Ese martes, el ex vicepresidente de la Convención Constitucional, Jaime Bassa, se sumó a la lista de ex miembros del órgano que han reaparecido en la esfera pública tras el contundente triunfo del Rechazo en el Plebiscito de salida, donde votó un 85% del padrón y un 61% no visó la propuesta elaborada. En una extensa columna en el medio El Mostrador, el ex convencional plantea un análisis frente a los resultados, donde reconoce que éste fue "un golpe duro para quienes creemos en la necesidad de construir un país desde la justicia social y la inclusión", y que "somos un pueblo diverso que creímos representar adecuadamente, pero la verdad es que no nos conocemos lo suficiente". Así, reconoce que "las fuerzas políticas y sociales del Apruebo no supimos hablarle a ese pueblo ni conectar correctamente con su diversidad, mientras que el Rechazo sí". "La inédita diversidad en la integración de la Convención no fue suficiente. Por la razón que sea y con la interpretación política que queramos poner sobre la mesa, lo cierto es que el Rechazo encontró la forma de conectar con distintos sentires populares y esa es una derrota para quienes hemos estado empujando los cambios sociales que apuntan hacia estadios de mayor igualdad", destaca. De todas formas, aunque reconoce que aún restan análisis, también responsabiliza a la campaña del Rechazo por "falsedades instaladas a lo largo del último año", y a una inteligente "amplificación" de conductas imputables a algunos de los integrantes de la Convención. "El descrédito de la Convención fue la antesala del descrédito a los contenidos de la nueva Constitución", subrayó. Los "tipos de Rechazo" El ex convencional apunta que aunque "no sabemos cuánto pesa cada uno de ellos", es importante considerar que hubo "distintos Rechazo". El primero, según enumera, está en quienes "no quieren una nueva Constitución y que han defendido -y lo siguen haciendo, como hemos visto esta semana- el proyecto constitucional todavía vigente". En esa línea, profundiza que "hay un Rechazo que se manifestó en contra de los mecanismos solidarios de financiamiento y prestación de derechos sociales, especialmente en educación, salud y seguridad social, intensamente utilizados por su campaña; quizá en clave individualista o propietarista, votaron en contra de derechos sociales propiamente universales, a pesar de que esta ha sido una de las reivindicaciones sociales más intensas de las últimas décadas". En segundo lugar, apunta a un Rechazo que "se expresó en contra del contenido indígena" de la propuesta, pues a su juicio "leyeron un desmembramiento de la sociedad y no el reconocimiento de su diversidad, cuestión que su campaña también azuzó vivamente". Por otro lado apunta a "razones gremiales o corporativas que concurrieron en el Rechazo, especialmente desde intereses particulares vinculados, por ejemplo, a los derechos de agua, a las AFP, a ciertas carreras funcionarias o al diseño jurídico de instituciones cuya configuración cambiaba significativamente con la nueva Constitución. Hay un Rechazo que se expresó en defensa de lo que muchos vieron como un ataque o un debilitamiento de la propiedad privada, así como de los modos de acumulación actualmente vigentes en el país". Bassa también habla de un Rechazo que se expresa "contra la igualdad de género y el reconocimiento de la diversidad sexual", otros que vieron "amenazada su libertad religiosa", y aquellos que se manifestaron "en defensa de las tradiciones y símbolos patrios que no sintieron -creo yo sin razón- debidamente reconocidos". Y agrega: "en algún sentido, hay un Rechazo que votó en contra de los mecanismos de protección de la naturaleza, quizá como reacción para proteger la libertad de empresa". Agrega también un "Rechazo genérico a la política y los políticos", donde apunta directamente a quienes vieron en la Convención "más de lo mismo", y donde responsabiliza a la astucia de "la temprana estrategia del Rechazo de mostrar a la Convención como si fuera lo mismo que la Cámara de Diputados". Por otro lado, aunque reconoce que "faltan antecedentes para emitir un pronunciamiento", de todas formas apunta a que junto a las razones antes mencionadas, "puede estar el impacto de las falsedades que se instalaron a lo largo del último año y la desinformación respecto del contenido de la propuesta de nueva Constitución". Asimismo, aborda la crítica al trabajo de la Convención, "alimentada por algunos hechos y conductas