18 mayo, 2017

Filtración a Rusia golpea a comunidad de inteligencia y complica a Trump

 

@latercera

El Presidente estadounidense, Donald Trump, tuvo que defenderse este martes ante otra polémica por sus contactos con Moscú al destacar que compartió información sobre terrorismo con funcionarios rusos porque estaba en su derecho a hacerlo, frente a revelaciones de que divulgó material clasificado sobre el Estado Islámico.

Apenas una semana después de que se desatara la tormenta política por el despido del ex director del FBI, James Comey, que investigaba la supuesta injerencia rusa en las elecciones de noviembre, el lunes estalló otra crisis en la Casa Blanca tras un artículo del diario The Washington Post que aseguraba que Trump había compartido información altamente secreta con el canciller ruso Sergei Lavrov.

Trump recibió el miércoles de la semana pasada en el Despacho Oval a Lavrov y al embajador ruso Sergei Kislyak y admitió que compartió con él información sobre el terrorismo del Estado Islámico, al enfatizar que tiene el “derecho absoluto” de hacerlo. Este reconocimiento lo hizo un día después de que sus asesores negaran lo publicado por el Post.

“Como Presidente quería compartir con Rusia (en una reunión programada oficialmente en la Casa Blanca), lo que tengo el derecho absoluto de hacer, hechos relacionados con el terrorismo y la seguridad de vuelo de las líneas aéreas”, tuiteó el mandatario. Además, alegó que lo hizo por “razones humanitarias”, porque quiere que “Rusia intensifique su lucha contra el EI y el terrorismo”.

El artículo del Post, revela que Trump proporcionó a Lavrov información relacionada con la posibilidad de que los yihadistas del EI utilicen computadores portátiles para realizar algún tipo de ataque terrorista en vuelos comerciales.

The New York Times aseguró que la información secreta que Trump compartió con Rusia había sido aportada por Israel y que este país ya pidió a Washington que sea cuidadoso con los datos de inteligencia a que tiene acceso el Presidente.

El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso también desmintió la supuesta revelación de información secreta estadounidense y habló de “otra noticia falsa” publicada por los medios de EE.UU.

Poco después, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, teniente general H.R. McMaster, aseguró que él estuvo presente en la reunión con Lavrov y que Trump no hizo nada “inapropiado” ni puso en riesgo la “seguridad nacional”. Según McMaster, que compareció la noche del lunes y nuevamente ante los periodistas, la información que Trump dio a Lavrov fue “totalmente apropiada” dado el contexto y los objetivos del mandatario. Sin embargo, el asesor no respondió a una pregunta sobre si la información compartida por Trump era o no secreta.

Si bien el Presidente no tiene prohibido por ley ventilar secretos de este tipo, sumó otro problema tras el abrupto despido de Comey. Además, sus rivales hicieron notar que fue el propio Trump quien en su momento acusó a su contrincante, Hillary Clinton, de haber arriesgado la difusión de informaciones confidenciales a través del uso de su cuenta de e-mail privada cuando era secretaria de Estado y haber cometido con ello un delito.

Cinco ojos

La desclasificación de información golpeó duramente a la comunidad de inteligencia. Esto porque violó dos máximas: nunca desclasificar más de lo necesario y nunca poner en riesgo a una fuente. La cadena CNN señaló que funcionarios de la administración Trump contactaron a la comunidad de inteligencia luego de la reunión con Lavrov para revisar el nivel de los asuntos que fueron discutidos.

Según CNN, quien se mostró alarmado por el asunto fue el asesor de seguridad, Thomas Bossert, quien al leer un resumen del encuentro se dio cuenta qué era lo que se había discutido en la reunión.

En ese sentido, el diario The Guardian explicó que Estados Unidos pertenece a la Alianza de los Cinco Ojos (compuesta además por Reino Unido, Australia, Canadá y Nueva Zelanda), una suerte de ojos y oídos de Occidente en el marco del espionaje. Además, señala que en Medio Oriente no existe gran estima por Rusia, ni tampoco confianza, por lo que pocos países en el Golfo les gustará que Rusia conozca sus secretos.

A nivel interno, la desclasificación de información molestó a los políticos.

De acuerdo con CNN, existen cuestionamientos entre los mismos republicanos sobre el caos existente en la Casa Blanca. A tanto ha llegado esto que las declaraciones de McMaster tenían  como fin “calmar a los republicanos en el Capitolio”. Por ejemplo, John McCain, presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, señaló que los informes “son profundamente perturbadores”, ya que envía una mala señal a los aliados estadounidenses y a sus socios y puede “perjudicar su deseo de compartir inteligencia en el futuro”.

Mientras que el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, dijo que la “turbulencia desatada por la Casa Blanca estaba poniendo en peligro los planes del partido para explotar las mayorías en el Congreso”.

Obviamente esto es un ataque concertado del establishment americano que no quiere cambios al status quo actual, y van a colocar a Trump en posición defensiva ante cada torpeza, y no es que esté necesitando mucha ayuda en ello.

La supuesta intervención de Rusia ha sido negada incluso por Obama, y continuar con estos alegatos es simplemente para distraer a la administración actual y evitar que continúe e impulse los cambios que comprometió.

Porqué esto es importante para Chile?

Aparte de provocar un revuelo, momentáneo, en los mercados desarrollados que descontaban que la agenda pro empresa de Trump se iba a concretar o avanzar antes del periodo de vacaciones, también es el hecho de que las élites políticas se comportan igual en todos lados. En el momento en que algún candidato electo quiera hacer las cosas que se deben hacer, como bajar los gastos de gobierno, quitar los privilegios relacionados al cabildeo o al ejercicios de los cargos, limitar los periodos de re elección, sin olvidar bajar los impuestos que puede ser algo más transversal en apoyo,  todo el aparataje político se va a ir en contra de esa administración. Incluidos sus propios colegas de partido o tendencia.

Nadie puede cambiar la política desde adentro. Es imposible. La única forma en que se puede lograr esto es después de una catástrofe social o económica una vez que ya la clase política vigente ha arruinado a un país y llega sangre completamente nueva.

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