El ecosistema emprendedor es hoy en día clave para el desarrollo tanto a nivel global como local debido al importante impacto que este genera. Con el fin de medir los niveles de emprendimiento en los diversos países del mundo y la identificación de los factores que, en el ámbito institucional, cultural, normativo y de políticas públicas, determinan el nivel de actividad emprendedora es que se creó el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), informe en el que participan más de 80 países, entre ellos el nuestro. En el reporte general las tres economías más atractivas para emprender son Emiratos, Arabia Saudita y Taiwán. Mientras que en el contexto latinoamericano, Colombia, Chile y Uruguay son considerados como los mercados con las condiciones más favorables.
En Chile este estudio es realizado por la Universidad del Desarrollo (UDD) y liderado por un equipo de investigadores de la Facultad de Economía y Negocios de esa casa de estudios, integrado por Maribel Guerrero y Claudia Yáñez-Valdés, en alianza con siete instituciones que participan como representantes a nivel regional.
Según los resultados de la última edición GEM Chile 2022, un 80% de la población adulta de entre 18 y 64 años percibe al emprendimiento como una opción de carrera en el país. Asimismo, el 70% advierte que posee los conocimientos y las habilidades necesarias para emprender. De hecho, señalan que tienen modelos de referencia de personas que se han atrevido a dar el salto en los últimos 12 meses. Sin embargo, solo un 51% de dicha población percibió oportunidades para empezar un negocio en el área donde vive y un 46% manifestó su intención de emprender en los próximos tres años. Esto respondería principalmente a un dolor que enfrentan los emprendedores a la hora de tomar la decisión de atreverse: el miedo al fracaso. El estudio señala que un 50% de la población continúa señalando esto como una barrera al momento de materializar las oportunidades de emprendimientos que identifican y que ese temor se vincula, en este último reporte, a la incertidumbre socioeconómica que se ha experimentado a nivel internacional y local (ver infografía).
Maribel Guerrero, directora académica de GEM Chile del Instituto de Emprendimiento, Facultad de Economía y Negocios de la UDD, explica que la actividad emprendedora muchas veces suele ser influenciada por las condiciones sociales, económicas y políticas. Y en esa línea, añade, los diversos eventos ocurridos en los últimos años como el estallido social, la pandemia del coronavirus y las altas tasas de inflación derivadas de la invasión de Rusia en Ucrania, son condiciones que generan incertidumbre y afectan directamente los costos de las materias primas, los precios de productos/servicios, el valor del dinero y el consumo del cliente final.
Por ello, señala Guerrero, la decisión de invertir en una oportunidad de negocio para ese 50% de la población les resulta más difícil por los diversos factores que generan algún temor, pese a poseer las habilidades y conocimientos necesarios para emprender o incluso habiendo tenido modelos de referencia de otros que lo han hecho, lo que explica también la disminución de la intención a emprender en este último reporte versus el del año previo.
El presidente de la Multigremial de Emprendedores, Juan Pablo Swett, coincide con los factores expuestos por Guerrero y añade que las altas tasas de interés dificultan el acceso al crédito y que el costo de vida está más alto producto de la inflación. Por lo tanto, asegura que con un panorama económico complejo se hace evidente que existe una mayor incertidumbre de parte de quienes quieren emprender por el riesgo a fracasar en el intento. Asimismo, Swett sostiene que las barreras y burocracias para emprender en Chile dificultan aún más este camino. “Hoy una persona que quiere levantar un negocio debe obtener recursos, patentes, permisos municipales, resoluciones sanitarias, entre muchas otras cosas, por lo tanto, las condiciones para levantar un proyecto propio y sacarlo adelante son complejas”, critica Swett.
