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La gran rotación podría estar por ocurrir. Las apuestas al flujo de dinero que abandona los bonos y va a las acciones no dieron resultados este año, en tanto los rendimientos bajos mantuvieron con vida la fiesta de la deuda global. Pero hay una señal de que los mercados podrían estar al borde de un cambio tras la crisis: en lo que va de este año, las acciones presentaron un retorno ajustado por el riesgo más elevado que el de los bonos.
La rentabilidad móvil de cinco años de las acciones globales superó a la deuda pública estos últimos tres meses ponderado por la desviación estándar de ganancias, de acuerdo con Credit Suisse. Esto aumenta las probabilidades de que el dinero vaya a las acciones, posiblemente a expensas de la deuda.
"Los flujos acompañan el desempeño, y sabemos que los inversinistas minoristas estadounidenses son menos sensibles a las tasaciones que los inversores de dinero inteligente", dijo en entrevista telefónica Robert Griffiths, estratega de acciones del banco con sede en Londres, en referencia a los inversores institucionales. "De mantenerse un par de trimestres más, el aumento de los retornos totales de las acciones eleva la perspectiva de llegar a un punto de inflexión en la asignación de activos a favor de las acciones".
George Pearkes, estratega macroeconómico de Bespoke Investment Group, dijo: "Los retornos más altos ajustados por el riesgo para las acciones deberían atraer flujos de entrada, y por nuestro trabajo sabemos que los estadounidenses están relativamente poco expuestos al mercado".
El mejor desempeño de los bonos desde la crisis financiera, la aversión al riesgo y normas hostiles a las acciones ayudaron a generar una preferencia por la renta fija.
Los fondos globales de bonos —que incluyen obligaciones de gobiernos y de alto rendimiento— registraron flujos de entrada netos por US$ 1,3 billón (millón de millones) desde 2009, mientras que las acciones recibieron US$ 600.000 millones, menos de la mitad, según Jefferies Group, que citó datos de EPFR Global que reflejan las participaciones entre fondos comunes de inversión y fondos que cotizan en bolsa.
En el primer semestre, los fondos de bonos recibieron US$ 204.000 millones y las acciones, US$ 167.000 millones. Una inyección de US$ 107.000 millones a la renta fija en el segundo trimestre fue la más alta registrada desde 2002, afirmó Jefferies. Y esto se dio pese al temor a que suban los rendimientos globales.
Elevar asignaciones para acciones
Sin embargo, el aspecto técnico se ve bien para los flujos hacia los mercados bursátiles pese a las quejas de los inversores por las tasaciones, según Credit Suisse. El menor número de giros en las acciones estadounidenses este año debería inspirar a los fondos de pensiones y a los operadores sistemáticos que miden el riesgo según la volatilidad efectiva a elevar sus asignaciones para acciones a expensas de los bonos, según el banco.
Cierto es que los participantes del mercado calculan que los flujos de deuda seguirán siendo fuertes gracias a una inflación limitada, los retornos bajos sobre los productos de ahorro y el envejecimiento de las poblaciones. Lo que es más importante, los flujos de entrada a cada clase de activos no son mutuamente excluyentes gracias al exceso de ahorros.
Pero los alcistas de las acciones que se pusieron nerviosos por la larga reducción de la suma destinada a esa clase de activos en el último decenio podrían hallar consuelo.
"No va a darse un gran pase de los bonos a las acciones, y los rendimientos de los bonos tendrían que subir mucho sus precios para que eso sucediese", dijo Griffiths. "Sin embargo, hacía mucho que las condiciones para un aumento relativo de las asignaciones para acciones no eran tan buenas".
Este artículo, bien escondido en las páginas del diario, destaca el ámbito más importante para la sobrevivencia financiera en los próximos años.
Y este es el volcamiento del capital de los bonos gubernamentales hacia activos privados.
La deuda de gobierno detonada por las pensiones, que ya está haciendo estragos a nivel de municipios o estado en USA y pronto en el viejo continente, va a ser un activo extremadamente peligroso. Porque ante una crisis, el mantra actual es que los bonos soberanos son el refugio, particularmente los de países “sólidos” y por lo tanto en un primer momento parecerá que todo se mantiene tal cual ha sido hasta ahora por el último medio siglo.
Dar la importancia que merece a este muy importante y de bajo perfil artículo. Aunque el argumento vaya por la línea de la saturación de los bonos y el mejor perfil de rentabilidad de las acciones. Esas son generalmente explicaciones ex post a los eventos, como casi todos los análisis financieros o económicos, que reconocen una realidad ya en curso y que tratan de explicar. Uno esperaría como en casi todas las ciencias duras un proyección o estimación científica. Como eso no va a pasar, basta por ahora saber que el mercado y los analistas están reconociendo lentamente esta rotación desde bonos hacia acciones.
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