09 octubre, 2023

“Si jugársela implica un costo en la presidencial, estoy dispuesto a aceptarlo”

@ElMercurio

Justo en la semana que el Consejo Constitucional terminó de redactar el texto —y ahora será revisado por la comisión de expertos—, José Antonio Kast ha tenido que dividir su tiempo entre Perú y lo que está pasando en Chile.

De martes a viernes, el excandidato presidencial visitó Lima en calidad de presidente de la organización “Political network for values”, donde aprovechó de reunirse con parlamentarios, líderes políticos de los principales partidos de derecha como Renovación Popular, Fuerza Popular y Avanza País. También fue nombrado ciudadano ilustre de Lima por el alcalde de la capital, Rafael López, presidente del partido Renovación Popular.

“Estamos cultivando las relaciones internacionales, que a veces a nuestro gobierno le salen difíciles”, dice el presidenciable del Partido Republicano al otro lado de la pantalla sentado en el comedor del hotel vestido con una camisa blanca y un clásico chaleco azul marino.

Sobre la contingencia, le vuelve a cerrar la puerta a la reforma previsional. De cara a las elecciones presidenciales, sostienen que, más que primarias, apunta a la unidad del sector en la segunda vuelta y, en materia internacional, apuesta por el triunfo de Milei en Argentina.

Pero el grueso de la conversación está enfocado en el proceso constitucional.

Yo me la voy a jugar por el ‘A favor'”, dice en tono seguro, mientras sale a la terraza del hotel para evadir el sonido ambiente que apareció con la llegada de un grupo de personas.

Las pistas iniciales las había transmitido este lunes, cuando antes de partir de viaje participó en un seminario del Banco Security denominado “¿Cómo salimos de esta?”. En él expuso junto a la expresidenta del Partido Popular de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el director del Laboratorio de Economía Mundial del MIT, Ricardo Caballero.

Kast respondió la pregunta del seminario asegurando que se necesitaba mayor crecimiento, recuperar la institucionalidad, apuntar al tema de la seguridad.

Y sobre el proceso constitucional, se limitó a decir: “Lo vamos a dar vuelta”.

—¿Qué quiso decir con eso?

—Hoy día es evidente que los ciudadanos no están aprobando este segundo proyecto. Este es un proceso que nace con un rechazo por parte de la ciudadanía, en que ni el texto de los expertos, ni el trabajo que se ha realizado hasta ahora, ha podido revertir esa situación. Pero estamos convencidos de que en las etapas que quedan, y con difusión, la gente se va a informar y va a aprobar.

—¿Usted está llamando a votar a favor?

—Con confianza y tranquilidad, quiero llamar a la ciudadanía a que primero se informe. Estoy seguro de que después de eso van a inclinarse por el apruebo, que es algo en que yo me la voy a jugar.

“Así como están las cosas, respetando las etapas que quedan y, teniendo en consideración que los expertos van a respetar lo que han hecho los consejeros, voy a votar ‘A favor'”.

—Entonces, es un “A favor” con letra chica, porque falta la etapa de los expertos. ¿Usted cree que el texto no se va a modificar?

—Hay que respetar las etapas que quedan. Estoy convencido de que los consejeros y los expertos reconocen que el trabajo ha sido bien realizado. Más del 50% de las votaciones han sido aprobadas de manera unánime, entonces sería extraño que esto tenga modificaciones tan radicales.

—Pero si los expertos dejaran la norma del que está por nacer tal cual está en la Constitución vigente, ¿igual está a favor?

—Creo que los comisionados expertos van a ser respetuosos de lo que legisló la mayoría de los consejeros electos. La norma para resguardar la vida de quien está por nacer está bien hecha. No creo que haya mayores cambios.

—Algunos dicen que quiere constitucionalizar la imposibilidad del aborto libre...

—Nunca hemos señalado eso, y eso lo dijo desde el primer día el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella.