Alguien que ha vivido de cerca los fracasos a la hora de apostar por sus ideas es Diego Arias, fundador de Desafío Latam. No obstante, cuenta que más que fallar han sido aprendizajes y que estos son parte esencial de crear luego negocios exitosos. “Lo que me ha permitido perder el miedo al fracaso en específico con los negocios, es finalmente el perder el miedo a salir de zona de confort de hacer cosas nuevas (iterar aunque sea algo muy distinto), saber cómo bajar riesgos, aprovechar redes y no pensar en que dirá el resto”, asegura Arias.
Así, tras su experiencia y lo que ve en el entorno, el fundador de Desafío Latam menciona que la falta de modelos a seguir, la percepción del fracaso como algo negativo y el estigma social asociado con los emprendimientos fallidos, también influyen en este temor, impactando negativamente. “El miedo al fracaso puede tener diversos efectos en el ecosistema emprendedor. A mi modo de ver, el principal impacto es el daño al ecosistema, comunidad, país, mundo, de no ser un ente activo y promotor de nuevas soluciones que el mercado necesita. Lo que puede limitar la cantidad de personas dispuestas a emprender, frenar la innovación y restringir el crecimiento económico”, indica.
Para enfrentarlo, Arias sugiere en primer lugar promover una cultura emprendedora que valore el aprendizaje a partir del fracaso y celebre los logros de los emprendedores; generar espacios de colaboración y compartición de experiencias entre emprendedores; establecer políticas gubernamentales y programas de apoyo que reduzcan los riesgos financieros y fomenten el acceso a financiamiento para los emprendedores. Por último, precisa, fomentar la educación emprendedora en instituciones formativas desde temprana edad, para desarrollar habilidades y fomentar una mentalidad innovadora en los jóvenes. “En mi caso personal, he podido enfrentar y superar el miedo al fracaso al rodearme de un equipo sólido, buscando mentoría, mantenerme actualizado en las tendencias del mercado y aprender de los errores cometidos. También he valorado el apoyo del ecosistema emprendedor y el respaldo de programas de aceleración y financiamiento disponibles en Chile”, cuenta Arias desde su experiencia de casi una década en el ecosistema local.
Desde la vereda pública
Maribel Guerrero, en tanto, dice que las consecuencias económicas y sociales de un fracaso empresarial suelen ser un tema que requiere más atención en el ámbito de las políticas públicas: “Especialmente en el fortalecimiento de regulaciones sobre quiebra e insolvencia para el emprendedor. Así como la percepción social del fracaso o cierre empresarial, por ello es importante la socialización de casos empresariales de éxito, modelos de referencia y experiencias de fracasos empresariales”.
Por otro lado, menciona que la intervención del Estado es relevante no solo en su rol de regulación, sino también en su papel estratégico y señala que en Chile, por ejemplo, hay diversas entidades gubernamentales encargadas de administrar los recursos estatales con el propósito de implementar programas y políticas de estímulo. “Estas políticas fomentan una cultura empresarial que ayuda a reducir el estigma asociado con el fracaso empresarial y hacer que sea más aceptable experimentar con nuevas ideas y modelos de negocio. Asimismo, la creación de redes y conexiones entre emprendedores y organizaciones empresariales pueden ayudar a fomentar el intercambio de conocimientos y apoyar el crecimiento empresarial”, dice.
En tanto, Swett indica que se debe fortalecer la economía, fomentar el crecimiento y la inversión. “Que Chile vuelva a retomar su capacidad de crecer, generar empleo y abrir posibilidades a más personas que quieran emprender”, precisa. Asimismo, sostiene que se deben eliminar barreras burocráticas del sistema para allanar el camino a los emprendedores. “Hay que simplificar trámites y unificarlos en un solo sitio para que el proceso de conformación de una empresa sea expedito. Por último, es clave actualizar la política de reemprendimiento, donde no se castigue a quien quiebra y donde se faciliten las condiciones para que esas personas puedan liquidar o reorganizar su antigua empresa para reinventarse creando otra nueva”.
