Cuenta el sociólogo y académico Alberto Mayol —que actualmente reside en España— que originalmente venía a Chile por unos pocos días, por asuntos familiares. Pero se terminó quedando casi tres meses.
Entre compromisos, proyectos, programas de radio, pódcasts y conversaciones pendientes, los días pasaron. Además, se entusiasmó con un trabajo de investigación conjunto que está haciendo con Joaquín Lavín, y que presentará el próximo viernes en la mañana.
“Hace seis meses me contactó él. Me planteó que estaba trabajando en organizar las políticas públicas sobre el desarrollo futuro. Me propuso hacer cosas juntos y me pareció interesante. Así, trabajamos en un diagnóstico común, de principios fundamentales, de cómo intervenir, hacia qué dirección. Esperamos que el Gobierno y el sistema político lo tomen en cuenta”, dice.
En esos menesteres estaba cuando renunció el ministro Giorgio Jackson, con quien tuvo una relación complicada en los comienzos del Frente Amplio y sobre quien cree que tiene bastante responsabilidad en la crisis política actual.
—¿Se detiene algo la crisis política con la salida de Jackson?
—La gestión de crisis es particular. Entre lo que se debe hacer está el recorte de actores que simbolizan la crisis. Es importante pero no suficiente. Se ha hecho, era imprescindible. Pero ahora se trata de reducir la incertidumbre y eso es más complejo.
—Jackson era el líder histórico del FA, ¿cuánto golpea al proyecto?
—Jackson fue el administrador. Pero la historia del FA ha tenido su propia dinámica y nunca logró conducir el proceso histórico del FA a su voluntad. Hoy el proyecto está necesariamente en manos del Presidente. El Frente Amplio entra hoy en una nueva etapa. Se termina el FA joven. Será un desafío.
—¿Cómo afecta a los presidentes perder a su gente de confianza?
—Asumo que Jackson ya no era alguien de confianza del Presidente. Su cambio de ministerio fue hacia uno devaluado recientemente. Él pidió volver al comité político y no se concedió.
—Y ahora, ¿qué queda para él? ¿Y para el Gobierno?
—El Gobierno necesita aprovechar la relativa paz de los siguientes días para diseñar y empezar a implementar un proyecto nuevo para el tiempo que viene. Dos años y medio es tiempo suficientemente extenso para requerir un nuevo plan. No hay forma de ajustar lo anterior con el nuevo escenario. Sería inteligente hacerlo ya.
“Respecto a Jackson, el poder es un dios veleidoso y suele levantar a los caídos o destronar a los antes erigidos. Todos quienes han llegado a ser relevantes tienen una segunda oportunidad. Probablemente será cosa de tiempo”.
“La épica no nacía de habilidades”
Mayol lleva tiempo desmenuzando la política chilena al revés y al derecho. Y su evaluación no es positiva.
“El gran error de los ya famosos 30 años es que la intervención temprana sobre problemas estructurales fue débil, insuficiente, nula o equivocada. Cuando se te acumulan los problemas, debes llegar con intervenciones de mayor tamaño, lo que requiere más capacidad intelectual, de diseño, más dinero y más estrés al sistema político. Mayor capacidad de acuerdos. Hoy el sistema no es capaz de dar respuestas. Es el corazón de la crisis”, dice.
—Pero esa evaluación que Ud. hace sobre los 30 años es la misma que hacía el FA antes de llegar al Gobierno. ¿Si aquel era el problema, por qué no se ha podido solucionar?
—Con el tiempo ha ido quedando claro que la evaluación que tenía el FA era de carácter intuitivo, sin el peso intelectual que se requería. Era una cosa emotiva, de espectáculo, de imagen. Y eso es como una droga. Te invita a hacer el trabajo de esa manera y luego se abandonan las políticas públicas.
—¿Cuál era el plan estratégico a inicios del FA?
—La perspectiva de 2011, cuando surgieron, era aún bastante acotada. Era una demanda de derechos sociales frente a una situación a la que el Estado subsidiario no respondía. Pero había contradicciones. Los modelos del FA eran occidentales, pero las reivindicaciones eran anticoloniales. Había que hacer un ensamblaje. Entonces lo que falló fue la tarea intelectual.
“Los problemas del mundo del FA con el mundo intelectual son bien evidentes. Los operadores son más importantes que los intelectuales, pero ¡mucho más importantes! Si alguien cree que hay un intelectual al que se le haya otorgado algún nivel de peso adentro, eso no existe. No se le entregó ese poder intelectual ni a Fernando Atria, a Gabriel Salazar se le denostó. En el caso mío es bastante evidente, a Carlos Ruiz antes de su problema actual ya se le había excluido”.