—La izquierda está confiada en que puede haber cambios en la comisión de expertos. El presidente del PPD decía que son ellos los que pueden girar el timón del Titanic.

—La centroizquierda toca al compás de lo que tratan de instalar los integrantes del Partido Comunista y el Frente Amplio. Pero esto va más allá de los políticos, va a ser una resolución ciudadana.

—En las negociaciones también se han puesto sobre la mesa la libertad de elección en salud y educación, la propiedad de los fondos previsionales y el tema migratorio. ¿Son líneas rojas para usted?

—No me corresponde hablar de líneas rojas, las decisiones las tiene que tomar el Consejo elegido por la ciudadanía a partir de las eventuales observaciones que haga la comisión de expertos designada por el Congreso. Ojalá consideren, eso sí, la opinión de la ciudadanía que quiere más libertad, más propiedad y más protección de sus fronteras.

—¿Pero ustedes están dispuestos a ceder en algo en estas materias?

—Soy respetuoso del rol que tienen los expertos designados por el Congreso, y espero que ellos también sean respetuosos de la representación que tiene el Consejo elegido por la ciudadanía. La propuesta de Constitución elaborada por el Consejo es un buen proyecto para Chile, mejor que la Constitución vigente, y representa una oportunidad inmejorable para volver a reencauzarnos hacia el desarrollo.

Y, ¿qué pasa si se modera el texto?

—Eso es un falso dilema, ¿qué significa moderar? Veo que lo que se aprobó en el pleno es muy razonable.

—¿No cree entonces que debe haber un acuerdo político transversal?

—Es difícil que alguien crea que un acuerdo político transversal va a modificar la tendencia de las encuestas. Lo que va a modificar la tendencia de las encuestas es el análisis responsable y serio de la ciudadanía del texto elaborado.

“Aquí no hay soluciones mágicas, y el que crea que si los políticos levantan las manos y se abrazan esto se va a aprobar, están muy equivocados”.

—¿Para qué sirve el trabajo político entonces? Incluso el presidente de su partido está involucrado en las conversaciones.

—Estoy de acuerdo en que las partes políticas tienen que conversar y, en ese sentido, los que tengan liderazgo tienen que llevarlo al terreno, para que, si existe ese capital político del que algunos hablan, se invierta en algo positivo. Estoy convencido de que los que tienen liderazgo y aman a Chile se la van a jugar, no por un acuerdo político, sino por recorrer Chile y llevar el mensaje a la ciudadanía.

—¿Pero ustedes están disponibles para ceder en algunas materias y así subir al carro a la izquierda, por ejemplo?

—La izquierda ya hizo un planteamiento y fue rechazado ampliamente el 4 de septiembre. Si alguien cree que la izquierda, a través de un pacto político, va a votar a favor de este proyecto modernizador, que da estabilidad política, que da seguridad y certeza jurídica, está muy equivocado. Es imposible que el PC y el FA voten a favor de este texto.

“Si uno tuviera el capital político, hay que invertirlo”

—¿Evelyn Matthei tiene que poner su capital político?

—Todos. Evelyn Matthei tiene un liderazgo importante, ella es una alcaldesa que ha hecho bien su trabajo, pero aquí hay senadores, diputados, alcaldes, concejales, cores, gobernadores, que tendrán que marcar posición. Aquí, lo que no puede haber es que alguien diga: ‘Voy a esperar para manifestarme' y que después se le pase el tiempo, supere el 17 de diciembre, y digan: ‘¡Ah, mire!, ¿ven?, yo pensaba que…'. Quien diga que tiene un capital político, tiene que invertirlo en algo positivo para la nación.

—¿Su capital político está completamente sobre la mesa? Le puede costar la presidencial...

—Primero, ¿qué es el capital político? Si uno tuviera el capital político, hay que invertirlo. Este no es para esconderse ni para ir a medias tintas. Hay que jugársela por lo que uno cree. Aquí tampoco se puede tener la calculadora sobre la mesa. Si jugársela por algo implica un costo en la elección presidencial, yo estoy dispuesto a aceptar los costos.

