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Ayer, el Salón Montt Varas del Palacio de La Moneda recibió invitados no muy acostumbrados a los pasillos de la casa presidencial. Grandes personeros bancarios fueron testigos de la firma que la presidenta Michelle Bachelet estampó en el proyecto más importante de la industria en, al menos, dos décadas.
La mandataria ingresó al Congreso los cambios a Ley General de Bancos, la que busca elevar los estándares de la banca chilena a los de los países más desarrollados. Lo hizo a nueve meses de que su mandato finalice y casi con un año de retraso, con los tiempos legislativos al rojo.
Con una reforma al sistema de pensiones que, según informó la Presidenta, ingresará en julio al Parlamento, y otras leyes que se espera sean despachadas, una de las preocupaciones es qué tanto puede avanzar la iniciativa conocida como Basilea III en este periodo.
Sin embargo, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, no tiene dudas en que la nueva Ley verá la luz durante este gobierno.
“La tramitación va a depender evidentemente del Congreso, pero también de nosotros. Vemos una excelente disposición. Esto va a entrar por la Cámara de Diputados y hemos ya acordado con el presidente de la Comisión de Hacienda, el diputado Ortiz (José Miguel), en tener reuniones semanales para esto y vemos de varios diputados una muy buena disposición, para avanzar de manera rápida, pero también con el cuidado necesario en este ámbito”, sostuvo.
De hecho, serán tres sesiones a la semana que sostendrá el jefe de la billetera fiscal con los parlamentarios de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja, los que, de acuerdo al diputado miembro de la instancia, Pablo Lorenzini, comenzarán este miércoles, día en que se evaluará por primera vez la iniciativa.
La pretensión de Valdés es que se aprueben los proyectos que están a la espera, como el de intendentes y la propia nueva Ley General de Bancos, para debatir con más tiempo la reforma previsional y el Presupuesto del próximo año, para los que se prevé una áspera y discusión legislativa.
Comisión para el Mercado Financiero
El retraso de un año del envío del proyecto, anunciado por el ministro Valdés en el ChileDay de Londres del año pasado, fue consecuencia de que entró en la fórmula la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), el cual absorberá a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), y también a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF).
“Fortalece la estabilidad financiera del sistema bancario chileno y además fortalece la institucionalidad del regulador y al supervisor bancario”, dijo el superintendente de Bancos, Eric Parrado.
Así, la nueva LGB no sólo elevará los ratios de capital exigidos a la banca (ver tabla), con el objetivo de alcanzar los niveles de Basilea III, sino que además la regulación del sector quedará bajo el alero de la nueva CMF, la cual será dirigida por cinco miembros colegiados, los cuales serán encargados de sancionar y determinar políticas generales de fiscalización.
En otro punto relevante, la nueva legislación moderniza los mecanismos de regularización bancaria, en caso de que una entidad entre en insolvencia. Entre esas medidas la reforma incluye la capitalización preventiva, para los bancos que muestren señales de insolvencia.
También se cambiarán los parámetros de la garantía estatal para los depósitos a plazo. De máximo de UF 108 por persona natural, por la totalidad de los depósitos en el sistema, a un máximo de UF 200 por banco, con un tope máximo de UF 400 por persona natural.
Uno de los hechos más subvaluados en el ámbito financiero y del dinero es que el negocio bancario clásico de crédito es intrínsecamente insolvente.
Si tomas depósitos redimibles de inmediato y los colocas en créditos que retornaran en años, basta solo un pequeño pánico para quebrar un banco. No sirve de mucho que aumentes un poco el respaldo del encaje, que es la cantidad de dinero que tienes para cubrir los retiros.
Existen momentos en la historia en la cual se puede confiar en la banca, y en otras en las cuales simplemente tienes que sacar tu dinero y colocarlos en activos.
Por el momento mantener el dinero en la banca es seguro, sobre todo si está en cuenta corriente que es completamente garantizada por el estado, al menos en Chile a diferencia de los depósitos que tienen un límite.
La única manera real de disminuir el riesgo de la banca es separar las ramas de inversión de las de crédito tradicional y prohibir que los bancos que reciben depósitos coloquen el capital de sus clientes en instrumentos de riesgo, solo en créditos y similares.
También hay que recordar que cuando colocas dinero en un depósito a plazo, el dinero dejó de ser tuyo. Es del banco, que ahora tiene una deuda no garantizada contigo. Y como cualquier entidad que mantiene deudas, puede quebrar.
Hasta ahora en la época moderna se ha intentado evitar el riesgo de pérdida para los depositantes en las economías desarrolladas o con institucionalidad seria cuando un banco entra en problemas de solvencia.
El último intento fue castigar a los accionistas con cero retorno por sus inversiones en la liquidación, lo que no sucede en ningún otro ámbito.
Desde ahí a los tenedores de bonos y finalmente a los depositantes es un solo pequeño pánico de por medio.
Me impresiona mucho que la situacion de los bancos chilenos sea tan fragil...pensaba lo contrario..sobretodo luego de la crsis de 1982 donde todos se blindaron.
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