@latercera
Durante casi una década, entre 2005 y 2013, la economía chilena se benefició de lo que la literatura especializada y los expertos han coincidido en denominar como el “superciclo” de precios del cobre. Impulsado principalmente por una creciente demanda china, cuyo Producto Interno Bruto (PIB) se expandía entonces en tasas de hasta dos dígitos, en ese período el metal saltó desde un promedio en torno a los US$ 1,4 la libra en el decenio anterior (de 1995 a 2004), a superar incluso los US$ 4 en la Bolsa de Metales de Londres (BML).
Con la sola excepción de la recesión de 2009, en los años del superciclo los envíos de cobre aumentaron sostenidamente y prácticamente se triplicaron, pasando de US$ 15 mil millones en 2004 a US$ 44 mil millones en 2011, representando más de la mitad del total de envíos chilenos al exterior, principalmente con destino a China. Paralelamente, los recursos provenientes del aporte directo de Codelco y de la minería privada a las finanzas públicas más que se duplicó hasta superar el 30% del total de ingresos fiscales.
Sin embargo, la desaceleración de la economía mundial desde 2013 -incapaz de recuperar dinamismo tras el golpe de la crisis global- y, sobretodo, el ajuste de la economía del gigante asiático a metas de crecimiento cercanas a 7%, han motivado un gradual retroceso de la materia prima, que esta semana lo llevó a caer de los US$ 2 la libra por primera vez desde mayo de 2009. Sólo desde mayo del año pasado el metal ha perdido 32% de su valor, ubicándose ayer en US$ 1,986 la libra.
Lo anterior ha tenido un impacto directo en la billetera fiscal: entre 2011 el aporte de la minería pública y privada al erario se redujo de US$ 10 mil a US$ 5 mil millones.
Nueva estrategia
Por eso, más allá de las causas del declive del cobre, y de sus evidentes implicancias en materia fiscal, una pregunta clave para el futuro de la economía chilena en el mediano plazo dice relación con las alternativas para compensar un menor aporte del metal rojo. Más aún tomando en cuenta que los efectos de la excesiva dependencia de un producto de exportación tiene en el caso del país un antecedente histórico, como fue el del salitre.
A fines del año pasado, durante el ciclo de conversaciones Ideas para el Chile del 2020, el ex ministro de Hacienda, Andrés Velasco puso el acento en la escasa diversificación de la canasta exportadora, pues entre 1990 y 2010, la principal variación fue el aumento de la participación de los minerales.
Productos como el salmón, las uvas, celulosa o los vinos, que han tenido un buen desempeño, han llegado en su peak a mostrar participaciones de 4,8%; 3,5%;5,8% y 2,7%, respectivamente.
En este escenario, para Velasco el desafío de un Chile sin cobre no es de 40 años más, como dicen algunos expertos, si no de cinco.
Para el gobierno, la manera de hacer frente a este escenario radica en diversificar la estructura productiva del país. “Tenemos una serie de sectores con ventajas comparativas en las cuales es posible innovar, incorporar conocimientos y encadenarlos productivamente”, señala el Ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes.
Agrega que “para sofisticar nuestra canasta productiva es necesario invertir en formación de capital humano, para lo cual la reforma educacional es fundamental. También debemos incrementar fuertemente nuestra inversión en I+D y seguir fomentando el emprendimiento. La experiencia de los países exitosos nos muestra que muchas veces el mercado por sí solo es insuficiente, y se requiere la acción coordinada entre el sector público y privado, por ejemplo, para identificar y concordar inversiones en infraestructura y mejoras regulatorias”. De acuerdo a la OCDE, Chile es el país del organismo con la menor inversión en I+D como porcentaje del PIB -inferior a 0,4%- Para la entidad, elevar la productividad es uno de los mayores desafíos del país.
Sectores con potencial
Chile es el principal exportador de cobre a nivel mundial -cerca de un 30% de los envíos totales- y tiene un 28% de las reservas globales.
Aunque los expertos coinciden en que el cobre seguirá siendo uno de los motores de la economía chilena por al menos los próximos 30 años, y que la amenaza de un sustituto como el grafeno es aún lejana, subrayan al mismo tiempo la urgencia de pensar desde ya en fortalecer otros sectores con potencial de desarrollo a mediano plazo.
Según Joseph Ramos, presidente de la Comisión Nacional de Productividad (CNP) creada por el Ejecutivo, las ventajas comparativas están en torno a los recursos naturales. “No le podemos dar la espalda a los recursos naturales porque son una gran ventaja, sino que tenemos que sacarle más provecho”. Afirma que “deberíamos focalizar los recursos públicos y la atención pública en atraer inversión extranjera a esos sectores claves como los de abastecimiento de equipos, los sectores procesadores, servicios de ingeniería”.
En la misma línea, el académico Gustavo Lagos, cree que la clave está en reinvertir en el mismo sector para aprovechar todo su potencial. “Va a venir un momento de precios altos, y ese va a ser el momento para hacer las inversiones. Todas las que haya que hacer (...) hay que invertir para producir todo lo que sea rentable. Ganar plata luego, y dejar la plata en Chile”.
