@DF
Uno de los temas que más preocupa a las autoridades hoy es la falta de empleo, en especial ante el lento pero persistente aumento que ha registrado la desocupación, que llegó a 7% en marzo-mayo de este año, su mayor nivel desde mediados de 2016. Sin embargo, hay un área de la economía chilena que está pidiendo a gritos más profesionales: la de la tecnología.
El gran problema es que no los encuentra, lo que supone toda una paradoja dada la violenta penetración de las tecnologías móviles y transformación digital en los últimos años tanto a nivel usuario como al interior de las empresas.
De acuerdo a estimaciones de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI), Chile necesita unos trece mil profesionales TI anuales y el mercado apenas ofrece seis mil.
Un déficit que bajo la mirada de Cisco IDC Skills Gap 2016 llegará a 31% de profesionales TI para 2019, lo que implica unas 19.513 vacantes, específicamente en las áreas de ciberseguridad, cloud, IoT, big data y tecnologías de video.
Un estudio realizado por AIEP para ACTI en 2014 calculó que la falta de especialistas TIC bordea al 25%, y estimó que existirá una alta demanda de titulados en el mediano y largo plazo, que implica unos 94.350 técnicos y profesionales del área TIC.
Se trata de “pegas” bien remuneradas. La plataforma de gobierno, www.mifuturo.cl, muestra que la empleabilidad promedio en esta área es de 93,8% y el ingreso promedio al 4° año de trabajo supera $ 1.200.000.
Otro patrón interesante o más bien preocupante es la escasa presencia femenina en este mercado. La ACTI advierte que apenas el 4,5% de los trabajadores TIC son mujeres. “Y ellas tienen mucha habilidad en este ámbito”.
El rol de la academia
El problema adicional que enfrenta este mercado laboral es que la calidad de los profesionales se asume lejos de lo que requieren las empresas.
“Para poder cubrir esas necesidades, se está recurriendo a profesionales de otros países de la región, especialmente argentinos y venezolanos que cuentan con buenas formaciones académicas y pueden conseguir en Chile mejores rentas que en sus países de origen”, explica Federico Morello, socio de Technology de PwC.
En ese contexto, las miradas apuntan directamente a institutos y las universidades. “No hay un alineamiento en las mallas formativas (...) Los egresados vienen con una formación que no conversa con lo que pide la industria. La educación chilena tiene un sesgo hacia el humanismo”, dice Román.
El country manager de Thomson Reuters en la región Sur-Andina, Federico Liutvinas, coincide con estas opiniones y también critica la “lentitud en la evolución académica”. Sin embargo, apunta a “la barrera idiomática del inglés”.
Según al Índice de Dominio de Inglés de Education First (EF), el país se ubicó en la posición número 42 entre 72 economías en 2016, una baja en relación el puesto 36 del año anterior.
Cartas en el asunto
Pero no todos son tan críticos con las universidades. Si bien el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran, no exculpa del todo a la academia, también apunta al sector privado.
“Los tiempos de formación profesional son más largos que los tiempos en que están ocurriendo los cambios tecnológicos. También hay parte de la responsabilidad en la industria, que no se vincula con las instituciones de educación o, bien, que no ha sabido transmitirles sus necesidades. Sabemos de la desconexión que existe entre el mundo productivo y la educación”, dice.
Las universidades están al tanto. Muchas de ellas, de hecho, han creado nuevas carreras y subido los cupos para aquellas que son TI.
“Sin embargo, el incremento es gradual, pues se ve limitado por la infraestructura para recibir a los nuevos estudiantes. Por otra parte, el incremento va asociado a una baja en los puntajes de ingreso, por lo cual no necesariamente un aumento en el número de vacantes significa igual alza en el número de profesionales titulados”, advierte el director de I+D+i+e de Ingeniería 2030 de la PUCV, Rodrigo Alfaro.
Consciente de este escenario, Bitran revela que durante los últimos tres años la Corfo ha impulsado iniciativas para fortalecer la relación academia-mundo privado con el objetivo que en el mediano plazo se traduzca en un aumento en la productividad del país. La Corporación ya trabaja con el Mineduc, Sence y ChileValora para establecer el Marco Nacional de Cualificaciones para la Educación Técnica Profesional.
Y hay más. El Centro de Investigación y Desarrollo (I+D) de Telefónica –proyecto apoyado precisamente por Corfo- anunció esta semana que propuso una malla curricular inédita para la carrera de Ingeniería en Computación e Informática, profesión que para 2019 se calcula en cerca de 20 mil vacantes disponibles para profesionales TI.
La iniciativa busca servir de apoyo al trabajo de diseño de mallas curriculares de al menos 19 universidades e instituciones de educación superior que impartirían esta carrera.
