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El inicio de año ha sido intenso para los agentes del mundo tributario, no solo en Chile sino a nivel global. A inicios de febrero se dio a conocer la denominada "lista Falciani", que daba cuenta de la existencia de 130.000 clientes que habrían mantenido cuentas en la filial suiza del banco HSBC con el fin de evadir impuestos o mantener dineros ocultos en paraísos fiscales, entre los cuales se encontraban 428 chilenos.
El hecho no pasó inadvertido para los estudios de abogados y las auditoras en Chile. Y no solo por la publicación de nombres de nacionales en la lista filtrada por un informático del banco a las autoridades tributarias, sino por el impacto que la noticia generó en los contribuyentes que hoy analizan someterse a una de las ventanas transitorias más polémicas de la reforma tributaria: la repatriación de capitales.
En el mercado coinciden en señalar que el escándalo generó un "punto de inflexión" y un "cambio de ánimo" de parte de los contribuyentes respecto a acogerse a la ventana única para regularizar inversiones ubicadas en el exterior a una tasa preferencial de 8%, proceso que se extenderá de manera voluntaria durante todo 2015 y que es supervisado por el Servicio de Impuestos Internos (SII), el Banco Central y la Unidad de Análisis Financiero (UAF).
El socio de Tax & Legal de KPMG, Francisco Lyon, señala que la auditora creó un grupo especializado para atender los requerimientos de información de los clientes sobre este tema. "Revisando la experiencia de otros países, cómo queda la normativa y reglamentación interna en la materia, entendemos que serán bastantes los inversionistas que finalmente se acogerán".
El abogado de Brent Abogados, Pedro Troncoso, señala que conoce casos de inversionistas que ya han comenzado a solicitar antecedentes a sus respectivos bancos para conocer el detalle de los orígenes y la trazabilidad de los fondos ubicados fuera del país.
"Si bien la repatriación de capitales genera algunas suspicacias en algunas personas, la gente ya está juntando documentación para tener lista una decisión. Yo soy un entusiasta de que se haga la declaración ya que el mundo está migrando hacia la transparencia de estas inversiones, más aún luego del escándalo del HSBC, que es un incentivo para que la gente haga la declaración", plantea.
El socio de Tax & Legal de BDO, Rodrigo Benítez, argumenta que la posibilidad de exponerse a futuras multas o sanciones producto de una filtración similar a la del HSBC ha llevado a los contribuyentes a reconsiderar la ventana otorgada por el SII.
"Veo a los clientes más convencidos de acogerse a este sistema, principalmente porque se han dado cuenta que el intercambio de información entre las autoridades tributarias mundiales es muy alto. Un ejemplo claro es la publicación de la lista Falciani, lo que hace pensar que un futuro próximo el SII podría tener acceso a mucha más información", señala.
Patricio Gana, de AK Contadors, en tanto, señala que los clientes han manifestado "preocupación" respecto a la repatriación a propósito de la filtración de información del banco británico.
"Si bien no hay clientes aún que hayan entrado en pánico y tomado ya la decisión de acogerse a la repatriación, sí hay nerviosismo a propósito de lo que se ha publicado en la prensa internacional", afirma.
Las complicaciones
Si bien varios contribuyentes verían con buenos ojos acogerse al régimen voluntario , la burocracia no se los permitiría.
Así lo advierte la socia de Recabarren & Asociados, Soledad Recabarren, quien señala que luego de la publicación de la resolución del SII el 2 de enero que regula la declaración (ver recuadro), la capacidad de conseguir toda la documentación necesaria sería acotada.
"Como la norma dice que se debe acreditar el origen y la trazabilidad de las inversiones, hay contribuyentes que no pueden acreditarlo simplemente por la antigüedad. El problema no es si quieran o no acogerse, sino que algunos no pueden. Imagínate que en algunos bancos los clientes pueden acceder a hasta 5 años de antecedentes de sus inversiones", advierte.
Similar opinión tiene Benítez: "Es un poco difícil para algunos contribuyentes conseguir toda la documentación para acreditar el origen y la trazabilidad de los fondos. Recordemos que hay personas que hace más de 40 años que sacaron sus dineros al exterior".
El socio de Tax de Deloitte, Hugo Hurtado, señala que aún hay muchos puntos de "incertidumbre" sobre cómo acogerse al proceso. "Nuestra recomendación es hacer un esfuerzo extraordinario para lograr recopilar toda la información que podría ser pertinente ante el SII".
Pablo Greiber, socio líder de Consultoría Tributaria de EY, es más positivo. "Luego de las instrucciones impartidas por el SII, se han disipado y aclarado varias dudas. Creo, por lo tanto, que para muchas personas será una solución interesante y atractiva".
La resolución del SII
El pasado 2 de enero, el Servicio de Impuestos Internos (SII) publicó la esperada resolución para normar el proceso de declaración de capitales en el exterior.
En el documento de tres páginas, el organismo detalla que los contribuyentes deberán llenar un cuestionario (el formulario N° 1920) con una serie de antecedentes sobre los dineros a declarar, la cual deberá ser acompañada por un inventario y descripción detallada de todos los bienes a su valor de mercado y rentas que sean objeto de la misma.
Además, se deberá acompañar la documentación que dé cuenta del origen y la trazabilidad (capacidad para reconstruir el historial de la utilización o la localización de los dineros) de los bienes y rentas que se acojan al sistema voluntario. "Dicha información debe ser suficientemente precisa para poder obtener la trazabilidad de los fondos durante el período anterior a la declaración", dice el texto.
Asimismo, el SII aclara que una vez presentada la declaración ante la entidad, dentro de los próximos cinco días hábiles cobrará el impuesto único del 8% del valor de los capitales declarados.
Esto se descompone en tres noticias. La primera es la filtración de las cuentas desde un banco en Suiza, que generalmente es considerada la más segura entre los países que ofrecen secreto bancario, al punto que ni siquiera Hitler se atrevió a tocar al helvético país. Que ahora sean públicos, o comiencen a serlo, los estados bancarios de clientes tiene profundas implicaciones para los negocios en el mundo. Que Suiza permita que los bancos entreguen información (independiente de esta filtración) significa que han recibido presiones inéditas de la comunidad mundial para ello. Y esto es por la persecución mundial de impuestos. Es por ello que se quiere la implementación completa del dinero electrónico por parte de los gobiernos.
La segunda es la cantidad de fraudes que cometen algunos bancos, como el HSBC, con los dineros de clientes, incluso se les ha acusado de lavado de dinero. Fraudes que tienen que ver con el uso de dineros de clientes para respaldar transacciones propias de los desk de trading de las áreas de inversión.
Y la tercera es la opción de los capitales chilenos de acogerse a la última ley. Lógicamente existe la amenaza latente de que en algún momento sean entregadas por parte de los bancos mundiales toda la información de contribuyentes extranjeros. Solía existir la noción de que el dinero que se gana y que ya pagó impuestos no tiene porqué hacerlo de nuevo salvo que tenga ganancias de capital. Y eso se paga en el país donde se producen tales ganancias.
Y solía ocurrir que el castigo viene después del crimen, y que es obligación del demandante el aportar las pruebas de tal crimen.
Con estas medidas, la obligación de demostrar inocencia es de cada contribuyente o ciudadano. Y eso paulatinamente va a ser extendido a todo orden de cosas, no solo impuestos.
Y hay una graaaan diferencia entre una legislación donde se asume inocencia hasta que se demuestre lo contrario, a una en que se debe demostrar activamente que se es inocente. Lo último se conoce como tiranía.
Bienvenidos a un mundo feliz…
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