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Los reclamos de la comitiva boliviana tras la visita al Puerto de Arica para inspeccionar el trato a las cargas que mueven los transportistas del vecino país, colmaron la paciencia del gobierno y del canciller Heraldo Muñoz.
Ayer el jefe de la diplomacia chilena anunció que de ahora "en adelante todos los funcionarios diplomáticos y del gobierno boliviano, requerirán de una visa estampada en su pasaporte para entrar a nuestro país".
Según dijo, la decisión se tomó "en consideración de lo que ha sido esta supuesta visita de inspección, que fue privada y en la que se abusó de la generosidad del pueblo chileno y de la tolerancia de nuestro país".
Eso sí, recalcó que la medida sólo regirá para los funcionarios de la administración de Evo Morales. "Los bolivianos, en general, siguen siendo bienvenidos. Pueden entrar con el carnet de identidad de acuerdo a los trámites que se realizan en inmigración en cualquier punto de la frontera", subrayó.
Antes de hacer el anuncio Muñoz había señalado que la visita del canciller David Choquehuanca y toda su comitiva, no correspondió con lo que debiera ser un viaje de carácter privado. "Incluso, al cruzar la frontera hubo la pretensión de no someterse a los procesos de inmigración, cuestión a la que la delegación fue obligada", recalcó.
El ministro afirmó que las alegaciones bolivianas carecían de sustento, pues la única obligación de Chile es otorgar libre tránsito. "Eso se cumple plenamente, tanto así que el Puerto de Arica está dedicado en un 80% a la carga boliviana, que se ha incrementado de un millón de toneladas anuales a tres millones", subrayó.
Consultado por los dichos de un congresista altiplánico, quien habría increpado a una funcionaria ariqueña señalándole que el 80% de su sueldo salía de Bolivia, Muñoz fue enfático: "Le quiero recordar, porque así me lo ha informado el Puerto de Arica, que el gobierno boliviano está en deuda de casi un millón de dólares por los pagos de los servicios portuarios. Creo que eso le responde a ese senador".
Quien también salió al paso de los lamentos altiplánicos fue el agente chileno ante La Haya por la demanda marítima, José Miguel Insulza, quien usó una analogía para referirse a la visita del canciller Choquehuanca: "Si voy a conversar contigo porque tenemos un problema en el límite entre las dos casas, golpeo la puerta y digo: ¿Puedo conversar con usted? No me siento en el living, me voy al refrigerador, abro la despensa y si me dicen que no saque nada me pongo a chillar que me están agrediendo".
Insulza añadió que no recordaba "un caso en que alguien se haya ido a meter a un país así. Es envenenar la relación entre los países y nuestra gente".
"Nos quieren perjudicar"
La arremetida chilena encontró eco inmediato en el presidente de Bolivia, Evo Morales. "La visita del canciller destapó todo: maltrato a los bolivianos, discriminación e incumplimiento con normas internacionales de comercio", escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
Y agregó: "El gobierno de Chile pretendía ocultar abusos contra transportistas bolivianos, incumplimiento de tratados de comercio y libre tránsito".
Horas más tarde y durante un punto de prensa, Morales insistió en que "ahora el mundo sabe exactamente cómo nos tratan los chilenos" y subrayó que "Bolivia vive de la exportación y la importación. Molestar y perjudicar eso es perjudicar el desarrollo económico. Son intereses de grupos de Chile que nos quieren perjudicar".
En la misma línea, el vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera, acusó que "nuestro canciller ha vivido en carne propia lo que los transportistas viven. Esta es la realidad que se vive de maltrato y discriminación, hay un país vecino que maltrata al país", aseguró.
Pero eso no fue todo, ya que afirmó que "es vergonzoso el maltrato, la discriminación que recibieron nuestras autoridades".
"¿En interés de quién actúa Choquehuanca"?
El lunes estuvo en el puerto de Arica y ayer arribó hasta Antofagasta, pero la evaluación del canciller David Choquehuanca fue la misma: "Se ha comprobado la discriminación de carga boliviana".
El reclamo se sumó a las 25 supuestas irregularidades que encontró 24 horas antes y que hizo que la directora nacional de Fronteras y Límites, Ximena Fuentes, saliera a responderle.
La también agente de Chile ante La Haya explicó que hace dos años los bolivianos denunciaron el supuesto incumplimiento del Tratado de 1904. "Sabemos que durante más de 90 años han querido anularlo, probablemente estas denuncias falsas se inserten en ese contexto", dijo.
A renglón seguido, se refirió al reclamo boliviano por el depósito de minerales, el que está en Portezuelo y no en Antofagasta. "No es posible tener mineral a granel en un puerto que está en la mitad de la ciudad. ¿Bolivia pretende que Chile aplique estándares medioambientales de 1904?", preguntó.
Luego, apuntó a las tarifas cuestionadas por los bolivianos. "Se explican porque implican mano de obra, inversiones en infraestructura, etc", agregó, recalcando que "el libre tránsito no significa gratuidad en los servicios portuarios".
Fuentes explicó que la administración de Evo Morales obtiene tarifas preferentes, pero que cobra tres o cinco veces más. "¿En interés de quién actúa el canciller Choquehuanca, de los importadores bolivianos o defiende el gran negocio en los puertos chilenos?", volvió a preguntarse.
Va por el camino correcto. Diferenciar a gobiernos pasajeros de la población general. Faltan las sanciones económicas. Sin aspavientos. Sujeto completamente a la legalidad. Aumentar las tarifas de manejo en puertos y llevarlas al nivel de lo que pagan todos los chilenos, y dañar los intereses comerciales en Bolivia. Puede representar un riesgo para la economía de Arica, pero puede ir complementado con incentivos al turismo y la inversión de los Bolivianos en las zonas francas del norte y apoyo a la economía regional desde el gobierno central si se producen perjuicios económicos significativos.
Algunas veces hay que estar dispuesto a sacrificar recursos nacionales.
Lógicamente no es la idea interrumpir ni dañar relaciones comerciales. Porque diplomáticas no existen. Pero Tampoco es sensato entregar la noción de que podemos recibir infinitamente insultos unilaterales sin hacer nada.
Al fin algo de espina de las autoridades de gobierno.
Perfecto lo de la diferencia de tarifas entre las entregadas por Chile y las que cobra el Gobierno de Bolivia a sus camioneros.
Para aquellos que piensan en enviar algunos Vipers al palacio quemado como señal de molestia, obviamente pasaron al lado chovinista y bastante simplón de las cosas.
En general, la diplomacia no es nuestro fuerte en las relaciones internacionales, particularmente en el contexto de nuestros vecinos. Si lo son nuestras relaciones comerciales. Hay que usar las fortalezas de vez en cuando.
Probablemente bajará el tono el gobierno de Evo. Supongo entendió que Chile está tendiendo a ir por un camino que le va a incomodar internamente de sobremanera. Que era la idea desde el primer momento. Que nos deje de usar como distractor de sus temas contingentes nacionales. Y mantener las relaciones cordiales con el pueblo de Bolivia.
Esperemos que los encargados de nuestro gobierno usen las palancas adecuadas de ahora en adelante en vez de cruzar declaraciones sin sentido.
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