—¿Y qué pasó con la épica que sostenía al proyecto?
—Esa épica no nacía de habilidades, sino de la creciente escasez de clivajes políticos interesantes para la ciudadanía. El Frente Amplio logró reemplazar a la centroizquierda, pero luego se equivoca porque abandona ese sector. La tesis, que era de Giorgio Jackson, era que si tú vaciabas la centroizquierda, se llenaría la izquierda. Y eso no ocurrió, por la distancia generacional y las diferencias de agenda.
—¿Qué tanto ha influido la falta de experiencia?
—Influye en el manejo de las crisis, sobre todo. No fue eso lo que comenzó esto, porque esto partió con gente de mucha experiencia, en gobiernos anteriores, que lo hicieron mal. Pero hay una mirada simple ante la crisis, ocupando la lógica política normal. Pero la crisis no es normal. Es una singularidad. Funciona con leyes distintas. Se dice, “necesito más información para tomar decisiones”, pero la crisis no produce información, sino que ruido. Se ha escuchado que es necesario “esperar a que pase la tormenta”. Pero no, las decisiones tempranas son las que funcionan en las crisis.
—¿Existe en verdad una creencia de tener una moral superior? ¿O es solo marketing, como dijo Daniel Andrade?
—Cuando tienes un escaso interés en la perspectiva más intelectual, te sueles refugiar en la moral. El discurso de superioridad moral del FA, interno, fue bastante intenso. Sobre todo con sus propias bases. Y luego se empezó a proyectar como una convicción íntima, una atribución bastante gratuita, no basada en la realidad.
“Este discurso de la moralidad suprema es un error total, porque la política se hace con muchas cosas que son desagradables. Ese discurso ha sido una trampa”.
—¿Esto es lo que más afecta en el caso Convenios, no?
—Claro. Cuando andas diciendo que hay fundaciones que lucran, que no cumplen la ley, y lo denuncio, y digo “no más lucro”, pero 12 años después aparece un caso que tiene que ver con fundaciones que deben apoyar el proceso de beneficios sociales y que están relacionadas contigo, llegaste adonde empezaste. Eso se llama crisis. Crisis política y moral.
“Para peor, esto pasa cuando habían empezado a ordenarse tratando de organizar al FA como partido único. Y ahora no se puede hacer pues no se puede cambiar de marca en medio de una crisis. Hay que esperar. Es el horror, pues se te juntaron todos los problemas”.
“La Constitución no arreglará el sistema político”
“Chile tiene una fortaleza histórica que es la institucionalidad. Su única posibilidad es lograr, a partir de ese camino, salir de ese problema. Hay que generar condiciones para que este gobierno sea capaz, que no lo ha sido, de lograr acuerdos. Debe generar un nuevo proyecto, que se demore 4 o 5 meses, en conciliación con ciertos sectores más dispuestos al diálogo para poder llegar al futuro”, dice Mayol, sobre posibles soluciones.
—¿Cómo ve el actual proceso constituyente? ¿Puede ser una solución a la crisis?
—Este nuevo proceso es la prótesis del anterior, de la Convención. Y tiene que resolver los mismos problemas. Lo que va a ocurrir es que quizás tengamos un nuevo texto. Pero a la postre no habremos resuelto nada.
—¿No va a solucionar entonces la Constitución el problema de sistema?
—No se puede confiar en eso, ni se debe. No va a ocurrir, ni en el mejor de los casos. Y en el peor de los casos, será un lastre más.
El costo de los 50 años
—¿Qué opina de la línea que ha tomado la conmemoración de los 50 años?
—Es un ejemplo de la falta de línea política. Vas a conmemorar los 50 años del Golpe y nombras a Pato Fernández. Pero, ¿cuál es la línea política? ¿Vamos a hablar de la dictadura? ¿O del Golpe? ¿Del Golpe sin dictadura? ¿Hablaremos de la UP o no? ¿Cuál es el cierre? Tú entregas esas definiciones y en ese momento la persona que está a cargo puede hacerlo mal o bien. Recién ahí.
—¿No ocurrió así?
—No, por lo que yo sé. Cuando le pasas a alguien la tarea y solo le dices “hay que conmemorar el Golpe”, esa persona pondrá su mirada, pues asume que lo contratan para eso. Y esto se traduce en que te puedes meter en un lío político porque no existe una coordinación con tu sector, ni con la oposición. Y entonces, como no hay una línea política, tampoco hay una línea comunicacional. Y resulta que ahora es un costo, un problema, conmemorar los 50 años del Golpe.
—¿Le ha sorprendido la división de hoy en torno a ese tema?