El experto en innovación de Clapes UC, Luis Edwin Gonzales, opina que el principal potencial está en el sector servicios y las transferencias tecnológicas.
“Incentivar las políticas para una economía más orientada hacia servicios, que son más resilientes a los ciclos económicos. Además, aprovechar los avances de apertura a la economía global para en primer lugar reducir la brecha con la frontera tecnológica y luego mejorar la adaptación de tecnologías a las necesidades locales. Una gran oportunidad de ellos es el sector de telecomunicaciones y servicios computacionales donde entre otros factores se resalta en Chile la necesidad de incentivar el capital humano”.
En tanto para el investigador de Cieplan, Patricio Meller, los sectores acuícola y pesquero, y el de las energías renovables -fundamentalmente la solar- son aquellos con la mayor potencialidad de desarrollo en el mediano plazo.
Probablemente estas discusiones fueron las mismas en los 1870´s y 1920´s.
Es virtualmente imposible que si existe un sector dominante en una economía, los esfuerzos empresariales o de emprendimiento e innovación no vayan a ese sector. Pensar que va a ser diferente es ridículo y poco realista. Un contratista de centros mecanizados no va a realizar trabajos para otro sector económico si tiene acceso a la minería del cobre donde fácilmente pueden pagarle 5 veces más, al menos durante el boom de precios. Pasa lo mismo en países petroleros.
La discusión no debería ser esa. La discusión es si Chile está preparado como nación para estos desafíos. La historia dice que si. Cada vez que hemos tenido un ciclo de materias primas desplomándose, nos hemos recuperado bastante rápido.
Lo importante es la gente y su capacidad de ser productiva y emprendedora en distintos sectores.
Por eso es tan dañino el concepto socialista de un estado protector. Porque le quita a la gente el incentivo de emprender o buscar alternativas para ganarse la vida. Y cuando el estado socialista se queda eventualmente sin dinero, la gente no está preparada para valerse por si misma. Tiene que pasar una generación o más para que eso cambie.
Ese es el problema principal hoy en día. Que el país y su gente se acostumbre a que el estado le solucione los problemas. En la medida en que eso no suceda, estaremos bien. Siempre han existido estos ciclos económicos, y van a seguir existiendo, por seimpre. Lo dañino no es que una materia prima caiga de precio, lo realmente catastrófico es que la gente pierda el incentivo de ganarse la vida por sus medios y dependa del estado.
Como dice el lema del primer foco de luz de la nación, Labor omnia vincit, que extraído de un texto de Virgilio diría lo siguiente:
"Labor omnia vincit improbus et duris urgens in rebus egestas", lo que traducido al castellano es algo como "Todo se venció en fuerza de un improbo trabajo y de la necesidad, que nos obliga a las cosas más duras".
La sabiduría no tiene épocas.
Ojo que el tema del cobre pasa por la competitividad. Antes seimore fuimos lider flobales de costo, por eso aunque estaba a 0,5 el precio si el costo estaba en 0,4 el pais seguia produciendo.
ResponderEliminarPero por ser bananeros y no invertir en energia a tiempo, peru tiene costo de 1 y chile de 1,8...
Es decir el precio puede estar largo rato en 1,5 y hacernos bolsa la principal fuente de ingresos.
Eso paso con el salitre sinteticoo que bajo el precio de 45 a 13 y quedamos fuera de mercado...y no fue suave perder el 50% de las exportaciones de cobre...por algo se llamo la cuestion social y quedo la gran cagada por decadas incluida guerras mundiales
Insisto antofagasta mineral, bhp, y otras empresas mas eficiente que codelco estan en 1,8 de costo, y estamos a punto de vivir la peor crisis economica vivida desde 1920 en chile, que se derrumbe la mitad de las exportaciones, y que el dolar se dispare a 1.000 por un tiempo hasta que usa tenga tanta deflacion el 2do semestre que tendra que bajar tasas...
Sera una verdadera montaña rusa pero donde chile sera violentamente expuesto
Lo peor no es la bajada del cobre....es que con estas reformas de pais rico subieron los impuestos y la cancha para emprender cualquier cosa quedo muy mal...
ResponderEliminarQue hara chile sin cobre?...facil...endeudarse ya lo estamos viendo..el muertito se lo tiraran al proximo gobierno.
Lo realmente importante aca es ya dimensionar el nivel de la cgada que quedara...sera parecida o peor a la de 1929, 1982, 1997.....ese es el desafio....
Lo peor no es la bajada del cobre....es que con estas reformas de pais rico subieron los impuestos y la cancha para emprender cualquier cosa quedo muy mal...
ResponderEliminarQue hara chile sin cobre?...facil...endeudarse ya lo estamos viendo..el muertito se lo tiraran al proximo gobierno.
Lo realmente importante aca es ya dimensionar el nivel de la cgada que quedara...sera parecida o peor a la de 1929, 1982, 1997.....ese es el desafio....