La decisión de Reino Unido de salirse de la Unión Europea fue un golpe inesperado para los mercados financieros. De hecho, las turbulencias que generó el histórico referendo del 23 de junio fueron tales que, en apenas dos días, las principales bolsas mundiales perdieron casi US$ 3 billones (millones de millones).
Para entender la magnitud del daño provocado y de la incertidumbre que abrumó a los inversionistas tras la consulta, cabe considerar el siguiente dato: tuvieron que pasar 11 días hábiles para que las plazas bursátiles recuperaran dichas mermas.
El Indice Mundial de Todos los Países, conocido como MSCI Acwi, escaló ayer 0,87% y terminó en 408,39 puntos, con lo que superó el cierre de 407,69 registrado el día del plebiscito.
Si bien el indicador incluye a 23 ruedas del mundo desarrollado y 23 parqués emergentes, el desempeño ha sido bastante dispar entre los bloques. Desde el 24 de junio, el día después del referendo, el MSCI de Mercados Emergentes ha aumentado 2,23% y ayer tocó su máximo en ocho meses.
La medición de América Latina destaca con un alza de 4,71%, seguido por el MSCI de Asia sin Japón, que se ha incrementado 2,41%.
Dentro de la región, el Merval argentino lideró las ganancias con un salto de 6% en los últimos 19 días, seguido por el Bovespa brasileño, que trepó 5,23%. El Ipsa chileno, que ayer finalizó en su nivel más alto desde mayo de 2015, ha tenido avances más acotados de 0,94% en el mismo lapso.
Según Maarten-Jan Bakkum, estratega senior de NN Investment Partners, esto refleja que el apetito por el riesgo está “en su máximo esplendor”. El experto explicó a Bloomberg que los inversionistas se sienten más cómodos con la idea que la Reserva Federal no elevará las tasas de interés en el futuro cercano y que las autoridades de Europa y Japón añadirán más estímulo.
A su juicio, si estos bancos centrales flexibilizan su política por problemas dentro de sus fronteras, entonces “los mercados emergentes deberían ser capaces de conseguir mejores resultados”.
Europa y Japón al debe
El buen rendimiento de las acciones en desarrollo contrasta con lo sucedido en las naciones industrializadas, donde sólo Estados Unidos anota un retorno positivo.
Entre el 24 de junio y el 12 de julio, el MSCI USA All Cap ha subido 1,86%. El lunes, el S&P 500 cerró la jornada en su máximo histórico -hito que se extendió ayer con un ascenso de 0,7%- y ahora fue el turno del Dow Jones. El indicador industrial saltó 0,66% hasta 18.347,67 puntos, nivel nunca antes visto en sus 120 años de historia.
Por su parte, las plazas europeas y japonesas aún no recuperan todo lo destruido tras la victoria del Brexit. El MSCI del Viejo Continente acumula un descenso de 2,52%. La gran excepción ha sido la bolsa de Londres, que se ha disparado 5,41%. Esto se explicaría por el desplome de la libra esterlina, que alentaría las ganancias de las firmas británicas.
En tanto, el MSCI de Japón suma un declive de 1,27% en los últimos 19 días.
Esto es raro. En general, las bolsas cuando se desplomaron, se comportaron como siempre ante un evento de alta incertidumbre. Igualmente el complejo de bonos.
Pero ahora…
Bolsas en máximos históricos, y tasas de bonos en mínimos históricos…WTF
Como se podría explicar esto?
Lo único que se me ocurre es pensar que estamos en una etapa de confusión, o transición, donde está la percepción cada vez mayor de que los activos de gobierno no son lo seguros que se suponía, por lo tanto los activos privados son los que reciben el flujo.
Si este es el caso, lo que viene es de una volatilidad extrema.
Todo el complejo de deuda en etapa de burbuja astronómica, a tal nivel que un solo punto de aumento en las tasas puede enviar al séptimo infierno del Dante a Japón, Italia, Francia y España, para empezar.
Los fondos de pensiones van a sufrir horrendamente. Las decisiones de inversión pasan por las clasificaciones estándares, incluso están reglamentadas para ello. Cuando éstas clasificaciones no reflejan los reales riesgos, como los derivados AAA en 2007, puedes encontrarte en una situación de insolvencia masiva de fondos de pensiones a nivel global, en corto tiempo.
Por alguna razón todos los gobiernos de países desarrollados están armándose hasta los dientes en sus fuerzas policiales. Sienten, huelen, que cuando tengan que declarar que los fondos están quebrados, lo que viene será una revolución casi de seguro.
Sin duda interesantes tiempos. Y muy difíciles de leer en términos de tendencias o mercados. Lo único que podríamos decir es que, al socialismo, en todos lados, se le está acabando el dinero de otros. Y eso suele no resultar muy bien cuando el dinero de otros es el que financia gastos permanentes.
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