El contraste entre ambas fotos ha inundado las redes sociales. En 1990, el primer gabinete de la nueva democracia, formado exclusivamente por hombres uniformados de traje negro y camisa blanca. Una foto que parece en blanco y negro hasta que uno repara en el pasto verde o los tonos apenas diferenciables de las corbatas.
En 2022, la foto del nuevo gabinete, en cambio, está repleta de colores: azul, amarillo, naranja, rosado, verde, con una mayoría de mujeres y un par de niños que se cuelan en la imagen.
¿Aparte de la estética, hay algo relevante en este contraste?
Para responder, hay que hablar sobre las élites.
Por más ilusiones que algunos se hagan, no será “el pueblo” ni “los ciudadanos” quienes entren a La Moneda el 11 de marzo. Será, como siempre, una élite. Según Joseph Schumpeter, la democracia es un mecanismo por medio del cual el pueblo elige, entre élites en competencia, cuál de ellas lo va a gobernar.
La pregunta, entonces, es ¿cuál élite?
Desde 1990 hubo idas y vueltas. Un gabinete sólo de civiles fue un avance gigantesco hace 32 años. También lo fue el fugaz gabinete paritario de Bachelet en 2006. Los cambios políticos de 2010 y 2014 oxigenaron y renovaron elencos.
En 2018, Piñera formó un “gabinete de familiares y amigotes”, como lo definió el cientista político Javier Sajuria: 16 hombres y apenas siete mujeres. Diecinueve santiaguinos y sólo cuatro de regiones. Catorce de 23 ministros egresados de la misma universidad (la Católica). Ninguno de ellos salido de un colegio público. Sólo dos de la educación subvencionada. Y 17 exalumnos de un pequeño grupo de colegios católicos de élite del barrio alto, como el Tabancura, el Saint George, Sagrados Corazones de Manquehue o San Ignacio de El Bosque.
Siete de los ministros, además del propio presidente, eran parientes entre sí, primos en algún grado al descender del mismo tronco de la familia Larraín.
Mientras la sociedad chilena se hacía más diversa, abierta y compleja, el sistema político se refugiaba en una endogamia cada vez más lejana a esa ciudadanía a la que aspiraba a representar.
Según Vilfredo Pareto, con el paso del tiempo las élites dominantes pierden vigencia, se corrompen y se hacen propensas a ser desplazadas por un nuevo grupo dirigente. Cuando estas intentan atrincherarse en el poder, impidiendo lo que llamó “la circulación de las élites”, aumenta el conflicto social.
¿Suena conocido?
Esta clase política entrante es nueva en lo generacional. En marzo tendremos el poder millennial en pleno: un Presidente de la República de 36 años de edad, una ministra del Interior de 36, una vocera de gobierno de 33, un secretario general de la Presidencia de 35, una presidenta de la Convención de 40 y un vicepresidente de 31.
Es, también, fuertemente femenina. Por primera vez en la historia de Chile tendremos una ministra del Interior. Las mujeres serán mayoría en el gabinete (14 a 10), en el comité político (tres a dos), y liderarán carteras tradicionalmente asociadas al poder masculino en la diplomacia, las Fuerzas Armadas y los tribunales: Relaciones Exteriores, Defensa y Justicia. También avanzan en el Congreso: en marzo, Chile pasará del puesto 101º al 42º en el ranking mundial de presencia femenina en el Poder Legislativo.
Lamentablemente, la clase, la herencia y el apellido siguen teniendo un gran peso, pero hay avances en diversidad de origen social. Los pueblos originarios siguen casi excluidos y el centralismo aún ronca fuerte (los santiaguinos son dos tercios del gabinete), pero los lugares de residencia pasan de Las Condes y Vitacura a comunas como Ñuñoa, La Florida y Santiago. 74% de los nuevos ministros egresaron de universidades públicas (con Piñera fue el 18%). Y hay una ministra y un ministro abiertamente pertenecientes a la diversidad sexual.
La mitad del nuevo gabinete proviene de colegios particulares, un cuarto de subvencionados y el cuarto restante, de liceos públicos. Sólo el privado Saint George y el Raimapu, subvencionado de La Florida, tienen más de un egresado. Los demás, estudiaron en lugares tan distintos como el Liceo 7, el Instituto Nacional, La Girouette, el Liceo Andrés Bello de San Miguel, el Craighouse o el Instituto O’Higgins de Maipú.
¿Importan estos datos biográficos? Claro que sí.
