En 1976, un profesor de historia económica en la Universidad de California, Berkeley, publicó un ensayo que describía las leyes fundamentales de una fuerza que percibía como la mayor amenaza existencial de la humanidad: la estupidez.
Las personas estúpidas, explicó Carlo M. Cipolla , comparten varios rasgos identificativos: son abundantes, son irracionales y causan problemas a los demás sin beneficio aparente para ellos mismos, lo que reduce el bienestar total de la sociedad. No hay defensas contra la estupidez, argumentó el profesor nacido en Italia, quien murió en 2000. La única forma en que una sociedad puede evitar ser aplastada por la carga de sus idiotas es si los no estúpidos trabajan aún más para compensar las pérdidas de sus estúpidos hermanos de religion.
Echemos un vistazo a las cinco leyes básicas de la estupidez humana de Cipolla:
Ley 1: Siempre e inevitablemente todos subestiman el número de individuos estúpidos en circulación.
No importa de cuántos idiotas sospeches que estás rodeado, escribió Cipolla, invariablemente estás minimizando el total. Este problema se ve agravado por suposiciones sesgadas de que ciertas personas son inteligentes en función de factores superficiales como su trabajo, nivel de educación u otros rasgos que creemos que son exclusivos de la estupidez. no lo son Lo que nos lleva a:
Ley 2: La probabilidad de que cierta persona sea tonta es independiente de cualquier otra característica de esa persona.
Cipolla postula que la estupidez es una variable que permanece constante en todas las poblaciones. Cada categoría que uno pueda imaginar (género, raza, nacionalidad, nivel de educación, ingresos) posee un porcentaje fijo de personas estúpidas. Hay profesores universitarios estúpidos. Hay gente estúpida en Davos y en la Asamblea General de la ONU. Hay gente estúpida en todas las naciones de la tierra. ¿Cuántos son los estúpidos entre nosotros? Es imposible de decir. Y cualquier conjetura casi con seguridad violaría la primera ley, de todos modos.
Ley 3. Una persona estúpida es una persona que causa pérdidas a otra persona o a un grupo de personas sin obtener ninguna ganancia e incluso posiblemente incurriendo en pérdidas.
Cipolla llamó a ésta la Ley Dorada de la estupidez. Una persona estúpida, según el economista, es aquella que causa problemas a los demás sin ningún beneficio claro para sí mismo.
¿El tío incapaz de dejar de publicar noticias falsas en Facebook? Estúpido. ¿El representante de servicio al cliente que lo mantiene en el teléfono durante una hora, lo cuelga dos veces y de alguna manera se las arregla para arruinar su cuenta? Estúpido.
Esta ley también introduce otros tres fenotipos que, según Cipolla, coexisten junto con la estupidez. Primero está la persona inteligente, cuyas acciones benefician tanto a sí mismo como a los demás. Luego está el bandido, que se beneficia a costa de los demás. Y por último está la persona indefensa, cuyas acciones enriquecen a otros a su costa. Cipolla imaginó los cuatro tipos a lo largo de un gráfico, así:
VINCEDEVRIES
Estupidez, graficada.
Los no estúpidos son un grupo imperfecto e inconsistente. A veces actuamos inteligentemente, a veces somos bandidos egoístas, a veces actuamos sin poder hacer nada y otros se aprovechan de nosotros, ya veces somos un poco de ambos. Los estúpidos, en comparación, son modelos de consistencia, actuando en todo momento con una idiotez inquebrantable.
Sin embargo, la estupidez consistente es lo único consistente en los estúpidos. Esto es lo que hace que la gente estúpida sea tan peligrosa. Cipolla explica:
Esencialmente, las personas estúpidas son peligrosas y dañinas porque a las personas razonables les resulta difícil imaginar y comprender el comportamiento irrazonable. Una persona inteligente puede entender la lógica de un bandido. Las acciones del bandido siguen un patrón de racionalidad: racionalidad desagradable, si se quiere, pero racionalidad al fin y al cabo. El bandido quiere un plus en su cuenta. Dado que no es lo suficientemente inteligente como para idear formas de obtener el plus además de proporcionarte un plus, producirá su plus haciendo que aparezca un menos en tu cuenta. Todo esto es malo, pero es racional y si eres racional puedes predecirlo. Puedes prever las acciones de un bandido, sus desagradables maniobras y feas aspiraciones y, a menudo, puedes construir tus defensas.
