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El sostenido crecimiento de la deuda pública bruta ha estado en el centro de las preocupaciones del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés. El deterioro de las cuentas fiscales y el cambio estructural que se produjo en el mercado del cobre, llevaron al titular de la billetera pública a anunciar un recorte de US$ 540 millones en el gasto en marzo.
Según un informe publicado por la Dirección de Presupuestos (Dipres), la deuda pública bruta continuó su ritmo de crecimiento en el primer trimestre de este año, incrementándose a
US$ 42.969 millones a marzo, equivalente al 18,2% del PIB. Al cierre del año pasado, el nivel de acreencias del Fisco se ubicaba en 17,5% del tamaño de la economía. Este es el mayor nivel desde 1994, cuando la cifra se ubicaba en 22,9% del Producto.
Acorde a la Dipres, la mayoría de la deuda acumulada por el Fisco pertenece a colocaciones en el mercado local, con más de US$ 32.000 millones.
“Durante el período comprendido entre diciembre de 1991 y marzo de 2016, se observa un cambio en la composición del stock de deuda bruta, pasando la deuda externa de representar un 43,2% a un 23,6% al cierre de marzo”, señala el escrito.
Desde diciembre de 2008 comienza a revertirse la tendencia de reducción de la deuda pública, algo que la Dipres justifica en las colocaciones de deuda que ha realizado el país en el mercado local e internacional. “Cabe señalar que dichas colocaciones son consistentes con la autorización de endeudamiento máxima que anualmente es incluida en la Ley de Presupuestos vigente en el ejercicio presupuestario”, señala el servicio, recordando que este año el tope máximo de endeudamiento se ubica en US$ 10.500 millones.
La deuda pública bruta incorpora las acreencias de las instituciones centralizadas, las entidades estatales autónomas y las instituciones públicas descentralizadas, todas incluidas en la Ley de Presupuestos.
Analistas preocupados
Si bien la deuda neta del Estado -que incorpora activos como los fondos soberanos- es cercana a cero, los analistas advierten que el crecimiento de la deuda bruta a marzo es un factor de preocupación, sobre todo considerando que es un factor que están mirando las clasificadoras de riesgo.
“Posiblemente, la deuda pública supere el 20% del PIB a finales de este año”, señala el economista de EuroAmerica, Felipe Alarcón, quien advierte que bajo este escenario el gasto no debiera crecer más de 3% en el Presupuesto 2017.
Con este punto coincide el economista de BCI Estudios, Antonio Moncado. “El gobierno ha tenido escasas facilidades para obtener fuentes de ingresos que sustenten los gastos que están comprometidos a futuro”, plantea.
Desde BBVA Research aseguran que se requerirá un importante apretón de cinturón para el Fisco en los próximos meses y en 2017. “Esta cifra de deuda es preocupante. Con el 3% de déficit fiscal que proyecta Hacienda, es muy probable que la cifra supere el 20% del PIB este año”.
Lógicamente la deuda pública debería crecer en momentos en los cuales es necesario entregar un soporte a la economía, siguiendo la lógica monetarista post segunda guerra mundial. Eso no sería problema, si cuando la economía deja de estar en problemas, se retiran esos incentivos vía deuda, y se comienza a pagar ésta con los excedentes generados por mayores ingresos y menores gastos.
Lamentablemente, parece que los gobiernos, todos, no entienden esta lógica, tan obvia a nivel privado y tan obviada a nivel público.
Estamos por supuesto lejos de estar en una crisis, más aún cuando la deuda es con instituciones nacionales, y muy probablemente gran parte de ella con los fondos de pensiones, por lo que no es ni razonable ni esperable que disminuya de valor en el corto plazo, al menos no de manera considerable.
También es valorable que el ministro de hacienda intente rebajar los gastos para al menos mantener el nivel de deuda.
Lo que es problemático es que los muchachos de gobierno no tengan claro esto y sigan prometiendo tonterías que según ellos son irreversibles, tan solo porque están en una ley…lol…
Es el problema asociado a usar dinero de otros para financiar programas públicos. En algún momento se acaban los impuestos, y comienzas a endeudar a futuras generaciones que no van a recibir los beneficios de esa deuda, lo que debería ser ilegal, adicionalmente a moralmente y éticamente reprochable.
Se suele olvidar la razón de fondo de la independencia americana, NO IMPUESTOS SIN REPRESENTACIÓN. Y la deuda de gobierno es un impuesto a futuras generaciones.
Algo tan lógico y tan olvidado por las políticas redistributivas actuales.
Y también olvidado por los inversionistas. Ningún gobierno ha honrado, hasta donde conozco del tema, jamás, su deuda, en la historia moderna, y me atrevería a decir que tampoco en la historia antigua. De alguna manera los gobiernos no cumplen nunca en integridad con sus compromisos, sea invadiendo a sus acreedores, expulsándolos del país, confiscando sus bienes, recortando unilateralmente los montos, etc, etc…
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