Y es que la élite intenta presentarse a sí misma como hija del mérito. Esa “minoría excelente”, de la que hablaba el mismo Pareto, o el “gobierno de los mejores” del que presumía Piñera. Pero cuando esa minoría se selecciona solo desde un claustrofóbico Club de Toby de compañeros de colegio, primos y amigos, sabemos que su excelencia es una ilusión. Abrir puertas y ventanas a la diversidad de géneros, identidades sexuales y orígenes sociales es indispensable para reducir el abismo que existe entre representantes y representados, entre el pueblo que mandata y los dirigentes encargados de cumplir ese mandato.
Y hay un último punto relevante. La homogeneidad de las capas dirigentes fomenta el pensamiento de grupo, descrito por el sicólogo Irving Janis como el exceso de confianza que entrega el consenso en grupos homogéneos, que empuja a personas inteligentes a tomar decisiones irracionales. Un fenómeno al que Irving atribuyó desastres como Vietnam o Bahía Cochinos.
Es imposible entender la ceguera con que la clase dirigente se precipitó al abismo del estallido, sin tomar en cuenta ese factor: un pensamiento de grupo enclaustrado y autocomplaciente, incapaz de ver, y mucho menos de entender, lo que estaba ocurriendo en su propio país.
Si exdirigentes estudiantiles de edades, ideas e historias similares copan la cúspide del poder del nuevo gobierno, correrán ese mismo peligro. En cambio, la diversidad de orígenes, profesiones, ideologías y experiencias de vida en los lugares de toma de decisión es el antídoto más eficaz contra el pensamiento de grupo.
Es por todo eso que esa foto en colores sí importa, y mucho. Porque liderar una sociedad compleja y diversa como la chilena ya no es una tarea que pueda hacerse en blanco y negro.
Que interesante artículo…
Una élite en alguna gobernanza tiene que ser diversa, representativa e inclusiva para hacer un buen trabajo, en relación a una compacta y cerrada?
Mejor pregunta aún…
PUEDEN SER DIVERSAS E INCLUSIVAS??
NO…
No pueden serlo.
Eso es algo que los progres no entienden.
No les entra en la cabeza no cis patriarcal diversa deconstruida que la diversidad no tiene ninguna cabida en una élite, o en cualquier grupo humano afín que se junta para un objetivo común, como dirigir una empresa.
No tienes que ser diverso e inclusivo para hacer cosas buenas para diferentes grupos. No tienes que ser un gay para representar magistralmente en una película a uno. No tienes que haber tenido cáncer o un infarto para ser un gran cirujano cardiaco. No tienes que haber operado maquinaria pesada para tener una empresa de construcción.
Además, hay algo que es extremadamente relevante en las élites.
Basan sus círculos en la extrema confianza. Y eso significa que comparten valores. Todos ven las cosas de una misma manera, o en realidad, con los mismo anteojos valóricos y éticos.
Es por esta razón que NO PUEDEN SER DIVERSAS E INCLUSIVAS.
Cuando un gabinete, o directorios para todos los efectos, tiene puros parientes y amigos de colegio, universidad y de la vida, no es por un tema de nepotismo o amiguismo, al menos no necesariamente. Es un tema de CONFIANZA.
Cuando contratas a gente de tu universidad, no lo haces por amiguismo o nepotismo. Es porque confías en que la dificultad de la carrera que cursaste te garantiza un nivel base de competencias y habilidades, y que compartes similares valores. Eso alguna vez lo conversé muy coloquialmente con un ex gerente general de una de las mayores corporaciones del país, y me hizo mucho sentido por el cual en una empresa son todos de una universidad y una carrera, al menos los que están en posiciones de poder. Que es el caso que presenta Matamala con los anteriores gabinetes.
Y este nuevo gabinete es exactamente igual que todos los anteriores en términos de élites y la selección de ella. Puros amigos en el círculo cercano, y referenciados de éstos en quienes confían desde ese círculo cercano.
ALWAYS WAS, ALWAYS WILL BE.
Cuáles son los valores de este círculo?
No la diversidad ni la inclusión sin duda. No están correctamente representados aquellos que creen que los ministros y el presidente deberían estar impecablemente vestidos para una presentación formal y no como payasos con ropa barata y con cabros chicos gritando y pataleando por todos lados for kresit seik.
Hay algo preocupante en eso.
La forma de vestirte y presentarte respecto de ocasiones específicas dice mucho de tu personalidad, y de tu sofisticación y por ende de tu capacidad de enfocarte en detalles y por lo tanto en la excelencia de tu ejecución.
