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Desde que se anunció el cónclave oficialista en Cerro Castillo, se habló de que sería una reunión “franca y abierta”. Y al parecer así fue.
Eso han reconocido quienes participaron en el encuentro —que se extendió por más de cinco horas—, y en el que la presidenta Michelle Bachelet planteó sus puntos de vista sobre los errores que se habían cometido, en cuanto a la gestión del Ejecutivo y los problemas de comunicación interna y externa.
Pero la mandataria también habría relevado las reformas que permitieron implementar la gratuidad en educación, el Acuerdo de Unión Civil y un nuevo sistema electoral para el país, entre otros.
En esa línea, la gobernante habría invitado a los participantes a difundir esos logros ante la ciudadanía. “Hay que conversar con la gente. Este año será de mucho diálogo para consolidar lo que hemos hecho”, les habría dicho.
Dichas ideas que fueron reforzadas por el ministro del Interior, Jorge Burgos, quien señaló que este era el momento de escuchar a la gente y darle sentido a las propuestas que le están haciendo al país. “Están todas las condiciones para avanzar”, habría recalcado.
Lo anterior, fue reconocido ayer por el vocero Marcelo Díaz. “Hemos tenido dificultades, problemas, pero no podemos perder de vista que toda nuestra acción está enfocada en que la calidad de vida de los chilenos sea cada vez mejor y que ahí hay que poner las prioridades y los esfuerzos”, dijo.
Y agregó: “pudimos hablar con mucha franqueza, sobre todo con el acento puesto en los desafíos que tenemos por delante”.
Algo que valoró el timonel del Partido Radical, Ernesto Velasco. “Fue un espacio franco y directo, donde se pudo conversar con una agenda abierta y sin restricciones. La Presidenta hizo un llamado a la convicción, a que las cosas que se están haciendo tienen sentido y van a trascender”, comentó.
Desafío municipal
Más allá de los mea culpa y las declaraciones de buenas intenciones, las palabras de Bachelet y su jefe de gabinete apuntaban a las municipales.
“Hay un desafío de reencantar a los chilenos, que no es sólo de la Nueva Mayoría sino que también de la oposición. La lejanía con la ciudadanía es muy grande y estoy seguro que la gente va a votar más por las personas que por los partidos”, dijo el jefe de la bancada PPD, Jorge Tarud, quien participó en el encuentro.
El timonel de la DC, Jorge Pizarro, reconoció que al termino de la reunión se sacaron conclusiones y una de ellas tuvo que ver con la carrera municipal que se viene.
“Es un año de elecciones, difícil, donde hay mucho cuestionamiento a la actividad política”, expresó el senador, quien valoró, eso sí, la implementación de la agenda de probidad y transparencia.
“Nos interesa ir recuperando la confianza de la ciudadanía, dándole certezas, seguridad y tranquilidad de que el gobierno está haciendo y tiene que hacer mejor las cosas”, recalcó.
La lectura de los analistas
Tras el encuentro oficialista, varias voces se alzaron para desmenuzarlo. Una de ellas fue de la directora de MORI, Marta Lagos, quien aseguró que si el gobierno quiere recuperar el centro político y su base popular, requiere mucho más que un cónclave.
“No veo nada de malo en un cónclave, pero se le han puesto demasiadas esperanzas a los hitos individuales y éstos tienen que ser parte de un todo para tener impacto”, declaró.
Además, dijo Lagos, “hay una realidad que el gobierno ha dicho demasiado fuerte y que la gente no quiere oír: este gobierno va a llevar a cabo reformas. Entonces, no hay cónclave que pueda eliminar esa frase”.
En tanto el decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Central, Marco Moreno, cree que los cónclaves se han convertido en una herramienta de Bachelet para descomprimir disputas internas.
“Se hace una especie de catarsis, pero las decisiones no se toman de acuerdo a lo que se dice”, dijo.
Según Moreno, del último cónclave se desprenden dos cosas: que hay que hacer cambios y ajustes. “Los ajustes se interpretan como que estamos ad portas de un gabinete electoral para enfrentar las municipales. No descartaría que ingresaran políticos destacados en gobiernos anteriores”, afirmó.
El ex diputado y analista de la UDI, Gonzalo Arenas, coincidió con que la cita fue una “catarsis” en que la Presidenta anotaba las críticas que le hacían.
“Pero los temas importantes no se hablaron, por lo que no creo que esto tenga consecuencias prácticas. Quedó claro que (Ana Lya) Uriarte sigue teniendo el poder, porque este tipo de reuniones son para neutralizar a los dirigentes y representantes de la Nueva Mayoría y que todo siga igual, pero con todos más contentos porque los escucharon”, dijo.
Como dirían los gringos, lo que quiere la NM es bussiness as usual.
Me da la impresión que no va a ser el caso esta vez.
En un movimiento mundial de hastío con los políticos de carrera, lo que está sucediendo es que la población está buscando alternativas frescas fuera del circuito político habitual. Especialmente los jóvenes, con grandes deudas y nada de lo que les prometieron en términos de la educación y expectativas cumpliéndose. Igualmente los pensionados.
Esto nos puede llevar por un camino de progreso liderado por gente con ideas frescas y constructivas. O nos puede entregar en las manos de Hitler´s, Mao´s o Roosevelt´s…
Vivimos tiempos interesantes sin duda.
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