—Se dice que si el texto se rechaza, serían usted y el Partido Republicano quienes pagarían los costos más altos.

No creo que sea así. Pero me la jugaría igual. Cuando uno tiene convicción en la vida, se juega más allá del costo político.

—¿Se van a revertir las encuestas?

—Lo que aprecio en las giras es que hay un gran interés de tener información, de romper con los mitos que se instalan. Cada vez que uno va explicando las distintas normas, la gente dice: “Mire, qué interesante, ahora sí”.

—¿Se tiene que repetir el escenario del rechazo para ganar esta vez?

—Esto tiene que ser un proceso ciudadano. Es más ciudadano que político. Si nosotros logramos que la ciudadanía vea lo positivo del texto redactado, esto se va a aprobar. Yo no tengo un rol mediático, sino que tengo un rol más de recorrer, de explicar por qué es la hora de la ciudadanía.

—Pero usted también genera anticuerpos...

—¿En quiénes?

—En la segunda vuelta presidencial, por ejemplo, las mujeres lo castigaron mucho.

—A mí me encantaría que se vea todo lo que se hace por la mujer en este texto constitucional. Pero no soy el único referente que está por el “A favor”. Este es un espectro mucho más amplio de personas que se han ido sumando, y a pesar de pequeñas diferencias que podemos tener con algunos políticos, es un texto muy transversal. También hay que recordar que los liderazgos de aquella época hoy día están bastante desgastados. Hoy día algunos están bastante en silencio.

—¿A quiénes se refiere?

—Hay alcaldes que se la jugaron por una situación de polaridad como la alcaldesa de Santiago. Y así hay varios alcaldes, y para qué hablar de los gobernadores. Estaban todos jugados por el actual Presidente, y hoy día están en silencio, y yo creo que van a seguir así.

Boric: “Dilata, dilata y dilata”

—¿Y el Presidente Boric cómo cree que va a votar?

—Es altamente improbable que el Presidente Boric se juegue por este proyecto si él fue el jefe de campaña de un proyecto refundacional. Es un llamado a la realidad.

—¿Usted preferiría que el Presidente se la jugara por aprobar este proceso?

—No tengo preferencias por lo que haga o no haga. Pero él fue el jefe de campaña de un proyecto refundacional. Por lo tanto, no creo que el Presidente haya cambiado su posición en un año.

—¿Por qué no? Quizás quiere cerrar el proceso y gobernar...

Entonces, ya lo habría dicho. Pero dilata, y dilata, y dilata.

—¿Cree que el oficialismo va a llegar dividido el 17 de diciembre?

—Lo veo difícil después de la puesta en escena del miércoles, donde el vocero oficial fue Lautaro Carmona. Y todos estaban detrás de él asintiendo. La hegemonía del PC está haciendo mucho daño al Gobierno y la gobernanza.

—¿Y por qué la centroizquierda podría estar cómoda con este texto?

—Hay un bien superior que es Chile. Si alguien realmente está jugado por Chile, va a ver que aquí se sientan las bases del crecimiento, de la estabilidad del Estado de Derecho, de la posibilidad de lograr estabilidad política y de enfrentar la inseguridad ciudadana. De hecho, ha habido manifestaciones a favor que han sido ahogadas por el PC, como las de la presidenta del Partido Socialista, quien dijo que se arrepiente de no haber levantado la voz cuando la violencia extrema, validada por el Partido Comunista, estuvo a punto de destruir la nación. Veo que la convicción socialista y de la centroizquierda es correcta, pero en la hegemonía del PC no han podido zafar.

—¿Les está pidiendo que zafen?

—Espero que ejerzan liderazgo y que se den cuenta de que ser dirigidos por el Partido Comunista no es el bien para Chile. Lo que nosotros le decimos a la centroizquierda democrática es que evalúen si quieren ser comparsa o quieren ser líderes reales.

—Pero el PC aún no anuncia que está por ir “En contra”.

