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Las isapres abiertas obtuvieron ganancias por $33.235 millones a septiembre de este año, lo que representa una caída de 49% en relación al mismo lapso de 2012. La Asociación de Isapres detalló que esta caída equivale a $ 33.235 millones.
El gremio explicó que este fuerte ajuste se explica por un aumento de 14% en los costos de salud, Plan Auge y licencias médicas incluidas.
"Fundamentalmente, la caída de las utilidades se debe a un aumento muy grande en lo que es el costo del sistema y esto está basado por un lado en un mayor costo de las licencias médicas y otro por mayores prestaciones en salud, tanto por más frecuencias como por mayores costos por mayores prestaciones", explicó Hernán Doren, presidente de Isapres de Chile.
Entre enero y septiembre de 2013, las isapres financiaron más prestaciones de salud por $110.000 millones y más licencias médicas por $30.000 millones que el año anterior. Esto no fue compensado por el 10% de aumento de los ingresos en el periodo ($120.000 millones), los que se incrementaron en una mayor proporción que los gastos, explicó el gremio.
Por otro lado, las Isapres añadieron que los gastos de administración y ventas representan el 10, 9% de los ingresos y a través de los años, han mostrado un descenso en proporción a los ingresos.
Cabe destacar que la única isapre que presentó pérdidas durante el periodo fue Colmena, la cual a septiembre de 2013 mostró un saldo negativo de -$2.212.937, lo que se compara con los $17.103.372 ganados en igual periodo de 2012.
Escenario judicial complejo
Respecto a los últimos recursos de protección presentados en contra de las isapres por alzas de precios base, Hernán Doren aseguró que se ve un escenario judicial complejo.
Según señaló el líder del gremio, se estima que para este año existan más de 200.000 recursos por alzas de precios lo que impactará fuertemente en los costos administrativos de las isapres.
En ese sentido indicó que se espera un gasto en costas judiciales en torno a los $26.000 millones, lo que equivale a un 78% de las utilidades del periodo.
Finalmente, Doren advirtió que de continuar esta tendencia, a la larga el sistema podria colapsar.
"No mañana y no pasado, pero si en un futuro cercano, como las cifras señalan que los aumentos de costos son permanentes y constantes (...), si no se permite que esos costos en salud sean recogidos en los planes y se les traspasen a los usuarios, obviamente es un sistema que a la larga va a terminar por colapsar", dijo.
Esto no tiene una solución fácil. Colmena es una Isapre “premium”, esto es, planes caros pero con alta a muy alta cobertura en clínicas top y probablemente con clientes que adicionalmente tienen muy buenos seguros complementarios en sus propias empresas. Entonces, basta con que se produzca la más mínima excusa para ir al médico, total es “gratis”, y si no lo uso estoy “perdiendo” la plata. La misma lógica aplica a todo el sistema privado de salud que para todos los efectos es “gratis”, al igual que el público pero con superior hotelería (iba a decir calidad pero realmente no lo tengo tan claro).
Hemos caído en un loop muy peligroso, y realmente no sé como vamos a volver a pensar como gente racional el tema de la salud. Es un equilibrio muy delicado entre ser precavido y volverse hipocondriaco. Hoy los chilenos somos hipocondriacos, por un lado, y absolutamente irresponsables de la propia salud por otro, esperando que los doctores arreglen 20 años de menús sólidos consistentes de pizzas, hamburguesas y completos, y la dieta líquida con bebidas varias junto con cerveza y otros en abundancia.
Pero es un tema complejo, como logramos que la gente entienda que ser irresponsable con la salud personal y de la familia tiene un alto costo, personal y social, pero a la vez logramos sistemas de atenciones competentes con costos razonables para la gente. Difícil tarea.
Una primera y fácil medida sería re-establecer al médico de familia o de cabecera, único autorizado a derivar a un especialista. Tuve unas dolencias últimamente que habrían requeridos visitas al otorrinolaringólogo, al cardiólogo, al urólogo, al endocrinólogo y al traumatologo, cada uno pidiendo examenes de laboratorio y de imagenología, total 300.000 pesos en consultas más al menos lo mismo o más en examenes varios. Bueno, mi médico de cabecera pudo resolver todo, mandarme a hacer los exámenes justos y necesarios en el laboratorio más convenientes y recetarme lo preciso. Costo total (siempre sin considerar los reembolsos), unos 200.000 pesos. De haber sido necesario, me hubiera enviado a consultar a un especialista después de un primer análisis, pero no hubo necesidad y el servicio fue igual de bueno, incluso mucho mejor por el tiempo ganado.
ResponderEliminarNo se trata de restringir la libertad del paciente, pero francamente, consultar a un otorrino por un resfrío común, es un despilfarro...