Reducción en la brecha de género
En esta edición del GEM se observan también indicios de una “reducción de la brecha de género” en los últimos diez años, especialmente en los emprendedores nacientes, donde un 51% son hombres y un 49% mujeres. Además, el estudio muestra una mejora considerable en los diversos niveles de ingresos según el proceso emprendedor y por género, especialmente en los emprendedores nacientes y nuevos empresarios en el tramo de más de $1,2 millones.
Para Guerrero, desde la perspectiva de género las tendencias reflejan perfiles cada vez más similares en niveles educativos (estudios universitarios). Sin embargo, aún hay brechas importantes en los niveles de ingresos, sectoriales y estrategias. Asimismo, las principales motivaciones para emprender en ambos (hombres y mujeres) suele ser la falta de oportunidades en el mercado laboral. “Seguir reduciendo la brecha de género conlleva una disminución de trabas administrativas o de acceso a financiamiento. Aún existen diferencias significativas en el tratamiento de una mujer respecto a un hombre, por ejemplo, todavía se requiere el aval del cónyuge como parte de un procedimiento administrativo. Asimismo, promover el ingreso de las mujeres a carreras STEM ya que estas áreas constituyen los empleos del futuro para fomentar el desarrollo sostenible, para impulsar la innovación, el bienestar social y el crecimiento inclusivo entre otros desafíos”, enfatiza.
10%
del colectivo emprendedor no muestra aspiraciones de
crecimiento en los próximos cinco años, no obstante, se observan indicios de una estrategia de crecimiento orgánico
en el tramo de 1 a 5 empleos, que espera ser adoptado por un 59% de los emprendimientos nacientes,
un 53% de los nuevos emprendimientos y un 51% de los emprendimientos establecidos, sostiene el ultimo reporte nacional del GEM.
Admiro a los emprendedores. Son una raza aparte.
Alguien que está dispuesto a partir de cero, endeudándose a dos manos y comprando activos, contratando gente y demás, lanzándose básicamente al vacío, no es algo común de encontrar. Por eso los que finalmente triunfan que son el 1%, tal vez el 0,1% son los que más ingresos generan y más riqueza acumulan.
Es un ADN completamente diferente a inversionistas, traders o consultores de todo tipo, que son también independientes, pero no asumen esa clase de riesgos de capital.
Y por supuesto a empleados.
El gran error para mi gusto de los nuevos emprendedores es que ellos creen que tienen las competencias para emprender.
Garantizado que no, en el 99% de los casos.
Y eso es por algo que comentaba en el último LIVE. Se asume por parte de los newbies que si eres bueno haciendo algo, producto o servicio, entonces tendría que irte bien en un emprendimiento.
Lo más difícil, por lejos, es monetizar exitosamente tu producto o servicio. No producirlo. Se entiende que eres bueno en eso. Si ofreces un producto o servicio de mierda caerías probablemente en el apartado de estafa más que de emprendimiento.
La gente de venta o comerciales suelen también creer que tienen eso cubierto.
Lo que no entienden es que son parte de una infraestructura que tiene un nombre propio. Cuando ya no agregan su nombre al de la marca, básicamente son invisibles. Y eso se extiende a todas las líneas.
De todos los amigos que han emprendido y han tenido éxito, eso es según ellos lo más difícil. Lo segundo más difícil es la parte financiera y tributaria.
Pero también hay algo que comentan que es muy mindblowing.
Si hubiesen sabido de antemano lo difícil que era emprender, no lo habrían hecho en primer lugar.
Tiene que estar ese componente de incertidumbre o desconocimiento sobre los problemas, que se van resolviendo en el camino.
En fin. Mis respetos a los que emprenden. Es un camino difícil. Pero como lo son todos los que valen la pena en la vida.
Lo mejor es tener una buena pega y dedicarse a inversiones. Tal vez una pyme por el lado y ver si resulta.
ResponderEliminarPara un empleado de corazón, yep.
EliminarLo mataste...sin disparar una bala.
