El exceso es uno de los fenómenos más recurrentes en la actualidad. Las nuevas tecnologías han abierto la posibilidad de generar múltiples tipos de productos en masa, un factor que si bien puede ser útil para nuestro bienestar, también puede convertirse en un problema. Sobre todo cuando se habla de temas relacionados a la salud.
Este es uno de los puntos que el doctor especialista en genética e investigador académico de la Universidad de Harvard, David Sinclair, aborda en su libro Alarga tu esperanza de vida. Cómo la ciencia nos ayuda a controlar y revertir el proceso de envejecimiento (2020).
En él, plantea dos conceptos clave que aluden a las maneras en que se puede vivir, aunque con distintos resultados y efectos.
Por un lado está el “modo abundancia”, el cual según escribió en un reciente artículo para Infobae, “enferma el cuerpo”, por ejemplo, a través del consumo excesivo de alcohol o comidas ultraprocesadas, entre otros elementos.
En contraposición, está el “modo supervivencia”, el cual además de evitar los puntos descritos en el párrafo anterior, añade conductas como hacer ejercicio y exponerse al frío, para así “alcanzar y garantizarse una vejez extendida y óptima”.
Para el experto en el ámbito del envejecimiento, considerar esto último es esencial para mantener un buen estado de salud, tanto durante la juventud como a medida que transcurre el tiempo.
En este sentido, ejemplificó con su propio caso.
“Según los componentes de mi ADN, que reflejan el proceso de envejecimiento, mi cuerpo es una década más joven de lo que sugiere el año en que nací. Pero no siempre fue así. Cuando tenía 30 años comía y bebía en exceso, y tenía sobrepeso”, explicó, para luego añadir que “hacer cambios en el estilo de vida, como adoptar una dieta basada en plantas y eliminar la mayor parte del alcohol, marcó una gran diferencia en mi vida útil proyectada”.
Comida saludable. Foto: iStock.
Sinclair destacó que, actualmente, a sus 53 años, se presume que vivirá una década más en comparación a si no hubiese adoptado tales medidas, por lo que sugirió que “nunca es demasiado tarde” para mantener una rutina saludable.
Los detalles del “modo supervivencia” que promete favorecer la longevidad
El académico detalló que existen “siete genes de la longevidad” a considerar en el cuerpo humano, los cuales son llamados sirtuinas y cumplen un rol fundamental en el envejecimiento, ya que actúan como “defensas naturales del cuerpo” que reaccionan a los agentes con los que se encuentran.
“Luchan para protegerlo y mantenerlo a salvo, y consecuentemente más sano y vivaz, incluso cuando somos ancianos”, explicó, para después agregar que su función principal es cuidar al epigenoma.
En este sentido, pueden percibir desde los alimentos que se ingieren hasta las temperaturas frente a las que hay exposición, además de factores como la energía.
“Si la persona se sienta y come mucha comida, esos genes se volverán perezosos y se ocuparán de otras cosas que no ayudan a la longevidad”, dijo con el apoyo de una cita en su artículo para el citado medio.
Es por esto que, según Sinclair, acciones como adoptar una dieta saludable y mantener una rutina de ejercicios aportan en el bienestar del cuerpo, ya que activan “estos sistemas de supervivencia” en el organismo.
Ejercicio. Foto: Getty Images.
“No dañan mi cuerpo, pero lo ponen en un estado de alerta máxima”, añadió.
“Esto quiere decir que un poco de estrés (celular, no psicológico), siempre que no sea paralizante y provoque un deterioro físico, es útil para el organismo. Hacer cosas que generen adrenalina es bueno, pero no el estrés crónico. En un momento hay que ser capaz de calmarse; mucha gente usa el sueño, la meditación o el yoga para mitigar esos efectos negativos del estrés”.
Ejercicio. Foto referencial: Shutterstock.
De la misma manera, Sinclair detalló que bebe entre uno y dos marchas de té verde al día, debido a que tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a prevenir enfermedades como el cáncer.