imputables a sus integrantes, que fueron inteligentemente amplificadas durante el año de trabajo, y en especial, en la campaña, presentados como si hubieren sido la regla general. El descrédito de la Convención fue la antesala del descrédito de los contenidos de la nueva Constitución". Las responsabilidades de la Convención En un apartado exclusivamente dedicado a explorar las responsabilidades de la Convención en el resultado, Bassa acusa de que "hay más interés en identificar prontamente a 'los culpables' para cerrar el capítulo, lavar ciertas imágenes y -eventualmente- abrir otro proceso, que en señalar las limitaciones políticas que han impedido -no solo ahora, sino que a lo largo de las últimas décadas- dotarnos de un orden constitucional democrático". A modo de ejercicio para "tomar nota" de aspectos que sirvan como experiencia, reconoce que "nos tardamos mucho en generar condiciones que permitieran un diálogo político más transversal (...) construir confianzas dentro de la Convención que permitieran un trabajo colaborativo que pudiera contar con dos tercios de apoyo del Pleno fue un ejercicio lento y oneroso; y si algo faltó, fue tiempo". Aquí destaca que esos diálogos trabajos del principio entre los colectivos, se dieron "por las debilidades propias de la representación, dado el contexto de crisis en que se desarrolló el trabajo de la Convención", y aclara que no fue un problema solamente con "la derecha", sino que "una debilidad estructural del proceso". "También es cierto que no supimos contener -a ratos- el excesivo ánimo refundacional", apunta a que "hubo propuestas maximalistas" y algunas acmpañadas por "discursos vociferantes". También plantea que no supieron "neutralizar la presión -que rayó en el acoso- que la extrema derecha ejerció contra aquellos sectores de la derecha que sí querían una nueva Constitución". Y agrega: "creo que fallamos en sostener las articulaciones entre colectivos desde el principio, en parte por falta de experiencia política, en parte por falta de astucia, pragmatismo o, incluso, por exceso de racionalidad. Pero también fallamos porque no todos los colectivos tenían ánimo de que las conversaciones constituyentes prosperaran (...) nuestra respuesta fue débil y tardía". Por último, el ex convencional recalca que "lo que está en disputa no es cómo trabajó la Convención, tampoco sus errores, los del Gobierno o del comando durante la campaña, ni las debilidades o indeterminaciones del texto constitucional propuesta", sino que "la posibilidad de empujar un proyecto de justicia social para Chile, que garantice derechos y termine con los abusos".
Este pastel debe ser de los mayores aportantes a la masacre.
No debo haber visto a nadie más pedante y con absolutamente ninguna justificación para serlo que este gil.
Además…
Todos los progres son iguales?
Ninguno puede entender que a NADIE les caen bien y solo gracias a que están en círculos de poder debido a la izquierdización de las universidades y que TENÍAN el poder de cancelar o arruinar las vidas o trabajos de cualquiera que osara oponerse a sus huevadas.
Esa es la clave de esta elección.
A NADIE le gustan las pendejadas progres. A todos les caen como patada en la guata los progres y las progresadas.
A todos les caía como patada en la guata Loncon. Y Linconao. Y Bassa. Y Atria. Y Dominguez. Y para que decir Stingo.
Ellos fueron los directos responsables de la masacre.
Si quieren tener alguna posibilidad de sacar a alguien en las próximas elecciones van a tener que elegir con pinzas a los candidatos para que se presenten más conservadores.
Probablemente salgan volando Hassler, Rippamonti y Sharp. La de Ñuñoa no…
Es un movimiento mundial ahora.
Cualquier cosa que huela a progre es inmediatamente hecho pedazos.
Como la Sirenita negra, o la hada madrina trans negra calva de Pinocho. O Los anillos del Poder
Bassa de haber nacido antes de Platón, creo que el mito de Narciso se hubiera inspirado en Él.
ResponderEliminarComo profesor debe ser la cosa más autoritaria que existe, incluso no lo veo reconociendo algún error a nivel de vida personal .
Por una parte es mejor que los Progres sean así ... Porque al igual que los Virus, Si no pueden mutar/adapatarse no se podrán sostenerse en el tiempo
Probablemente salgan volando Hassler. ... Escúchanos señor te rogamos
ResponderEliminarY no te olvides de la Republica Popular de Recoleta con el supremo lider Jadue, quizás tambien salga volando.
ResponderEliminar