Llegó el estado a un tamaño en el cual se hace completamente insostenible de mantener.
Tienen que desplomarse para poder partir limpios. Pero será duro. Al menos da la impresión que no habrá una tiranía militar que imponga nada.
No me gustaría ser político en Argentina. La gente va a pasar cuentas. Creo que esta crisis Seldon es mucho peor que la anterior hiperinflación que tuvieron. Da la impresión que han destruido mucho de la capacidad productiva que tenían, y peor aún, cuando anteriormente se han recuperado fue en periodos mundiales de búsqueda completa de yields y posibilidades de inversión porque el mundo estaba nadando en liquidez. No es el caso ahora. Es justo lo opuesto.
En el caso de la elección, estará ese grupo dependiente completamente del estado que no quiere perder ese poco o nada que recibe pero que le alcanza para sobrevivir, versus los que están siendo masacrados por la economía y la inflación y ven como el resto del continente del que se consideraban los líderes ahora se burla de ellos o les pontifican.
Y en el debate, la verdad es que era todos contra Milei. Me recordó mucho los debates presidenciales acá, con todos los pendejos de los “periodistas” tratando entre algodones a Boric y dándole como bombo en fiesta a Kast en segunda vuelta y a todo el resto en primera. Al menos allá no fue tan evidente y el enfrentamiento era entre los candidatos.
Veremos.
No creo que cambien demasiado la percepción e intención de voto estos debates, salvo un chascarro mayúsculo entre fuerzas parejas.
Son del siglo XX de la TV estos debates. Estamos en el siglo XXI. En X sabes con horas y hasta días de anticipación las noticias que publican los medios “legacy”.
Es lo que aprovecharon los narcisos en su campaña para pintar a Kast del thanos nazi que nos iba a quitar todos los derechos civile e iba a eliminar a la mitad de la población progre ñuñoína.
En perspectiva, fue lo mejor que nos podría haber pasado dadas las circunstancias.
Lo mismo creo que pasa en Argentina. Me parece que tienen que pasarle el cacho a la izquierda y que se coma la crisis para después poder reconstruir desde bases ideológicas más liberales.
Ganó milei por paliza. Hasta yo lo ví en directo
ResponderEliminar@nonimo/Demócrito:
ResponderEliminarTambién lo vi en directo
me llama profundamente la atención cómo y porque Patricia Bullrich representa a la derecha (supuestamente) legado o corriente de Macri cuando se ha reconocido Ex- Peronista- Montonera que participó en actividades combativas como "soldado", como mínimo molotov
interesante un video de actual circulación de los 90 en que reconocía que su doctrina era la de "..imposición " o sea, ellos "...si tenían la verdad " y reconoció que fueron "...fundamentalistas " de esa colectividad...
Como estará de izquierdarizado Argentina que la candidata de derecha es una zurda ex guerrillera. Creo que los únicos candidatos aceptables para estar postulando a la presidencia es Milei y Schiaretti.
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