Respecto a los ejercicios, subrayó que no necesariamente aquello se traduce a dedicar la mayoría de tu tiempo al gimnasio. Acciones como subir y bajar las escaleras en vez de usar el ascensor o dar una caminata diaria también pueden traer beneficios para tu salud.
Ejercicio. Shutterstock / Tyler Olson.
Acá puedes encontrar los consejos de especialistas para iniciar una rutina sin abandonarla, mientras que aquí puedes revisar la cantidad mínima de deporte que puedes hacer para notar avances en torno a este objetivo.
Cabe destacar que siempre es recomendable agendar una visita con un médico para evaluar qué medidas puedes o no adoptar, dependiendo de tu caso particular.
Yep.
Se suele llamar HIIT.
O antes sprinting y trabajar hasta el fallo. O mucho antes parrillas.
No sirven de nada largas rutina de hámster en las trotadoras o elípticas. Nunca sirvieron. Al menos no para efectos de salud. Para alta competencia obviamente es otra cosa.
Tienes que llevar a tu corazón al máximo de pulsaciones posible. Hay tablas para eso.
Y eso se logra en ráfagas rapidísimas de 20 o 30 segundos secuenciales.
Llegas hasta los 120 en la primera ráfaga, bajas a 80 y vuelves en esos 20 o 30 segundos y llegas a 150, bajas a 120 y ahí llegas a tu máximo.
Sería. Dos a tres veces por semana cuando joven. Una a dos veces por semana cuando viejo, y bajando el máximo a medida que cambias folios.
El cuerpo humano es muy parecido a un auto. Si lo manejas por carretera a velocidad crucero constante y cambias aceite y filtros regularmente de acuerdo al fabricante, es casi ilimitado en su duración. Pero para que siempre esté en el tope del desempeño, eventualmente tienes que llevarlo a 7000 revoluciones por unos segundos. Cada par de meses. No a cada rato. Y de manera controlada.
Esa es la forma del cuerpo humano. La mayor parte en reposo o en actividades de bajo impacto como caminar lento largas distancias. Y cada cierto tiempo una ráfaga de uso de musculatura pichicateada con adrenalina. Creo que ese es el único problema del HIIT. No tienes como inyectar adrenalina para colocarle un turbo recargado a la musculatura. Las veces que pasas susto y realmente activas los mecanismos de supervivencia, tu cuerpo queda en estado de molido a palos por un par de semanas. Been there…
Y la comida…alguna vez escuché o leí que eres la razón por la que comes. Si comes para vivir, probablemente seas alguien de alto valor. Si vives para comer, al revés. No es mi frase. Es de Sócrates. El hombre más sabio de la antigüedad.
Otra más práctica y menos clasista, del padre de la medicina, no se come de nuevo una comida hasta que la anterior salió del cuerpo…
A buen entendedor…
El factor "colocar al cuerpo en estrés" es la clave.
ResponderEliminarEscuchaba un episodio del podcast de Andrew Huberman en que actividades como ducharse en agua fría y hacer ayuno intermitente favorecía ese efecto, pero la entrevista con Sinclair en ese momento no se refería sólo al "modo sobrevivencia" del que habla el articulo, sino que de la "vejez como enfermedad" (entendiendose como la vejez prematura), y en ese contexto mencionaba también también algunos fármacos (como la metformina y otros 2 hasta ese momento, cuyos nombres no recuerdo) que también favorecen el rejuvenecimiento biológico. Porque, por ejemplo, puedes tener 35 pero los marcadores biológicos que determinan "que edad tienes biológicamente" pueden ser de una persona de 45, y lo que encontró en ese momento es que mediante algunos protocolos se podían llevar esos marcadores a tu edad real e incluso llevarlos a algunos años "más joven". No sé cómo estará ahora el estado de su investigación, pero hasta ese momento no comprendían completamente bien porqué ocurría eso aparte de lo que conté ahora y lo dicho en el artículo.
El modo adrenalina se puede activar en competencia. Puedes pichanguear varias veces, pero el partido de la liga por los puntos, se activa el nerviosismo y el hambre por ganar.
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