—Me parece que en los temas que quedan sin elaboración política, los países deben pasar por el psicoanálisis. Debe ocurrir. Pero la polarización actual no tiene que ver con ese tema, sino que proviene de la crisis de los últimos 12 años. Los 50 años caen justo en medio del clímax de esa crisis. Es un elemento disruptivo más.
El alza de la derecha
Mayol sigue, periódicamente, las encuestas, cuyos datos analiza a fondo para construir sus estudios y evaluar el estado del sistema político en Chile. Un sistema que hasta antes de esta semana, según sus cálculos, aparecía incluso con una peor condición que antes del estallido.
Sin embargo, los datos de la última CEP mostraron algo nuevo. “El sistema político mejora su evaluación y salta notoriamente más de 8 puntos porcentuales. Esto, principalmente por la mejora en la aprobación de las figuras de derecha”, dice.
—¿Por qué pasa esto?
—Básicamente implica que la oposición logra ser oposición, y se desancla así del fenómeno de que todo el sistema político es el mismo. Ahora quienes fueron impugnadores del sistema político antes quedan cuestionados. Es una oportunidad para la derecha.
—¿Tiene la derecha entonces las mejores posibilidades de volver a ser gobierno?
—Puede ser. Pero ojo que la derecha tampoco tiene un proyecto. ¿Tiene la derecha una respuesta para construir el segundo piso, como decía Piñera? No. ¿Puede la derecha ganar una elección? Sí, pero ¿para qué? ¿Cuál es la idea? Pueden ganar, pero ¿y qué? El gobierno de Boric estaba en crisis el primer lunes de trabajo, con la visita de Izkia Siches a Temucuicui. Y el Presidente recién estaba conociendo su oficina. Al próximo gobierno le pasará algo parecido. A los tres meses estaría en crisis. Además, Kast es un buen candidato para primera vuelta, pero le cuesta conseguir el 50 más 1. Y sobre Matthei, nunca ha ganado en Chile un candidato presidencial que venga del mundo alcaldicio.
Son tan, pero tan pajeros estos sociólogos…
Para mi ésta gente cae en la categoría de entertainer o comentarista de la actualidad, no analistas.
Pero Mayol es considerado ahora, por algún motivo, un referente serio en los análisis políticos a pesar de que no le ha apuntado nunca a nada, so, es interesante, tal como con Matamala, analizar el estado del arte de los progres y gente de izquierda dura en general.
Interesante lo de que Jackson pensara que vaciar la centro izquierda sería para llenar la izquierda. No se me ocurre alguien tan bestia pre 18O, pero si coincide con el periodo de octubrismo en el que todos pensamos que nos habíamos movido bastantes puntos hacia la izquierda en relación a antes del 18O. No es por un tema generacional. La izquierda extrema, que es el proyecto del FA y el PC, está limitada al 20%. Igual que una derecha extrema. Todo el resto se mueve en el medio. Para captar esos votos siendo de derecha o izquierda extrema tienes que engañar a los votantes de centro, que es lo que hizo Boric en segunda vuelta básicamente, muy eficientemente, pintando a Kast de un Thanos Nazi y a él mismo como un social demócrata y no un revolucionario sesentero, que es lo que es.
De acuerdo con los 50 años. Es lo comentado desde el 4S y el fin del arbitraje Pinoshé.
No de acuerdo con que Jackson dejó de ser de la confianza de Boric. De hecho diría que el movimiento de salir del foco lo hizo Jackson, no Boric.
De acuerdo con que los pontificadores son los que peor caen, como patadas en la guata de hecho, y a todos les provoca placer el que caigan en desgracia.
El resto son puras pendejadas seudo sociológicas.
La derecha tiene un proyecto claro de gobierno desde el inicio. La centro izquierda desde amarillos y demócratas también. Los pendejos del FA no tenían ningún proyecto político porque se basaron en puras promesas huevonas. Just like that.
La derecha es crecimiento económico y eliminación de la pobreza. La izquierda es crecimiento económico y reducción de la desigualdad.
Los pendejos narcisos flaites…
Eliminación de la desigualdad.
Eso no es un proyecto. Es un deseo navideño o una canción playera.
Esa es la diferencia.
Proyecciones?…
Ninguna.
So…
Relator deportivo de la pichanga política actual.
La Risa Remedio Infallible! Thanks for making me smile! Love the live you did on your own! Permitting you giving a whole pic/info. Actually it is the very same to recommend to my reluctant son. Best wishes. Missing you
ResponderEliminarServicio de Utilidad Publica: No alimentemos más a este vago de Mayol con audiencia, no se lo merece.
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