29 agosto, 2022

Las reservadas conversaciones en el Congreso de cara al posplebiscito

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@elmercurio

4 de julio de este año. En Santiago, la Convención Constitucional hacía entrega de la propuesta final del nuevo texto al Presidente Gabriel Boric y el salón plenario del ex-Congreso se llenaba de aplausos.

10 horas más tarde, a 120 kilómetros de la capital, otro encuentro tomaba forma, aunque sin cámaras ni flashes.

En Valparaíso, específicamente en el restaurante Portofino, se reunían los jefes de bancada de Chile Vamos, de la DC, del PPD, del PS, del PDG y el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Soto.

Por esos días las encuestas ya comenzaban a mostrar una tendencia que se mantendría hasta la fecha: que el Rechazo tenía altas posibilidades de ganar y que el panorama no era muy auspicioso para el oficialismo.

El Congreso aún era un mero espectador sin influencia. Pero sabían que, a partir del 5 de septiembre, la pelota llegaría a su cancha y había que empezar a escuchar las opiniones y posiciones de los distintos sectores políticos.

¿La conclusión a la que llegaron ese día? Cualquiera sea la opción que gane, era necesario ponerse de acuerdo y construir un camino común que le dé certezas al país.

Pasaron las semanas, y ahora, a siete días del plebiscito, esas conversaciones se han intensificado. Si bien todavía no se han sentado a negociar, parte del oficialismo y la oposición han dibujado varios bosquejos, sobre todo en el caso de que gane el Rechazo.

Las principales dudas son quién tomará el liderazgo de las conversaciones, cómo se evitará una nueva crisis institucional y qué va hacer el Gobierno si es que pierde una de sus principales batallas.

Todas estas variables han sido analizadas por los parlamentarios, porque si una cosa tienen clara es que el 5 de septiembre el escenario político cambiará. ¿Para bien o para mal? Está por verse.

Las fuerzas en el tablero

Hace dos semanas, el presidente de la Cámara de Diputados citó a un almuerzo a todos los jefes de bancada para hablar de lo que sucedería después del plebiscito. Sin embargo, una hora antes del encuentro, a los parlamentarios se les comunicó que la cita se cancelaba. La reunión no le había parecido bien ni al Frente Amplio ni al Partido Comunista, quienes advirtieron que una conversación así se vería mal a semanas de la elección, sobre todo cuando el Apruebo estaba cuesta arriba.

Eso sí, las conversaciones informales se han mantenido. Entre sus principales protagonistas están el presidente de la Cámara, los jefes de bancada de Chile Vamos, Jorge Alessandri (UDI) y Andrés Longton (RN); el secretario general de RN, Diego Schalper; el diputado de la UDI Guillermo Ramírez; el jefe de bancada de la DC, Eric Aedo; el jefe de bancada del PC, Boris Barrera; la subjefa del PDG, Yovana Ahumada; el diputado de CS, Diego Ibáñez, y los diputados socialistas Leonardo Soto, Raúl Leiva, Marcos Ilabaca y Tomás de Rementería.

Mientras, en el Senado, el preacuerdo estaría siendo diseñado por el PS, PPD, RN y la UDI. Algunos DC, como Ximena Rincón y Matías Walker, estarían incluidos, aunque el resto de los senadores de ese partido se ha mantenido al margen. Lo mismo han hecho los del PC, el Frente Amplio y Republicanos.

En este escenario, ha liderado estos esfuerzos en la Cámara Alta la dupla Javier Macaya-Álvaro Elizalde, quienes se han planteado la idea de un “gran acuerdo” que se extienda desde el PS hasta la UDI. “No me cabe duda de que el mismo 4-S por la noche vamos a estar comiendo en la casa de Elizalde o de Soto”, dice un miembro de la oposición.

La idea del acuerdo, remarcan en el oficialismo y la oposición, es que estas tratativas involucren a los partidos, al Senado, a la Cámara y también al Gobierno. “Ojala sea muy parecido al acuerdo del 15 de noviembre”, comentan. “Lo que queremos es que no se genere un vacío, un clima de incertidumbre, porque eso podría generar una crisis institucional”, dice un miembro del PS.

Algunos, incluso, ya tienen un deadline: el 11 de septiembre. “Queremos aprovechar esa fecha para evitar la violencia”, se comenta en el oficialismo.

En la derecha, en tanto, también quieren que haya un acuerdo expedito considerando que el país estaría “más moderado” y que las fuerzas de la ultraizquierda estarían "derrotadas". En cuanto a fechas, sin embargo, no hay consenso, pues algunos no descartan esperar que pasen las Fiestas Patrias para tomar decisiones.