En tanto, IDC e Inacap anunciaron esta semana la firma de un acuerdo para contribuir al acercamiento de la academia con la industria TIC. Esta alianza permitirá a alumnos y profesores acceder a la información que provee la consultora, e IDC por su parte estará en contacto con los académicos y estudiantes que se están formando y perfeccionando en temas de tecnologías de la información.
Es crítico en este tiempo y circunstancias el que las habilidades de los trabajadores, actuales y futuros, sufra un upgrade.
La tecnología de hoy es radicalmente diferente incluso a la de 10 años. Tal vez no en lo medular, pero si en la interacción con los usuarios. Y desafortunadamente una gran parte de la población laboral no ha actualizado estos conocimientos o actitud hacia la tecnología. Ayer, conversando con el taxista que me traía desde el aeropuerto, criticaba ácidamente a Uber, diciendo que iba a colapsar a la sociedad y que si lo usabas eras un delincuente…
Y su solución era quemar todos los autos que hicieran traslados de este tipo…
No era copiar lo bueno de la plataforma. No era facilitar la interacción con los potenciales clientes. No era aumentar la seguridad para el conductor y pasajero al estar identificados y rankeados ambos. No era facilitar el pago a través de tarjetas y alternativas de pago. No. Era destruir la competencia con violencia o con leyes sin preocuparse de cual es la tendencia actual de la sociedad.
Lamentablemente esto sucede con cada cambio tecnológico y se produce un gran desempleo por gente que no tiene las competencias para interactuar en una nueva realidad.
Y eso se ve en todos los niveles de empleo.
La preocupación debería ser en como logramos que los trabajadores actuales se incorporen a estos cambios e interacción con las tecnologías digitales. Y no estamos hablando de redes sociales sino de como interpretas el trabajo y tu puesto en un contexto de alta conectividad e instantaneidad.
Si generamos expertos en TI desde los institutos y universidades es un poco secundario al hecho de que hagamos el upgrade de los actuales empleados y fuerza laboral general.
Caso contrario vamos a tener un enorme desempleo (que se va a producir igual) por mucho tiempo y con condiciones muy difíciles para aquellos que no se adaptaron.
En Europa, una sola persona veía en recepción un hotel con cientos de pasajeros. Un restaurante saturado tenía un solo garzón que tenía un pad conectado directamente con la cocina y la atención era cosa de 5 minutos máximo, y no era comida rápida, era a la carta y de excelente calidad. No había gente en una sala de un mini market, solo tu y las pistolas para chequear tu compra. Obviamente esto requiere también confianza. Pero la simplicidad para el usuario hace que todo funcione muy eficientemente en la medida en que esos usuarios estén adaptados al ambiente tecnológico.
Si no realizamos este upgrade de manera urgente, realmente no podemos competir en los mercados mundiales.
Dos anecdotas. La primera es que ayer tomé una calle a contrasentido porque la señalización no estaba en el lugar correcto, y luego, fijándome más me di cuenta que no era un caso aislado y que sin la interpretación humana, me pararía en seco en la Avenida Kennedy por encontrarme con un disco Pare a mi derecha cuando debería estar a la derecha de la calle emergente...y tantos otros casos que haría imposible que un auto autónomo pueda circular en Chile.
ResponderEliminarLa segunda es que hace dos semanas, el gerente general de ENEL, con un buen CV, era panelista de un seminario de innovación de Icare sobre inteligencia artificial. Una semana después de discursar sobre la importancia de la IA, viene la nevazón en Santiago y miles de hogares quedan sin luz por días.
La tecnología de la cual hablamos ahora es la de los algoritmos, de la automatización de la toma de decisiones, de la modelización de la vida humana y no basta con formar y contratar a los profesionales adecuados para alcanzar el nivel, sino que el retraso ya está en la situación actual. Muchas países siguen demasiado "humanos" (otros dirán despelotados) para dar el salto algoritmico de modo que la brecha se va a agrandar más y más. ...al menos obviamente que ocurra el gran reseteo que no deje todos un poco más iguales.
Este anuncio lo vengo escuchando hace mas de 10 años y el resultado es el mismo: Miles de personas estudiando estas carreras IT para luego ganar una cagada y encontrarse con que el mercado esta saturado.
ResponderEliminarSe parece mucho a los anuncios de LUN cuando dice que faltan ingenieros en minas.
Este anuncio lo vengo escuchando hace mas de 10 años y el resultado es el mismo: Miles de personas estudiando estas carreras IT para luego ganar una cagada y encontrarse con que el mercado esta saturado.
ResponderEliminarSe parece mucho a los anuncios de LUN cuando dice que faltan ingenieros en minas.