—¿Alguien cree que va a llamar a votar “A favor”? El Partido Comunista lo que hace es ganar tiempo. El PC tiene a varios de sus líderes hablando en contra como Daniel Jadue. Están jugando a una maniobra de dilación para que las personas sigan teniendo dudas. Nosotros ya no tenemos dudas.

—Tiene claro que, cuando comience la campaña, los del rechazo van a decir que esto es una Constitución de derecha, “la Kastitución”.

—Sí, pero es una caricatura que instala la izquierda. Esta es una Constitución de la mayoría.

Los duros: “Cuando la lean se les va a hacer muy difícil estar en contra”

—¿Los más difíciles de convencer están entre sus propias bases?

—Hay sectores del mundo republicano que están nerviosos, porque aún no ven el texto final y dudan de que sea realidad lo que están leyendo. Mi convicción y la del liderazgo político que tiene el partido es que a esas mismas personas que hoy tienen dudas, cuando lean cómo se enfrentan los distintos temas que son esenciales, les será muy difícil estar en contra.

—¿Descarta lo que propone el senador de su partido, Rojo Edwards, de hacer un plebiscito vinculante con sus militantes para evitar llegar al 17 de diciembre?

—El senador Edwards ha manifestado varias veces opiniones que yo no comparto. De hecho, por algo dejó la presidencia del partido, por algo levantó una lista al interior del partido que tuvo un resultado escuálido y claramente sus opiniones no coinciden con lo que plantea la comisión política, el consejo general, los presidentes regionales y diputados.

—¿Qué pasa si el texto aprueba por un pequeño margen? Algunos dicen que no se cierra el proceso.

—¿Quién lo dice? El Partido Comunista, la izquierda radical. Zafemos de la hegemonía del PC.

—¿Y qué pasa si se rechaza? Queda la Constitución vigente que a ustedes no les molesta.

Claro, pero con un quorum de modificación de 4/7. ¿Vamos a arriesgar a Chile a un quorum rebajado como ese? Eso también es algo que tienen que evaluar aquellos que manifiestan dudas, los que dicen que se pierde el capital político y que no están dispuestos a jugárselo en esto, o que esto es todo o nada.


La estrategia de cualquier campaña política desde el 4S es obvia.

Lo que propongo es anti octubrista.

Dado que la única fuerza de izquierda es octubrista, está botado.

La única real pelea eleccionaria es al interior de la oposición.

Cuando se forme una nueva centro izquierda alejada del octubrismo y el marxismo radical, va a ser de nuevo la batalla de izquierda versus derecha.

Ahora está en juego el octubrismo versus anti octubrismo.

Bastante obvio.

Si gana el rechazo, no pasa nada. No hay en realidad involucramiento emocional que haga que la balanza se incline para uno u otro lado salvo las preferencias personales casi del momento. Tampoco es una carga o una derrota para republicanos o Kast. Bastante ingenuo pensar eso en una elección sin alternativas contrapuestas reales en disputa.

Pero si gana el apruebo…

Oh boy…

Serían 3 elecciones seguidas de masacres. Porque un triunfo del apruebo después de un 62% de rechazo y un 62% de nuevo de anti octubrismo, y que da vuelta un 80/20 en contra y sin ninguna motivación fuerte para ello esta vez, de nuevo.

Diablos…

Veremos.

Está abierta la carrera, principalmente porque las alternativas en disputa no son en realidad octubrismo versus anti octubrismo, es simplemente la percepción que se pueda generar de ello por las posturas de los partidos de izquierda.

Si la izquierda extrema sigue haciendo campaña por el rechazo…y como suele hacerla denostando y humillando a los que piensan diferente a ellos…

Si se quedan callados, lo más probable es que no se apruebe.

Pero que se queden callados es una imposibilidad en gente que lo único que sabe hacer es hablar.

1 comentario:

  1. ay caramaba!, se viene el apruebo entonces, estas plastas no saben cuando callar :)

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