Eliminartrabajar de planta para el estado, que mejor que eso
EliminarHoy dia como esta el asunto economico y politico uno de los mejores negocios es ser funcionario de planta en el estado. Poca pega, buenos sueldos (3-4 palos) y estabilidad para hacer otros negocios. Ni los dueños de pymes hacen esa.
EliminarÉse es un tema que conozco muy bien, al derecho y al revés. Si puedo dar unos consejos serían los siguientes (apuntando a los principales escollos):
ResponderEliminar1) No te asocies. Existen buenos socios, pero son muy muy escasos y su confiabilidad puede variar con el tiempo y su situación personal. No tengas socios "capitalistas" ni socios asimétricos (más ricos que tú). Intenta poner eso en la ecuación y si tienes que asociarte, hazlo pensando en que es o será tu peor enemigo.
2) Los costos son siempre más elevados, hay costos escondidos en todo. Cuando contratas a alguien, tienes que provisionar el finiquito, un reemplazo eventual por licencia, demandas laborales. Chile es un país donde nada sale bueno a la primera, hay que hacerlo dos veces. Hay posibilidad de robo hormiga en muchos negocios, ineficiencias (cómo el chofer maneja tu camioneta, por ejemplo), etc. Cuidado con los números, son engañosos y hay que saber que uno está siempre mucho más pobre de lo que aparenta.
3) No hay peor raza que los abogados, no te ven como cliente sino como presa. Todo el sistema legal y judicial es un armado corporativo antidemocrático que ha codificado la justicia para una casta abusadora. Al principio, todo parece tan fácil como casarse en Las Vegas, pero luego, es un asco. Siempre pedir dos o tres opiniones, aprender al leer las leyes por si mismo. Los contadores vienen en segundo lugar de la lista de mis más odiados.
4) La independencia no existe. Siempre tendrás el Estado encima tuyo, sea con las normativas o con los impuestos. Son jueces y partes, los funcionarios son gente contratada para cumplir, no para pensar ni menos ayudarte o ser inteligente en pro del negocio o de tu tranquilidad mental.
5) Ningún banco es ni será tu amigo. Es sólo negocio. Trátalos con la frialdad que merecen, siempre.
6) El éxito en los negocios no existe. El éxito debe ser tuyo como persona y ser humano. Si ganas mucho dinero y pierdes a tu familia, perdiste en grande. Si tienes que ser un psycho para que tu negocio funcione, eres basura humana. El dinero va y viene, ninguna posición está ganada. Hay que tener la mente fuerte y liviana a la vez para no sufrir.
7) Para emprender, hay que tener ilusiones, aspiraciones, confianza y apetito de aventura. Es la chispa creadora, pero luego, hay que ser un realista despiadado. Es por eso que tantos fracasan, muchos se quedan con el sueño y no despiertan a tiempo.
Por eso, si cruzamos las probabilidades de éxito empresarial con las probabilidades de éxito humano, más allá de todas las apariencias, sólo queda un número diminuto de seres excepcionales. Los que quedaron destruidos o que expresaron su gen psycho sólo aportaron su obra para que la usemos, no para que los admiremos.
Igual mucha paja emprender siendo pobre para ganar como sueldos promedios (muy pocas pymes les va bien). Al final las empresas son para ganar plata y hacer crecer el patrimonio de los dueños.
EliminarEl pr0.blema está en que la b0.lsa no renta como desde mediados de los 80's hasta la cry.sis asiática, tanto en Chile como en el extranjero, porque creo que el empresari0 del elefante y otros aprovecharon todas las oportunidades que tuvieron, sino no hubiesen llegado tan lejos con supermercad0s, tiendas varias, etc.
Eliminar@nónimo/Demócrito:
ResponderEliminarExcelente comentario más arriba de Alain, hay que aprovechar sus conocimientos, sin duda, independiente de si es muy difícil o no emprender...
al final, la experiencia deben aprovecharla alguien, quizás personas más jóvenes en promedio (sin ofender) de los lectores del Blog