Con una persona estúpida todo esto es absolutamente imposible como lo explica la Tercera Ley Básica. Una criatura estúpida te acosará sin razón, sin ninguna ventaja, sin ningún plan o esquema y en los momentos y lugares más improbables. No tienes una forma racional de saber si, cuándo, cómo y por qué ataca la estúpida criatura. Cuando te enfrentas a un individuo estúpido, estás completamente a su merced.
Todo lo cual nos lleva a:
Ley 4: Las personas no estúpidas siempre subestiman el poder dañino de las personas estúpidas. En particular, las personas no estúpidas olvidan constantemente que en todo momento y lugar y bajo cualquier circunstancia tratar y/o asociarse con personas estúpidas siempre resulta ser un error costoso.
Subestimamos a los estúpidos, y lo hacemos bajo nuestro propio riesgo. Esto nos lleva a la quinta y última ley:
Ley 5: Una persona estúpida es el tipo de persona más peligroso.
Y su corolario:
Una persona estúpida es más peligrosa que un bandido.
No podemos hacer nada con los estúpidos. La diferencia entre las sociedades que se derrumban bajo el peso de sus estúpidos ciudadanos y las que los trascienden son la composición de los no estúpidos. Aquellos que progresan a pesar de su estupidez poseen una alta proporción de personas que actúan inteligentemente, aquellos que compensan las pérdidas de los estúpidos generando ganancias para ellos y sus semejantes.
Las sociedades en declive tienen el mismo porcentaje de gente estúpida que exitosa. Pero también tienen altos porcentajes de indefensos y, escribe Cipolla, “una alarmante proliferación de bandoleros con visos de estupidez”.
“Tal cambio en la composición de la población no estúpida inevitablemente fortalece el poder destructivo de la fracción [estúpida] y hace que la decadencia sea una certeza”, concluye Cipolla. “Y el país se va al infierno”.
No he encontrado un mejor artículo que este para explicar donde estamos parados hoy en día en Chile y en el mundo.
A propósito de lo que estamos viviendo en básicamente todo el planeta, particularmente occidente.
Especialmente el último párrafo.
Muchos de los inteligentes hoy en Chile se están comportando más como bandidos, políticos… cough …cough … élites empresariales… cough …cough …élites académicas …cough …cough … élites profesionales … especialmente en salud…cough … cough … y una buena parte como progres indefensos buenistas pontificadores tratando de ayudar a todo el mundo en sus causas huevonas, sin obtener por ello beneficios ni para ellos mismos ni para la sociedad en términos reales, solo en sus cabezas, y hasta algunas veces en detrimento de su propio bienestar.
Por cierto, este es un sitio profesional de negocios o de ayuda a ellos.
No es entretenimiento, está orientado a la ayuda en la toma de decisiones.
Y por ende establece, o lo intenta, la cruda verdad, que es el punto de partida de cualquier negocio o emprendimiento.
Me gusta mucho la definición de persona inteligente por cierto. Aquella que genera valor para si mismo y para la sociedad. Priceless. Los bandidos igual, aunque suenan a robin hoods de alguna manera en la descripción. Este cuadrante también engloba supongo a los sicópatas, aquellos que producen daño y eso les causa placer. Pero también son predecibles, así es que coincido con este cuadrante igualmente.
El problema es cuando inician guerras…
ResponderEliminarse les ha olvidado esta ley: junta a una persona malvada con 1000 estúpidos/tontos y tendrás a 1001 personas malvadas
ResponderEliminarExcelente Post estimado Adyaner, los q supimos leer el Blog desde una mirada "Critica y educativa" somo los mas beneficiados de éste.
ResponderEliminarGracias como siempre Master.
Lo que detona la estupidez es muchas veces la envidia, el resentimiento, la ignorancia, el fanatismo, etc, etc, etc.
ResponderEliminarA muchos les muestras los antecedentes y hechos y siempre terminan cagandola. En chile en donde su poblacion tiene bajo nivel cognitivo es caldo de cultivo de la estupidez.
Que interesante...si lo combinas con la ley de Pareto, donde el 20% de la economía sostiene al 80% restante, ese 20 estaría en el cuadrante de gente inteligente.
ResponderEliminarLo que es criminal es poner a estúpidos en puestos de decisión en la política, ni hablar de otros cargos.. como se viene implementando en chilito desde hace 30 años, recuerdo un comentario del Villegas en que el estúpido se identifica y apoya a otro estúpido, pero nunca a alguien que represente inteligencia.
Interesante.
EliminarPregunta: ¿el estúpido nace o se hace?
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