Eso sí, ya se esbozan algunas ideas sobre cómo debiera ser el próximo proceso.

Una nueva Convención

El miércoles pasado, el jefe de bancada de la UDI, Jorge Alessandri, llegó al ex-Congreso para asistir al homenaje del exministro de Aylwin Francisco Cumplido. Su asistencia tenía un propósito: conversar con varios históricos de la DC, entre ellos, el exministro del Interior de Bachelet, Mario Fernández, quien redactó la propuesta de reforma constitucional de la expresidenta. Allí, Alessandri le habría comentado la idea de partir el trabajo de una nueva Constitución utilizando parte de lo avanzado en ese gobierno. Esto, con el objetivo de “ahorrarse” meses de discusión sobre estructura del Estado y otras materias técnicas, y evitar partir una nueva Convención de cero. Fernández habría estado de acuerdo y, según dicen, en el PS también ven la opción con buenos ojos.

En el mundo político está claro que, de ganar el Rechazo, debe haber una nueva Convención, aunque más breve. Algunos hablan de un año, otros de máximo seis meses.

Mientras la idea de un plebiscito de entrada estaría siendo rechazada por las diversas fuerzas —incluyendo al Gobierno—, la paridad y representación de pueblos originarios —proporcional a los votos que saquen— son temas que ya estarían sobre la mesa.

En lo que no hay consensos es a la hora de hablar sobre los independientes. Esto pues para muchos parlamentarios —de derecha y centroizquierda— no debiese replicarse la misma fórmula con la que fueron elegidos en mayo de 2021. Una posición con la que el FA y el PC no concuerdan.

Otra gran duda es si se optará por listas nacionales, regionales o distritales. En la derecha ven con buenos ojos la primera opción, pues les daría espacio a los expertos a estar dentro de la Convención.

Por estos días, en la UDI se comenzaron hacer simulaciones electorales para ver qué sería lo más conveniente. Y es que en la oposición apuntan a que, de haber una nueva elección, esperan lograr alcanzar un 40% de los convencionales, algo parecido a lo que son hoy en el Congreso.

En la izquierda, en tanto, hay consenso en mantener los 155 representantes. Aunque, de todos modos, ya se exploran otras ideas, sobre todo en el PS, donde el diputado Raúl Leiva propuso que el órgano constituyente sea acompañado por un comité de expertos, compuesto por algunos decanos de distintas facultades de Derecho del país.

En el Gobierno, Boric estaría alineado con la posición del PC, de hacer una nueva Convención igual que la actual. Sin embargo, en el oficialismo se le ha advertido a La Moneda que, de ganar el Rechazo, las reglas del nuevo proceso constitucional las definiría el Congreso.

¿Quién es el padre?

¿El Presidente del Senado o el de la Cámara? Es la gran interrogante sobre quién liderará el acuerdo posplebsicito de ganar el Rechazo.

Cada uno ha hecho sus gestiones. Por un lado está el diputado Soto, quien ha forjado lazos con la derecha, especialmente con los jefes de bancada. Asimismo, ha organizado rondas de reuniones con parlamentarios de todos los sectores, para sondear la posición de cada uno.

En los pasillos del Congreso hay quienes dicen que Soto estaría intentando prorrogar su mandato, y al mismo tiempo evitar la arremetida de la diputada del PC Karol Cariola, quien es una de las voceras del comando del Apruebo, lo que podría perjudicar los acuerdo si es que gana el Rechazo.

Pero hay competencia. En el oficialismo aseguran que Álvaro Elizalde tendría más redes que Soto.

“Elizalde cultiva puentes con todos los sectores. Se va a requerir un gran acuerdo y él está trabajando para eso, sobre todo en el Senado”, dicen en el oficialismo.

Además, hay otros senadores que también buscan influir en la discusión. Uno de ellos es Manuel José Ossandón (RN), quien esta semana intentará sacar un documento con el apoyo transversal de sus pares, donde se firmen 10 compromisos ante un nuevo texto.

Otros creen que la senadora DC Ximena Rincón también intentará capitalizar su liderazgo en el acuerdo.

Son conversaciones simultáneas en uno de los lugares que habían quedado desplazados tras la Convención Constitucional: el Congreso.

De ganar el Rechazo, será allí donde nuevamente vuelva el arte de la política. Varios sostienen que la ciudadanía ya estaría cansada de elecciones e incertidumbre, por lo que los parlamentarios saben que tienen que estar a la altura y llegar a acuerdos. Algo que hasta la fecha ha sido fácil.

