@latercera
Si bien Alejandro Alarcón, economista de la Universidad de Chile y miembro del Comité Consultivo del PIB Tendencial del Ministerio de Hacienda, acostumbra a referirse a temas más macroeconómicos que políticos, consideró en esta oportunidad necesario referirse a la coyuntura política, dado que, a su juicio, es urgente “volver a crecer”. En este marco, comparte la preocupación que ya hicieran tanto JP Morgan (que dijo que si gana el candidato presidencial, Alejandro Guillier, el mercado se desplomaría) y la revista The Economist (que comparó al periodista con el ‘populismo’ de Donald Trump), advirtiendo que las ideas de la izquierda son “anacrónicas”.
A su juicio, ¿qué porcentaje atribuye a decisiones políticas el debilitamiento sostenido que ha registrado la economía chilena?
Mucho. Me he ido convenciendo poco a poco que aquí ha habido un impacto significativo de las señales que han provenido desde el Ejecutivo y algunos miembros del Parlamento.
¿Por qué?
Porque se ha ido instalando una idea refundacional, simbolizada en la retroexcavadora. Esa pura declaración le hizo mucho daño al país y a las expectativas. Y esa idea refundacional tiene un apoyo en un extenso sector en la izquierda, desde el PC a otro partidos dentro de la NM. A mí no me cabe duda que el país requiere cambios, pero dentro de un contexto de ajustes al modelo que son necesarios, pero sin cambiar la esencia.
¿Esencia de libre mercado?
Esta economía necesita más mercado, más apertura al exterior, más integración a mercados internacionales, que es todo lo contrario a (Donald) Trump.
¿Cree que en Chile hay un riesgo similar, sustentado en el llamado populismo?
Por supuesto. El populismo ha impedido que los países tomen una senda de crecimiento que permita el bienestar a todas las familias.
Justamente la revista The Economist comparó al candidato Guillier con Trump…
Creo que el continuismo, reflejado hoy en Guillier, sería fatal para Chile. Porque ya hemos tenido prácticamente cuatro años de una trayectoria del crecimiento que se ha ido cada vez desacelerando más y estamos peligrosamente cerca del 1%.
¿Qué otra candidatura a su juicio sería mejor en este sentido?
Para ponerlo claro. Del centro hacia la derecha creo que hay consenso en el país de cuáles deben ser los objetivos para que las familias chilenas tengan más bienestar.
En la izquierda creo que los diagnósticos no sólo están anacrónicos, sino que absolutamente equivocados y han producido demasiado daño, no sólo en Chile, sino que también en el mundo.
¿Qué requiere la economía chilena para un mayor crecimiento?
Para que este país vuelva a crecer a tasas del 5% necesitamos que aumente la productividad. Pero cuando tienes más gastos que ingresos alguien tiene que financiar la diferencia. Eso es la deuda. Y aquí hemos visto que para financiar las reformas, no existen recursos y por ende el endeudamiento público ha ido creciendo en forma sostenida. Pero eso tiene un límite y, por lo tanto, llegó el momento en que el país vuelva a crecer, y para eso creo que el modelo de la retroexcavadora tiene que ser dejado de lado definitivamente.
Ha habido en los últimos meses un ‘activismo monetario’ de quienes exigen mayores recortes en la TPM. ¿Comparte?
Hay que considerar, primero, que las tasas de interés en términos reales -si uno descuenta la inflación esperada a la tasa nominal- en el mundo están muy cercanas a 0% , por lo tanto hay efectivamente un debate a nivel global sobre si hay un impacto en las principales variables del gasto agregado. Particularmente en Chile, creo que podemos tener muchos costos de seguir bajando la TPM en demasía y sin beneficios.
¿Por qué?
Porque la tasa de interés en este momento no impactaría en la inversión, que es el principal problema que tiene la economía chilena, con tres años consecutivos con caídas en este ítem. Y podríamos tener un cuarto año según mis proyecciones. No hay un impacto ni siquiera acotado de la tasa de interés sobre la inversión, porque las decisiones de inversión no se están tomando por esa razón, sino que por las expectativas.
¿Y en el consumo?
Puede haber algo en el margen, pero hay que tener mucho cuidado, pues al momento de corregir ese estímulo, como está enfrascado EE.UU., eso toma tiempo. De todas formas creo que acá habrá dos recortes más en el año, pero eso tiene que ver con el ancla de llevar la trayectoria de la inflación esperada -actualmente entre 2,6% y 2,8% hacia la meta del 3% y están las condiciones de acomodar las tasas a la baja para conseguir ese objetivo.
Todo país tiene sus ciclos económicos. Chile no es ajeno a ello. No existen gobiernos que puedan modificar ese hecho de la causa. Puede ser que cuando los países comienzan a ser prósperos o más ricos, comienzan a brotar los zánganos que quieren todo gratis y sin esfuerzo solo por existir, y políticos que quieren ganar votos y privilegios prometiéndolo. Puede ser que la comodidad, cansancio o conformismo lleguen a quienes antes habían impulsado la economía. Tal vez una combinación de todas las anteriores. Lo cierto es que por cada periodo de crecimiento debe venir uno de estancamiento o bajada. Ley natural de vida. También pueden venir eventos externos que sean ajenos a la gestión del país.
Como sea. Estamos en uno de esos periodos de destrucción creativa, o ad portas de el. Se crece hasta un nuevo máximo, se desploma a un mínimo superior al anterior para reconstruir y volver a marcar nuevos y mayores máximos. Así es como la civilización occidental ha pasado de ser habitantes de cavernas a manejar autos eléctricos. Ciclos repetitivos de construcción y destrucción. Lo único que tienen que hacer los gobiernos es evitar que los desplomes sean tan catastróficos que entres en un periodo de oscurantismo donde sólo se confía en artículos físicos de intercambio y nada en las instituciones de gobierno, o su dinero o deuda, ejemplo, Venezuela.
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