@latercera
Alejandro Hirmas es uno de esos asesores en inversiones de alto patrimonio que ya casi no mira la Bolsa local. Y no es el único. Desde que el IPSA comenzó a operar bajo los 4.000 puntos, muchos inversionistas se alejaron.
Ahora, la tendencia está en los mercados desarrollados. Y es precisamente ahí donde el presidente ejecutivo y socio de Globalfolio hace sus apuestas. Pese a ello, la economía local y las empresas chilenas siguen en su mira. Le preocupa el clima de inversiones y el proceso de internacionalización que viven las firmas chilenas.
¿Se recuperará económicamente Chile este año?
No creo que se recupere. ¿Por qué no este año? Vamos desde lo más macro a lo más micro. Primero, Chile está en Latinoamérica y yo creo que eso le va a jugar en contra. Segundo, el mercado chileno tiene la particularidad de que si lo miras con respecto a su propia historia, hoy está, en promedio, en valorizaciones ligeramente bajo su promedio histórico, lo que puede ser atractivo. Pero hay que aclarar que probablemente más de la mitad de los mercados mundiales están bajo su promedio histórico.
¿Qué cree que falta a la Bolsa, a nivel de política pública?
Tú no puedes cambiar el Beta (medida de la volatilidad de un activo). Chile va a ser un riesgo latinoamericano, las empresas chilenas ya son prácticamente regionales y todo eso es parte del desarrollo normal que podíamos esperar del país. Eso no se puede cambiar. Lo que sí podríamos cambiar con políticas públicas, es un Chile que crezca más y desgraciadamente lo que estamos viendo hoy es un Chile que crece menos.
¿Pero hay alguna reforma en particular que usted crea que necesita el mercado de valores?
Hay que buscar hacer más atractivo para las empresas el crecer, invertir y que recurran a la Bolsa a levantar capital. Empresas como LAN, Falabella y Cencosud, ya son regionales, pese a que han tomado importancia partiendo desde Chile, uno de los países más chicos dentro de la región, pero que está exportando management y capital. Esas son las cosas que hacen crecer el mercado local también, porque Falabella y LAN se siguen transando en la Bolsa local y, por lo tanto, la capitalización bursátil crece. Sin embargo, no les ha ido muy bien en Bolsa.
¿Es porque dejaron de ser sólo chilenas?
Las empresas chilenas ya se convirtieron en riesgo regional. Quizás en los flujos de LAN, TAM no pesa tanto, pero al transarse en la Bolsa brasilera ya se convirtió en un activo brasilero y, por lo tanto, ya tiene una tasa de descuento, por decirlo así. Además, la experiencia de la internacionalización de las empresas chilenas no ha sido libre de riesgo. Han habido equivocaciones en experiencias en Argentina o en Brasil, con TAM, que fue un mal cálculo y no se podría decir que fue exitoso, independiente que en el largo plazo sea bueno.
¿Cuándo cree que madurarán en la región las empresas chilenas?
Hay de todo. Ha habido una expansión que, de repente, su velocidad es mucha y hay que parar para consolidarse. No me preocuparía tanto, creo que hay que apoyar a las empresas chilenas en todo sentido. Los inversionistas, el Gobierno, todo el mundo. Y los accionistas desgraciadamente tienen que comerse parte de esta pérdida.
¿Qué medidas tomaría para apoyarlas concretamente?
Desgraciadamente me tendría que meter en los cambios que han habido. La eliminación del FUT, es mala. Quitar la posibilidad de flujos para invertir obliga a la empresa a endeudarse más o a tener menos potencial de crecimiento.
¿Lo estaban utilizando mal o bien los empresarios?
De los dos, mal y bien. Yo me refiero a quienes lo estaban usando bien. Pero podrías haber perseguido a quienes lo estaban utilizando mal en vez de haberlo eliminado. Perú inventó ahora el FUT y viene hace rato haciendo lo contrario a Chile.
Muy buen análisis respecto de las acciones IPSA y de la visión de Chile en el resto del mundo. Por mucho que intentemos desmarcarnos de latam, las inversiones institucionales son básicamente en sectores y regiones, y nosotros pertenecemos a Latinoamérica en particular y a los emergentes dependientes del precio de los commodities en general.
La única forma en que podemos intentar generar flujos de ingreso o evitar que se vayan los capitales es asegurar al resto del mundo que las reglas del juego se mantienen y que la propiedad y capital privado se respetan a ultranza sin gran intervención del gobierno en término de la búsqueda casi enfermiza de fondos vía impuestos como lo están haciendo casi como caza de brujas los países desarrollados.
Pero tenemos a gente al mando que cree que el gobierno es el que genera o produce el movimiento económico, y que lo puede controlar o guiar.
Estamos liquidados de mantenerse esta tendencia. Pero tengo confianza en que nunca hemos sido demasiado tolerantes con que el gobierno imponga sus términos de manera tirana, para ninguno de los dos extremos que finalmente terminan siendo lo mismo, sea oligarquía socialista o fascismo.
Porque la diferencia entre el comunismo y el socialismo es que el primero controla todo los recursos y los asigna, y el segundo quiere intentar lo mismo vía impuestos y leyes. Y el fascismo es básicamente un socialismo controlado por los capitalistas que compran a los políticos.
Tenemos que estar en el medio. Democracia directa, no representativa. Es el único balance y chequeo válido para evitar que nos vayamos hacia cualquiera de los dos extremos de nuevo.
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