¿Y el Presidente Boric qué?

De ganar el Rechazo, en el oficialismo saben que el Presidente Boric pasaría al grupo de los derrotados. No obstante, dependerá de cuánta sería la distancia entre una opción y otra.

¿Y qué va a hacer el Presidente Boric esa noche? En La Moneda siguen diseñando los distintos escenarios.

Lo que está claro es que buscarán “cuidar la figura presidencial” y la estabilidad política. Esa habría sido la respuesta que le dio la ministra de Defensa, Maya Fernández, a los diputados de Chile Vamos cuando se le consultó qué pasaría después del 4 de septiembre.

En la derecha, por su parte, aseguran que no “golpearán en el piso” a Boric con acusaciones constitucionales o declaraciones incendiarias. Dicen que el país está bastante polarizado para seguir con la crisis y que es el momento de pensar en los próximos 50 años. Eso, pese a que algunos más duros y otros del piñerismo han sacado varias veces a colación el tipo de oposición que se le hizo, en su momento, al expresidente Piñera.

Con todo, en el Congreso ya se da por hecho que habrá un ajuste ministerial, sobre todo, porque hasta ahora no habría un interlocutor claro entre el Gobierno y los parlamentarios. Por el oficialismo, el ministro que tendría una relación con los diputados y senadores sería Mario Marcel y la subsecretaria Macarena Lobos. Con la oposición, en cambio, sería el propio Presidente, la ministra Maya Fernández y Ana Lya Uriarte.


 

Bull shit…

Van a ir por el cuello.

Estas son declaraciones de buena crianza, y probablemente quieran sacarse rápido el cacho de un nuevo plebiscito con convencionales más centrados asesoradas por expertos jurídicos y que van a ser MUY monitoreados por todos por lo que el texto probablemente sea bueno, o al menos no malo.

Eso está descontado.

Porque a nadie de la clase política actual en realidad le molesta la constitución vigente. Están donde están por ella. Solo es postureo para sus bases de votación que cada vez son menos en relación al arbitraje pinoshé.

Todos los que están negociando según el reportaje son precisamente los que tienen sangre en el ojo.

Esto va a ser como el tratado de Versalles post primera guerra mundial de los aliados a Alemania.

No es difícil verlo.

Ximena Rincón tiene sangre en el ojo con Provoste, y con toda la DC actual. Probablemente forman ahora un bloque con Walker y Chahin. Toda la derecha va a ir por el cuello de Boric & Co con miras a la próxima elección, y principalmente porque tienen dos años gratis para hacerles la vida a cuadritos a los narcisos.

Y eso es exponencialmente cierto con crisis financieras o económicas.

Que la gente de centro y derecha sean más moderados en sus formas no significa que no sean igual de asesinos políticos en sus fondos.

Y va a ser un asesinato político.

Todos los que se han contenido hasta ahora de mandar a la cresta a los progres en sus huevadas ya no se van a contener más.

Los árboles no solo se están jugando la política, se están jugando el absoluto poder mediático y social por el miedo que han infundido en las redes sociales y medios y que les ha permitido funar y cancelar impunemente a todos los que piensen diferente a ellos, arruinando trabajos y hasta estilos de vida completos.

Eso se termina el 4 de septiembre con una victoria del rechazo, especialmente si es amplia.

Hoy salieron las encuestas. Se amplió de hecho la ventaja, en directa correlación con la popularidad de Boric. Y eso que no considera completamente el efecto metáfora…

Viene un giro político y social de proporciones. Igual o mayor que el del 18O.

2 comentarios:

  1. "Viene un giro político y social de proporciones. Igual o mayor que el del 18O."

    Esperemos que termine sepultando el ánimo y las intenciones de la manada de la izquierda troska y de todos quienes van por el borrador constitucional.

    Por otro lado, leyendo la noticia sobre el Visa Waiver a EEUU, ojalá que se logre extender un año más para seguir evaluando, pero de perderla seríamos, junto con Argentina y Uruguay, los únicos que farrearon la oportunidad y estaríamos sumando otra hoja más a la lista de vergüenzas que tiene Sudamérica.

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  2. nx:

    Si miramos el juego de LP de los enemigos internos y externos como la ONU, que podría salir mal? Abrirnos de pata a que la ONU influya completamente en el resultado de una nueva versión que nos una....total es mejor sumarse que mantener la que hay....como sea el desenlace es el mismo.

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