Y especialmente, el respeto hacia tus clientes, socios, directores, colaboradores, proveedores y público en general.
No te colcas un terno y una corbata en una presentación pública porque sea lo más cómodo posible. Te la colocas como señal de respeto hacia tus interlocutores. El protocolo de hecho es eso. Una serie de reglas y conductas que generan el que todos estén relativamente seguros que están respetando adecuadamente y hasta donde es razonable y posible hacerlo las costumbres de todos.
Por eso lo protocolar es fome. Tiene que serlo.
Esta es una élite. Cerrada. No diversa ni inclusiva. Tal como todas las élites de la historia.
Una chacrienta. Con mínima cabida, y tal vez solo como el mal necesario que es la formalidad protocolar en su mínima expresión, para valores conservadores representada en Marcel.
Con cero respeto a los protocolos y formalidades propias de un cargo.
No puedes pre evaluar el desempeño por la pinta…
Pero te puedes hacer una idea perfecta de como potencialmente será.
Una chacra desastrosa. Y peor aún, soberbia.
Que es lo que demuestra esta ceremonia. Soberbia.
Nos pasamos por el trasero a todos, voy como quiero y hago lo que quiero. La falsa empatía que declaran en todos sus comunicados progres se la pasan por el trasero cuando cuenta.
Todos pasamos por esa etapa rebelde cuando jóvenes donde hacemos puras huevadas, porque somos awesome¡¡. Y también nos damos cuenta que en la vida real, especialmente cuando vas a lidiar con otras élites diferentes a las que representas, y vas como mamarracho y te miran de arriba a abajo cuando quieres cerrar un negocio, que las cosas no funcionan como pensabas que eran. No eres el centro del universo y nadie gives a shit about you.
Esa es otra gran lección de vida, igualmente enseñada por un gerente general en relación a esas pendejadas.
Hizo un experimento para demostrarme algo en relación a esto. Hizo un llamado al gerente general de una compañía solo diciendo su nombre. Nadie lo pescó ni le dieron bola. Llamó de nuevo diciendo que llamaba el gerente general de X compañía. Pasó directo al teléfono de la oficina del CEO.
No estás representándote a ti mismo. Estás representando a una institución. Tu poder de fuego es debido la imagen corporativa justo en tu cabeza. Por eso no puedes presentarte con poleras con hoyos o guayaberas cumbiancheras cuando vas en representación de tu empresa. Y por eso tengo tanto respeto y admiración por los que forman empresas de cero.
Se imaginan a Boric con pelo en pecho cerrando un trato con Putin o Xi?? O hasta con Brandon??
Asumo que es la juventud, aunque tampoco tan jóvenes, ya están bien peludos, pero si especialmente la falta de experiencia en situaciones donde te das cuenta de estas cosas dado que saltaron de la universidad a la política, y por ende de vivir de los padres biológicos a vivir del padre estado.
Va a ser un curso intensivo.
A costa de todo el país.
Tal vez en el futuro lejano, y después de esas experiencias disruptivas en sus hasta ahora extremadamente burguesas y malcriadoras vidas, si representen una buena élite forjada en los problemas que esperemos superen satisfactoriamente.
Una frase de Confucio probablemente anticipadora en miles de años de las huevadas progres que ya nos agobian y que casi con toda seguridad nos van a inundar en los próximos años, partiendo por la convención constitucional.
No hay cosa más fría que un consejo cuya aplicación sea imposible
Casi toda la ideología y huevadas progres se resumen en esa brillante y milenaria frase.
Me gusta mucho la fórmula 1...Como los pilotos llevan al límite la física de sus carros y sus cuerpos!!!
ResponderEliminarHay cabros muy talentosos y solo 20 pueden correr ahí.
Hay un piloto que se llama Lance Troll, llevará unos 6 años en la F1 y nunca ganó una carrera pero el detalle es que su papá es el dueño de la escudería Aston Martín y eso le asegura un asiento.
Así es la vida, el nepotismo. Las reglas están hechas para que mande el parentesco y el vil dinero.
Y claro que hay weones con ataque porque se supo que fuera de los círculos de poder, hay gente muy talentosa, preparada y que estaban ahí y que el estatus quo jamás les permitiría gobernar.
Puchas que les tengo fe....
No veo ningún Lewis Hamilton en el gabinete, o Sena, o Schumacher, tu si??
EliminarEsperemos que Marcel nos defienda cómo Checo Pérez en Abu Dabi
Eliminar